- La expedición volvió al punto de partida. Después de 45 años, el grupo de montaña vasconavarro visitó la plaza del Ayuntamiento, lugar desde donde partieron ataviados con unos pañuelicos rojos, entregados por el alcalde Julián Balduz, y con dos Land Rover hasta arriba de provisiones, rumbo al Shakhaur (7.116 metros), montaña de Afganistán. Sin embargo, en esta ocasión no estaban solos.

A esta visita les acompañaron cinco polacos, parte del grupo de escaladores que, cuatro décadas atrás, les socorrieron en la bajada del pico afgano. "Queríamos hacer algo cotidiano, acompañarlos por Pamplona y enseñarles la plaza del Ayuntamiento, lugar donde comenzó la expedición", comentó Gregorio Ariz, el que fuera director técnico de la expedición.

Con motivo de la presentación de Mendiak 1976 BBK Mendi Film Festival, película que narra el viaje y la ascensión, estos amigos pudieron volver a verse. La última vez fue en 1976 en Afganistán. Después de descender del Shakhaur, pasaron una semana juntos hasta que cada expedición retornó a su país.

Durante unos años, se intercambiaron cartas, pero la ley marcial, instaurada en Polonia entre 1981 y 1982, cortó toda comunicación. Sin embargo, con la colaboración de Iwona Zielinska, coordinadora de proyectos en el Instituto Polaco de Cultura de Madrid, pudieron encontrar a los montañeros polacos. "Es muy especial y un milagro. Habíamos perdido el contacto pero, por cosas de la vida, pudimos retomarlo", mencionó con alegría Ariz.

Ayer por la mañana, la nueva expedición vasco-polaca partió rumbo a la Catedral de Pamplona, donde disfrutaron de una visita guiada. Posteriormente, descendieron hasta la calle Estafeta y sentaron base en la plaza del Ayuntamiento, lugar donde inmortalizaron esta unión.

No obstante, la travesía no culminó ahí, faltaba lo más importante. "Les vamos a llevar de pintxos por los bares y luego disfrutaremos de una comida típica en una peña sanferminera, para que vivan la experiencia completa", describió Ariz, ilusionado por poder agradecer, de esta forma, el rescate a su compañero Gerardo Plaza en la cordillera del Hindu-Kush.

"Lo que hemos sentido durante el homenaje se va a quedar con nosotros toda la vida", comentó Marek Kozik, uno de los escaladores polacos. "Más o menos, sabíamos sobre qué iba la película, pero no sabíamos nada de los preparativos ni del camino a Afganistán, además hemos podido conocer más cosas de la vida de nuestros amigos", añadió.

Su historia es similar a la de la cuadrilla navarra. Un grupo de jóvenes montañeros, con el sueño de alcanzar cimas por todo el mundo. En 1976 pusieron rumbo a Afganistán con la intención de subir la montaña, pero la llegada de unos jóvenes pidiendo ayuda les cambiaron los planes. "Nuestra montaña puede esperar, vuestro amigo no". Esta es la respuesta que dieron a la emergencia, y con su colaboración consiguieron salvar a Plaza.

MENDIAK-1976. trailer from Luis Arrieta on Vimeo.

"Cuando estábamos socorriendo a nuestro compañero navarro, hace 45 años, no esperábamos, en la vida, que íbamos a estar en Pamplona con ellos, conociendo a sus familiares", manifestó Amdrzej Pawlik.

Su visita a Pamplona, aunque breve, les ha llenado por completo. "No nos esperábamos esta bienvenida, ni todo lo que han hecho nuestros amigos navarros. Estamos en estado de shock", señaló Pawlik que también confesó que Pamplona le recordaba a Cracovia, su ciudad natal, en especial en la arquitectura.

"Nos gusta mucho el calor de la gente. Pensábamos que las personas vascas y navarras eran más frías, pero nos han encantado las dos ciudades, para lo poco que hemos visto", declaró Kozik. Además, de ellos dos, también viajaron Kazimierz Liszka, Roman Bianek y Andrezej Samolewicz, que junto a Bagdan Strzelski, Adam Krawczyk, Emil Staszkow, Zbigniew Dudrak y Jan Zazula -fallecido en 1997 en el Mont Blanc francés- formaron parte del equipo polaco. Por parte del grupo vasconavarro, participaron de este homenaje, además de Gregorio Ariz: Trinidad Cornellana, Javier Garreta, Xabier Garaioa, Abel Alvira e Iñaki Aldaya.

Como última parte de este plan de reencuentro, ambas partes intercambiaron presentes para recordar estos días. Por el lado polaco, entregaron un álbum de fotografías tomadas en el Hindu-Kush y un licor de frutas típicas del país. Por el lado vasconavarro, además de recuerdos personales de ese viaje a Afganistán y de otros y pósters de distintas expediciones, les dieron libros escritos por ellos mismos y, como no, patxaran.