doha - Veinte centímetros más bajo que Usain Bolt, el estadounidense Christian Coleman, perteneciente a la clase de velocistas robustos, se ratificó en los Mundiales de Doha como heredero del longilíneo astro jamaicano al ganar su primer título mundial de 100 metros con un crono de 9.76 segundos. Fue una carrera desequilibrada en favor de Coleman, de 23 años, que arrancó en 128 milésimas, tomó la delantera en los primeros apoyos y fue aumentando su ventaja a medida que se acercaba a la meta. Gatlin llegó segundo con un crono de 9.89 (su novena medalla mundial) y el canadiense Andre de Grasse logró el bronce con 9.90, mejor marca personal.

Coleman, que ya era el rey del esprint en pista cubierta (campeón y plusmarquista mundial de 60 metros), extendió sus dominios al aire libre en la final con menos espectadores de la historia, con apenas 10.000 en las gradas. Las luces del monumental Khalifa Stadium se apagaron y se iluminó la pista para anunciar a los gladiadores que iban a librar el gran combate de la velocidad. Coleman llegaba con la mejor marca del año (9.81), fue el único que bajó de los 10 segundos en la primera ronda y deslumbró en semifinales con 9.88 levantando el pie. Con el recuerdo amargo de Londres 2017, donde dominó la final a lo largo de 90 metros pero fue cazado por Gatlin en los cuadros, a nadie le sorprendió que diera buena cuenta de sus rivales en la carrera decisiva.

El nuevo rey Como si el destino se complaciera en dar juego a todas las complexiones, al ser humano más rápido de la historia, Usain Bolt (9.59 en los Mundiales de Berlín 2009), que mide 1,95 y fulminaba a sus adversarios en cuanto adquiría la posición de erguido, le sucede un hombre-bala de 1,75 que alcanza su mayor explosividad en la primera fase de la carrera.

En otra de las pruebas disputadas ayer, Sifan Hassan coronó su temporada de oro en 10.000 metros en la final de los campeonatos del mundo. La atleta marcó un tiempo de 30:17.62, la mejor marca mundial del año, con un cambio incontenible en la última vuelta. La etíope Letesenbet Gidey fue quien estuvo más cerca, segunda con 30:21.23 y Kenia se tuvo que conformar con la medalla de bronce para Agnes Tirop (30:25.20). Faltaba la campeona mundial y olímpica, la etíope Almaz Ayana, que se sometió el año pasado a una operación de rodilla y renunció a los campeonatos al comprobar que no estaba para defender el título.

En lanzamiento de martillo, DeAnna Price, de 26 años, dio a Estados Unidos la primera medalla mundialista de la historia en esta modalidad con una marca de 77,54 metros conseguida en su tercer lanzamiento de la final de Doha. En ausencia de la cuádruple campeona mundial polaca Anita Wlodarczyk, lesionada, partían como favoritas dos estadounidenses: DeAnna Price, líder del año con un lanzamiento de 78,24, y Gwen Berry, tercera con 76,46, pero ambas corrieron distinta suerte.

record mundial En relevos del 4x400 el equipo de Estados Unidos formado por Tyrell Richard, Jessica Beard, Jasmine Blocker y Obi Igbokwe batió el récord mundial de relevos mixtos 4x400 con un tiempo de 3:12.42 en la primera ronda de los Mundiales, que estrenaban esta disciplina en Doha. En salto de longitud el jamaicano Tajay Gayle dio un salto hacia la historia al coronarse con 23 años campeón mundial con una marca de 8,69 metros que le puso fuera del alcance del favorito, el cubano Juan Miguel Echevarría, autor de un registro de 8,34 que sólo de dio el bronce. La medalla de plata fue para el estadounidense Jeff Hendersson, actual campeón olímpico, que se alargó hasta los 8,39. Por su parte, el saltador de longitud alicantino Eusebio Cáceres regresó con un séptimo puesto y una marca de 8,01 metros a la final de unos campeonatos del mundo. - Efe

el maratón de la supervivencia

Ruth Chepngetich. La keniana Ruth Chepngetich ganó ayer por la mañana el maratón femenino, durísima carrera que solo terminaron 40 atletas y en la que la española Marta Galimany firmó una meritoria 16ª posición. Las extremas condiciones en Qatar, con más de 30º de temperatura, sensación térmica de 40º sobre el asfalto y una humedad de más del 75%, pesaron sobre las participantes y obligaron a la organización a prestar más asistencia médica de lo habitual en esta prueba. Por todo ello, fue el maratón más lento de la historia de los Mundiales: Chepngetich cruzó la meta con un tiempo de 2h.32:43, muy lejos de su mejor marca en la prueba (2h.17:08).