- La final del Campeonato Parejas de 2020 está llena de interrogantes: ELA pide que se suspenda de manera "cautelar" y el zaguero Julen Martija está confinado con covid-19 y no se sabe si podrá ser de la partida en el Bizkaia de Bilbao el domingo. Entretanto, Aimar Olaizola busca con Mikel Urrutikoetxea repetir el éxito de 2016, cuando besaron la lana.

Este domingo está previsto que se dispute su final número 26 en Primera desde que aterrizó en el campo profesional en 1998.

-No las he contado. Lo más importante es que estoy en otra final. Además, no me la esperaba. Teniendo en cuenta las parejas que había, potentes y niveladas, lo veíamos muy complicado. Para nosotros es algo muy especial. Además, llegar a este punto con Mikel Urrutikoetxea, que es uno de los manistas a los que más aprecio y de los que mejor trato tengo, es muy bonito.

Debido a la covid-19, parece que el Parejas comenzó hace un siglo, pero lo cierto es que su participación no se inició de la mejor manera posible.

-No. Hemos tenido de todo. Para empezar, hay que ser conscientes de que Mikel está jugando de zaguero y tiene un enorme valor. Es un pelotari que lleva toda la vida de delantero, excepto el Parejas que ganamos en 2016, y no es nada fácil jugar en una posición que no es la tuya. Así, nuestra manera de jugar es distinta. Al inicio, nos costó dar sensación de pareja potente en dos partidos seguidos. También hay que tener en cuenta que Mikel no tuvo continuidad por las lesiones. Yo era totalmente consciente de que si tenía esa continuidad, iba a jugar muchísimo. En mi caso, he tenido de todo. Lo más importante es que cuando nos han exigido hemos subido de nivel.

A mitad de campeonato estaban muy alejados de los puestos de play-off y se jugaron el pellejo en cada partido para llegar hasta las semifinales. Llevan medio Parejas disputando finales.

-Si un pelotari quiere ser campeón, tiene que dar más de uno mismo en los momentos clave. En ese momento hay que demostrar el nivel. En nuestro caso, cuando ha habido compromisos exigentes y que había que ganar sí o sí, hemos dado lo mejor.

Es su octava final del Parejas y se erige como el pelotari con más presencias en la historia.

-Estoy muy contento. Es la modalidad en la que menos txapelas tengo. Ha habido años que he jugado bien y que por una cosa o por otra me costaba. Llegar a otra final para mí es muy bonito. Además, lo veía complicado con la edad que tengo. Aun así, me he sentido bien. Los últimos partidos antes del coronavirus estaba con chispa. A decir verdad, hacía tiempo que no tenía ese juego, pero no sé por qué estaba muy bien. Ahora, también me siento a gusto.

¿Se encuentran cerca del nivel de la pareja que ganó la txapela en 2016?

-Si tenemos en cuenta los últimos partidos antes de las semifinales y las semifinales, yo diría que estamos parejos. En mi caso han pasado cuatro años y se notan. Como es normal, no puedo dar el nivel que tenía entonces. Aun así, estoy contento con el que estoy dando.

¿Se nota usted mismo los rigores de la edad en alguna cuestión?

-No tengo la misma velocidad. Estoy a punto de cumplir 41 años y la pelota no me sale con la misma velocidad. Con todo, me he sentido bien las últimas semanas.

ELA pidió ayer mismo medidas cautelares para que no se dispute la final del domingo.

-No sé nada. Lo único que sé es que nos han dicho que jugamos el domingo. No sé cómo está el tema. Para todos es una situación incómoda.

¿Cómo está viviendo el conflicto de los compañeros de Baiko con la empresa?

-Es una situación un poco rara. Jamás había vivido algo así. Me da un poco de pena, porque llevamos un mes que en vez de hablar de lo deportivo se habla continuamente de lo mismo. Estamos cansados.

¿Saturado?

