El acuerdo para el regreso del deporte no profesional de ámbito estatal ya está cerrado, tras varias semanas de dura negociación y tras superar los dos principales escollos: la presencia de público -y los límites y medidas para ello- y la obligatoriedad o no de las pruebas PCR, así como su financiación.

Es un acuerdo sin precedentes, algo obvio ya que la situación actual tampoco los tiene, ya que en el han tomado parte todos los estamentos deportivos a nivel estatal y autonómico -federaciones de cada deporte, Consejo Superior de Deportes, Comité Olímpico Español, Comité Paralímpico Español o representación de cada comunidad autónoma, entre otros-.

No ha sido nada fácil. Sin ir más lejos, el pasado martes el CSD daba por rotas las negociaciones, sin haber llegado a un punto de convergencia, si bien un día más tarde se convocó una reunión de urgencia en la que finalmente se acabó llegando a un principio de acuerdo que ahora mismo ya es total. El acuerdo afecta a todas las competiciones no profesionales de ámbito estatal -las únicas competiciones profesionales son Primera y Segunda División, en fútbol, y la ACB, en baloncesto-.

En el primer punto que ha generado debate, la presencia o no de público, se ha llegado a la conclusión de que cada comunidad sea la que decida si podrá o no haber espectadores, como ya sucedió, por ejemplo, con la fase de ascenso a Segunda B, en fútbol -en Navarra se jugó a puerta cerrada y en otras comunidades, como Extremadura o las Canarias se permitió la asistencia de público-.

Sin embargo, en el caso de que se permita la asistencia de espectadores, se deberá cumplir por norma general con unos máximos -1.000 personas, para el caso de competiciones al aire libre, y 500, para el caso de las que tengan lugar en recintos cerrados-. Por norma general porque en algunos casos este podrá ser superado, para lo cual cada club tendrá que establecer un protocolo con el gobierno de su comunidad -como ya sucede en Navarra, por ejemplo, con el Anaitasuna, que tiene un límite de aforo de 800 personas en La Catedral. En cualquier caso se deberán respetar una serie de medidas, como distancia interpersonal, mascarillas o identificación de cada asistente y su ubicación, en el caso de recintos cerrados.

En segundo lugar, el problema con las PCR, algo que el CSD consideraba requisito indispensable, lo que se había convertido en la principal dificultad para que el acuerdo llegara a buen puerto. El CSD abogaba por la obligatoriedad de realizar pruebas periódicas, de manera muy similar a lo que ya se está haciendo en el fútbol profesional, con la diferencia de que en la práctica totalidad del resto de deportes y competiciones no hay presupuesto para hacer frente ese gasto.

Finalmente, se recomienda que se haga una prueba -que no tiene por qué ser PCR, sino que puede ser un test rápido, por ejemplo- antes de comenzar los entrenamientos, o 72 horas antes de comenzar la competición, así como pruebas esporádicas a lo largo de la temporada.

En algunos casos, como Liga Asobal de balonmano o Liga Nacional de Fútbol Sala, la federación en cuestión podrá establecer un calendario más estricto para estas pruebas, aunque en lo general se mantiene como una recomendación.

En cuanto a la financiación, otro de los escollos, cada comunidad actuará de manera distinta. En Navarra, por ejemplo, se aumentará en las convocatorias de ayudas el dinero destinado a los clubes que disputen competiciones de ámbito estatal y que tengan que hacer frente a dichos gastos.

los puntos calientes

Público. Cada comunidad podrá decidir si permite la asistencia de público, y en qué deportes o recintos, aunque habrá unas condiciones que serán indispensables en el caso de que sí se permita. Como norma general, el máximo será de 1.000 personas para competiciones al aire libre y 500 para recintos cerrados.

Pruebas de detección. Las pruebas de detección de covid-19 no son obligatorias, aunque sí recomendables. Podrá tratarse de cualquiera de ellas, no necesariamente PCR y se aconsejan antes de comenzar los entrenamientos y la competición, y de manera puntual a lo largo de la temporada. Los clubes tendrán que hacerse cargo, aunque se prevén ayudas, tanto a nivel estatal como autonómico.

Gobierno. La consejera de Cultura y Deporte del Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola, afirmó ayer que la regulación sobre la práctica deportiva en la Comunidad foral está “en constante revisión” para adecuarse a la situación que vive Navarra “en cada momento” ante la evolución de la pandemia de covid-19. Esnaola, en respuesta a una pregunta de Navarra Suma en el pleno del Parlamento de Navarra, afirmó que las resoluciones que aprueba el Gobierno son “documentos vivos” que tienen “siempre como máxima la protección de la salud de los deportistas y de su entorno, y con garantías sanitarias y de seguridad para la practica deportiva”.

“Es la primera vez que se han juntado todos los estamentos deportivos para llegar a un acuerdo”

“La negociación fue durísima. El martes llegó un comunicado para decir que se cerraba la mesa”

Director gerente del IND