estella-lizarra - A las 13.00 horas de ayer se fabricó el último lavavajillas compacto en BSH Estella. A partir de febrero volverá la producción de este electrodoméstico pero será en la planta de Esquíroz, lugar al que la empresa traslada la fábrica ubicada en Villatuerta así como a toda la plantilla fija, 98 empleados.
Por este motivo y a pesar de que no se elimina el empleo, la tristeza se instaló ayer en Estella y en Villatuerta. Pena entre los trabajadores y sus familias, también entre las alcaldesas de las dos localidades y, en general, en toda la sociedad estellesa. Y es que con el cerrojazo de esta planta se pone fin a una fábrica que durante 65 años llevó el desarrollo a Estella-Lizarra, llegando a tener más de 800 empleados.
El día comenzó a las 6 de la mañana pero ya nada era como antes. Durante toda la semana los trabajadores han visto cómo se iban desmontando las máquinas. “Ha sido una semana muy dura porque estábamos trabajando mientras otros quitaban la máquina de al lado para llevarla a Esquíroz. Estos días hemos recordado muchos buenos momentos que hemos pasado y también a las personas que estuvieron trabajando aquí antes que nosotros, mucha gente”, explicaban desde el comité.
Sin embargo, ayer no era un día más, a las 13.00 horas se acabó la producción y todos los empleados fueron invitados por la empresa a un aperitivo, ofrecimiento que, según explicaban algunos a la salida, no había tenido mucha respuesta. “No tenemos nada que celebrar”, advertían los trabajadores.
“muy mal” A las 14.00 horas, los empleados salieron de la fábrica en pequeños grupos y preguntados qué tal había ido el día, los pocos que tenían ganas de responder lo hacían de la misma manera. “Mal, muy mal”. Manolo Pesado, por ejemplo, explicó que el de ayer había sido casi como otro cualquiera. “Hemos estado trabajando como otros días, pero la sensación que tenemos es de tristeza”, indicó. Entre los trabajadores también había eventuales, que ahora entrarán a formar parte de una bolsa de empleo. “A ver si nos llaman porque no está claro qué va a pasar con nosotros”, indicó uno de ellos.
Para los trabajadores del departamento de mantenimiento, el de ayer no fue el último día, ya que son ellos los que están haciendo el trasvase de la planta a Esquíroz.
En cuanto a los términos del traslado, tal y como adelantó DIARIO DE NOTICIAS, se ha llegado a un acuerdo entre la empresa y los trabajadores. Así, en el año 2016 los de la planta de Estella y los de Esquíroz estarán inmersos en el mismo convenio; además por el traslado cobrarán casi 6.000 euros como indemnización y tendrán un plus de kilometraje de 30 euros al mes. Según el comité este acuerdo “no es bueno, pero es el menos malo”, aseguraron.
LAB tiene claro por qué se ha llegado a esta situación. “Esto es culpa de una mala gestión, se vendió la estufa que hacíamos y se trajeron otros productos que no resultaron”, señalaron sus miembros y explicaron que la amenaza del cierre de la empresa o de un traslado a Pamplona siempre ha estado sobre sus cabezas. “Sobre todo en los últimos años pero nunca piensas que llegue a ocurrir”. Por otra parte, fuentes sindicales explicaron que les había comunicado que ayer se había despedido a casi toda la plantilla de la subcontrata de limpieza, entre tres y cuatro trabajadores.
las alcaldesas Conscientes de lo duro de esta situación son la alcaldesa de Estella, Begoña Ganuza (UPN), y la de Villatuerta, María José Fernández, que también lo fue de Estella y que trabajó dos años en esta fábrica cuando era Agni en los años 70. “Desde el principio nos llevamos un disgusto grande porque BSH, la antigua Agni, fue puntera en el desarrollo y en el empleo de Estella con 800 trabajadores”. La alcaldesa de Villatuerta se reunió con los sindicatos y con la empresa nada más conocer la noticia del cierre, que se anunció en febrero. “Cuando estuve con la dirección, vi lo qué había, se iban y no había nada que hacer”, explicó.
Por su parte, la alcaldesa de Estella, Begoña Ganuza, también lamentó la situación. “Agni fue un motor económico de crucial importancia para Estella y Tierra Estella, una fuente de puestos de trabajo enorme, con más de 800 trabajadores y puestos indirectos. Creó una mentalidad industrial y formó a profesionales”, indicó. Ganuza recordó además que Agni fue una empresa que traspasó fronteras. “Trabajaron con mucha calidad y lo digo muy orgullosa pues las estufas se exportaron a medio mundo. Lamento que la trasladen aunque, al menos, es positivo que se mantengan los puestos “, señaló.