En el deporte navarro hay un malestar creciente entre los equipos y clubes que aún no han podido comenzar la temporada 2020/2021 y que empiezan a temer que la campaña entera se pierda.

En la lucha contra la pandemia, el Gobierno de Navarra solo ha permitido que compitan los equipos que militan en categorías nacionales, en gran medida porque sus clubes o sus federaciones pueden costear las PCR necesarias para controlar -y aislar- los casos positivos.

Pero precisamente el coste de las PCR ha dejado fuera a los equipos de categorías regionales, que han visto cómo sus ligas se iban aplazando sucesivamente y temen que en la nueva evaluación de la situación sanitaria -a mediados de enero- el nuevo aplazamiento acabe dejándoles sin fechas posibles para competir.

A título de ejemplo, este periódico conversaba ayer con Maxi Ros, presidente y entrenador del Arenas de Ayegui, club de fútbol en el que en esta temporada se están entrenando 170 jugadores, de benjamines a séniors, sin saber aún si podrán competir.

“Llevamos dos meses entrenando con todas las precauciones posibles -mascarillas, geles, cada uno su material deportivo y su botella de agua, cambiarse en las gradas... y no venir si se tiene el menor síntoma- y no hemos tenido ni un contagio. Solo algún chico ha tenido que guardar cuarentena por casos en sus colegios y se han suspendido los entrenamientos de sus equipos. Consideramos que, con todas las precauciones y al aire libre, no hay tanto peligro. Los chavales van a entrenar a gusto, pero al final lo que les gusta es competir y se van a cansar y lo van a dejar”.

Maxi Ros se muestra partidario de que en enero se inicien las competiciones regionales: “Por lo menos habría que intentarlo. Y si se empieza y se ve que hay contagios, se suspende y ya está. O eso o que nos digan algo claro. Si nos dicen que esta temporada no va a haber competiciones, cada uno sabrá si entrena o lo deja para la próxima temporada”.

Como muchos otros directivos -y no solo del fútbol-, el presidente del CD Arenas considera una discriminación que los equipos de Tercera de fútbol o de Interautonómica de otros deportes puedan jugar y hasta tener espectadores, mientras a ellos no se les deja competir.

Y como telón de fondo están los indudables beneficios que la práctica deportiva tiene para todos los jóvenes, ésos que se entrenan con la ilusión de la competición de cada fin de semana y que se corre el riesgo de que abandonen -y quizás sin retorno- los equipos en los que militan.