Es curioso que cuando algunos jueces están sacando a la luz presuntas fuentes de financiación opacas y fraudulentas de UGT y CCOO y de miembros de esos sindicatos, que en ocasiones forman parte de consejos de administración como materialización de las políticas de concertación o cogestión que les lleva a compartir privilegios, que no derechos, arremetan contra quienes, como LAB, las subvenciones que recibe son las reguladas en la ley y, por las que, dicho sea de paso, UGT y CCOO reciben cantidades muy superiores, a la par que se olvidan de lo que pasa en Navarra.

También es curioso que cuando la mayoría de organizaciones sociales se han manifestado ante los casos de irregularidades que han salido a la luz pública, cuestionando actuaciones de instituciones y representantes de las mismas en Navarra, UGT y CCOO hayan permanecido mudas.

Es sospechoso que en víspera de unas elecciones forales, y cuando en Navarra se vislumbra la posibilidad de un cambio de gobierno, UGT y CCOO firmen otro acuerdo más con el gobierno de UPN por el que van a cogestionar 545 millones de euros, y que el PSN presente una iniciativa para que UGT, CCOO y empresarios reciban unos millones de las instituciones, condicionando a un posible gobierno de cambio en Navarra.

Es sospechoso que, hace pocos meses, cuando la Cámara de Comptos cuestionó partidas económicas recibidas por UGT y CCOO de las instituciones navarras, ambos arremetieran ferozmente contra ella.

Es hipócrita tratar de tapar el fin último de unos acuerdos de dudosos objetivos argumentando la creación de empleo y la salida a la crisis.

¿Por qué, antes de volver a acordar partidas millonarias no rinden cuentas, haciendo públicos los euros recibidos por cada organización de los Planes de Empleo, del Plan Moderna y los puestos de trabajo creados con ellos? Porque el dinero es de todos los ciudadanos.

La realidad institucional y de VW Navarra, parte de la misma política.

Y si lo expuesto hasta aquí sirve para cuestionar la relación que ambos sindicatos mantienen y el trato que reciben de instituciones por colaborar en mantener una “paz social”, comparable con la pax romana, lo que sucede en Volkswagen Navarra no es sino la traslación a la empresa de la política institucional que comparten UPN-PSN-PP-CEN-UGT-CCOO.

Así, Volkswagen Navarra también apoya y da cobertura económica a UGT y CCOO:

Manteniendo en nómina a tres liberados de cada uno de ellos que trabajan exclusivamente para sus sindicatos fuera de VW (Lorenzo Ríos, Maite Pérez y Javier Solano por UGT, y José Mª Molinero, Raúl Villar y Chechu Rodríguez por CCOO).

Manteniéndoles un número total de liberados y delegados sindicales muy por encima de lo que establece el convenio (los liberados que tienen corresponderían a una plantilla de 6.000 trabajadores).

Poniendo a su disposición cupos de entrada y ascensos favoreciendo así mantener su mayoría sindical.

Proveyéndoles de medios materiales (coches, teléfonos móviles, etc.), sin que haya ninguna regulación al respecto.

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La situación en VW es tan opaca o más de la que se da a nivel institucional en Navarra. No existe ni normativa, ni un sistema de control que evite esas situaciones. Y lo que no son derechos reconocidos y regulados son prebendas que tienen su correspondencia.

El control social que la derecha navarra necesita para mantener el actual sistema se lo dan en las empresas UGT y CCOO. Esta es su correspondencia. Nuestra apuesta es el cambio. La suya la continuidad de un sistema corrupto y excluyente que mantenga sus privilegios. Privilegios pagados también por los trabajadores y trabajadoras.

El autor es miembro del comité de empresa de Volkswagen Navarra por el sindicato LAB