-Sí. Y eso que yo no estoy en el tema. También quiero dejar bien claro que estoy muy tranquilo. Esto empezó en marzo, al llegar la covid-19 y meternos en ERTE. Los pelotaris hablaron de hacer un grupo para negociar con la empresa y yo dije desde el primer minuto que no iba a entrar. No veía que ese fuera el momento de negociar. Se veía que iba a llegar una situación difícil. Cada uno tiene su opinión, pero yo no veía lógico empezar a negociar en un momento malo. Soy del pensamiento de que hay que pedir cuando las cosas van bien. Por eso desde el principio opté por esa opción y estoy tranquilo. Me llamó algún pelotari pero les dije que no contaran conmigo. Tanto Urrutikoetxea como yo nos mantuvimos al margen y dijimos que íbamos a ayudar a la empresa.

Prosiga.

-Soy realista. Todos los veranos he jugado casi 40 partidos y este, sin embargo, unos 16. Normalmente, en la cancha había 600, 800 o 1.500 personas y ahora 150 o 200. Respeto la opinión de todos, pero dejé claro desde el principio cuál era la mía. He sido muy limpio en eso.

Tampoco se sabe si jugará Martija (con covid-19) el domingo.

-Sería ya la leche que un pelotari llegara a la final y que por el coronavirus tuviera que quedarse fuera. Espero que juegue. Es una situación incómoda: no sabemos si vamos a jugar o no ni contra quién.

¿Sería partidario de retrasar la final para que Julen pueda disputarla?

-Por mi parte, sí; pero el Reglamento parece que no contempla aplazamientos. De todos modos, es una situación un poco especial. Normalmente, jugamos la final en abril y, fíjese, estamos en octubre. Aun así, lo normal es que echen mano del Reglamento y si lo pone así, habrá que acatarlo.

Este mismo verano firmó por un año más. Hasta 2021.

-Estoy muy contento y agradecido a la empresa por confiar en mí. Se me ha tratado muy bien. Estoy a gusto. Además, quería aclarar ciertas críticas acerca de que los pelotaris que hemos renovado lo hemos hecho al alza. En mi caso, eso no es real. He firmado por un año, pero lo he hecho cobrando menos que el anterior por la situación. No hubo ni un minuto de discusión. Veo lo que hay y fui el primero en firmar. Aparte, hay que sumar la reducción del 20%.

¿Será su último contrato?

-Al llegar a esta edad hay que ir poco a poco. Tengo firmado hasta finales de 2021, pero si antes veo que no me siento bien, que sufro, seré el primero en llamar a la empresa para dejarlo. En este sentido, la palabra vale mucho para las dos partes.

¿Jugará el mano a mano o el Cuatro y Medio?

-Lo veo muy complicado, porque hay que ser realista. Me da un poco de miedo, ya que son modalidades que necesitan mucho esfuerzo. Me da miedo romperme o sufrir alguna lesión. Ahora no pienso en eso.

El aforo del Bizkaia se queda en 600 espectadores. La Liga de Empresas, que integran Baiko Pilota y Aspe, no sacará a la venta las entradas para la final del Campeonato de Parejas del domingo en el frontón Bizkaia de Bilbao, donde está programado que se enfrenten en el estelar Olaizola II-Urrutikoetxea y Ezkurdia-Martija, mientras que el telonero lo disputarán Elezkano II-Tolosa y Zubizarreta III-Imaz. Debido a las recomendaciones de las instituciones sanitarias, el aforo del escenario de Miribilla se reduce de 3.000 a 600 espectadores y las operadoras consideran que con las ventas previas, los compromisos y los asientos de los que dispone cada pelotari se cuelga ya el cartel de completo.

Entrenamientos de finalistas. Joseba Ezkurdia acudió ayer a Bilbao para ejercitarse de cara a la final del domingo. Ensayó junto a Aitor Elordi, Oier Etxebarria y Beñat Rezusta.

"He firmado por un año, pero lo he hecho cobrando menos. Además, hay que sumar la reducción del 20%"

"Los pelotaris hablaron en marzo de crear un grupo para negociar, pero desde el inicio dije que no iba a entrar"