El Registro de la Propiedad de Azagra de 1910 constata el germen de lo que, desde ayer, se muestra en imágenes en el Civivox: Los cien años de Gvtarra, un siglo de trabajo arduo y compromiso con la calidad en el sector de las conservas de verduras cuyos productos estuvieron durante cinco décadas comercializándose con la marca La Azagresa. La exposición que se inauguró ayer en el espacio pamplonés traslada en fotografías la historia de un proyecto que se gestó en los albores del siglo XX, cuando el matrimonio formado por Hilario Sánchez García y Leona Sáenz dieron los primeros pasos para la creación de una fábrica de conservas en el municipio de Azagra, en pleno centro del pueblo, en la entonces llamada belena de la calle Cueva. Lo que comenzó como un negocio familiar es parte hoy del Grupo Riberebro, con un promedio de plantilla de 150 personas que, en la planta de Villafranca, en determinados picos de campaña, alcanza los 170 trabajadores, con una edad media de 45 años y una producción que, en 2009, alcanzó los 29,5 millones de kilos.
Hasta llegar a estas cifras, Gvtarra vivió años de dura competencia que consiguió vencer, en medio de una producción atomizada, con el sello de la calidad propia. Con esa bandera, la firma continuó innovando, diferenciándose y consiguiendo convertirse en un líder sólido con una fórmula arriesgada: la apuesta empresarial por productos que hasta entonces ninguna industria conservera había fabricado.
Innovación, la clave Fue en la década de los 70 cuando Manuel Sánchez Basarte y sus hijos concibieron la idea de fabricar conservas con las llamadas verduras de invierno, y envasarlas en tarros de vidrio. Borraja, cardo o achicoria eran cultivadas en pequeñas huertas familiares para el consumo en el hogar. A mediados de la década, la firma decidió lanzarse a comercializar estas nuevas variedades, aunque sin dejar escapar que las latas de aquella época no eran adecuadas para la conservación de verduras peladas y troceadas.
Las primeras pruebas, en este sentido, tuvieron lugar en 1975 y de ellas salió lo que hoy ya se ha normalizado, el frasco de cristal, que eliminaba la oxidación de los alimentos y los extraños sabores que producía el metal en la verdura. Aquel cambio tuvo una gran trascendencia en la Ribera. Los nuevos métodos de trabajo modificaron la manera de cultivar la tierra, acabaron con la estacionalidad y permitieron trabajar durante todo el año. Lo que hoy ya se contempla como un profundo cambio socioeconómico se asocia a Gvtarra y ha sido determinante para que el sector agroindustrial de la comarca sea uno de los más pujantes de Europa.
En 1993, la marca centralizó sus instalaciones en la factoría de Villafranca, un complejo industrial de 60.000 metros cuadrados, con más de 18.000 construidos. Su integración en el Grupo Riberebro junto a Ayecue y Conservas Ja"e ha supuesto el nacimiento de un monstruo productivo dentro del sector de las conservas vegetales en España.
Sólo Gvtarra posee una gama de 398 referencias, con más de 50 productos que incluyen conservas vegetales, de legumbres, champiñón y salsas. Dentro de la cartera de productos también se fabrican las conservas consideradas globales (de consumo y competencia mundial): tomate, champiñón, maíz y guisante, entre otras. Para todas ellas, Gvtarra cuenta con formatos propios envasados en frasco de cristal o en lata, caso de las legumbres y el champiñón.
En cuanto a la temporada de mayor producción, va de septiembre a enero, con campañas de pimiento, acelga, borraja y cardo; en primavera, espinaca, alcachofa, pochas, guisante, menestra y espárrago. Es una producción pensada y organizada para solaparse con la estacionalidad de las campañas de la cosecha logrando, de esta manera, una mayor eficiencia y competitividad.
Gvtarra es una de las marcas de comercialización del Grupo Riberebro junto a Ayecue, Ayecue Fresch, Ja"e y Viter. El Consejo de Administración del grupo es un reflejo de la visión de futuro de la compañía. En él están representados los socios industriales (familias Cuevas, Ayensa y Sánchez), la corporación Caja Navarra y, mayoritariamente, por consejeros externos independientes.