La atleta alavesa Elena Loyo, pupila de Martín Fiz, cuenta los días para debutar en la maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio y aunque no se atreve a dar un pronóstico, acude con ilusión porque su virtud es que es "cabezota" durante las carreras.

A poco más de un mes para el gran día (7 de agosto), la fondista vasca empieza a notar los nervios y admite en una entrevista a Efe que ya empieza a "notar el bello de punta" cada vez que piensa en sus primeros Juegos.

En estos momentos, explica que tiene las piernas cansadas "de estar metiendo mucha carga", pero es algo normal a estas alturas de la preparación. "Luego ya iremos recuperando", apunta con tranquilidad.

Loyo, que ha sido confirmada como participante por parte del Comité Olímpico, no puede evitar mirar la previsión meteorológica de Japón pese a que aún queda tiempo: "Se prevén entre 25 y 30 grados y una humedad altísima del 80 %", explica la corredora, que compara esas condiciones con las que vivió en Berlín, aunque es consciente de que el recorrido nipón "será más extremo", sobre todo, por la humedad.

Por eso considera que estas condiciones pueden ser "fundamentales" en los 42 kilómetros más importantes de su corta carrera deportiva, no en vano, Loyo comenzó a entrenar en 2015 a las órdenes del consagrado Martín Fiz y nunca ha tenido otro entrenador.

"Desde el primer momento que me empezó a entrenar fue un cambio para mí" asegura Elena Loyo, que gracias al vitoriano tuvo "las ilusiones mucho más vivas". Del mismo modo destaca la experiencia de Fiz, por lo que siente "afortunada" de que esté a su lado y es consciente de que sin él "sería totalmente diferente".

Elena Loyo fue internacional por primera vez hace tres años y en muy poco tiempo ha conseguido marcas que le han otorgado un puesto en unos Juegos Olímpicos, algo casi impensable para una atleta de 38 años que no tiene tiempo para especular.

---Desvela que le ha costado tiempo hacerse a la idea de que estará en Tokio, en primer lugar porque el tiempo que ha pasado y por la incertidumbre que genera que otra compañera pueda superar su marca en alguna otra prueba.---

Ahora no deja de visualizar la maratón del 7 de agosto en la ciudad nipona y expone sus virtudes. "Va a ser una prueba súper dura y si normalmente suelo sacar mi cabezonería, esta vez hay que sacarla más porque va a ser complicado".

"La prueba será contra una misma, una lucha personal por aguantar y no hacer caso a los mensajes que te mande el cuerpo", augura Elena Loyo que da una relevancia relativa a su primeros Juegos Olímpicos: "Es otra experiencia más en la vida, tampoco le doy tanta importancia aunque a nivel deportivo lo aprecio mucho, sobre todo por lo que cuesta ir, por lo que cuesta ganarse una plaza y porque a cualquier deportista le gustaría estar ahí".

"Después volveré, descansaré un poquito y a correr otra vez", asume con humildad y con intención de coger "más experiencia" en una prueba dominada por las atletas africanas.

Sobre su estrategia en Tokio tratará de llegar "lo mejor posible a los últimos kilómetros, que normalmente es cuando se decide más" y le gustaría gestionarlo bien "para terminar lo mejor posible". "Es una gran una lucha mental para animarte a ti misma en esos momentos en los que te sientes mal y frenarte un poco cuando vas bien porque todavía queda mucho", añade.

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