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Cuarto cambio de propiedad en 16 años

VENDIDA EN 1999 POR 126 MILLONES DE EUROS, | Koxka pasó por las manos de dos multinacionales y un fondo buitre

La decisión de ayer supone, de confirmarse los avales, la última oportunidad para Koxka, que vive el cuarto cambio de propiedad desde 1999 y que afronta la difícil misión de volver a trabajar y vender después de más de un año parada. La histórica firma de Landaben, con una planta también en Peralta (Kobol) ha pasado en este tiempo por las manos de las familias fundadoras, por dos multinacionales, por un fondo de capital riesgo que resultó buitre y regresa ahora a manos navarras, las de los directivos e inversores a los que la juez ha adjudicado el proyecto por 300.000 euros en mano y 1,7 millones de euros a plazo.

Dos cifras que contrastan con los 126 millones de euros (21.000 millones de pesetas) que pagó Hussmann por Koxka en 1999. Aquel año las familias propietarias de la firma (Guibert e Iriondo) pusieron fin a 33 años de control navarro ante una oferta irrechazable. Ambas familias poseían entonces más del 80% de una compañía que había llegado a cotizar en Bolsa como Ibérica del Frío y que se fundó en 1966 con apenas 20 empleados y dedicada entonces a la fabricación de arcones para conservar helados.

El éxito de aquella iniciativa empresarial permitió a Koxka crecer por toda España, donde llegó a sumar cuatro factorías, incluidas las dos navarras. A mediados de los años 70 se hizo con otra en Alcalá de Henares y posteriormente abrió una tercera en Huesca. En 1988, el grupo debutó en Bolsa y comenzó a apuntalar una estrategia exterior que, a finales de los 90, le permitía obtener en otros mercados más de una tercera parte de su facturación.

La venta a la multinacional Hussmann en 1999 parecía el modo de potenciar aún más el desarrollo de la firma, que contaba entre sus clientes con algunos de los principales grupos de distribución. Era una empresa rentable, que a los 30 años de nacer ganaba más de ocho millones de euros al año, y cuyo convenio colectivo se convirtió en la envidia de decenas de miles de trabajadores de la industria navarra.

Pero Hussmann fue adquirida posteriormente por un gigante del frío especializado en la climatización, Ingersoll Rand, que pagó más de 1.800 millones de dólares, incluyendo una deuda cercana a los 270. Y aquella alianza nunca resultó. Koxka quedó diluida en un grupo donde las sinergias que pretendía crear Ingersoll Rand no fructificaron y donde la lenta toma de decisiones fue paralizando la compañía. El crecimiento de la economía española hasta 2007 solo sirvió para enmascarar unos problemas que estallaron en 2008 y que no se arreglaron con el siguiente cambio de propiedad.

En 2010, el fondo AIAC adquiere Koxka y la sensación de desgobierno crece en una fábrica que ha padecido ya un ERE traumático y que pronto se enfrentará a otro. Los impagos a partir de 2013 comienzan a sucederse y desvelan la descapitalización vivida por la compañía, que es abocada a concurso de acreedores con trabajo de sobra para contratar eventuales. Desde mediados de 2014 queda sin actividad.

Deuda disparada desde 2013. Tras el último cambio de propiedad, AIAC cambia el modo de pago y empieza retrasarse con los proveedores. Esta situación se acentúa a partir del verano de 2013 y muy pronto la deuda pasa de poco más de un millón de euros a unos 14,6 millones.

Merma en las condiciones. Nada volverá a ser lo que era en Koxka, cuyos trabajadores disfrutaron de las mejores condiciones salariales durante años. Tras dos rebajas de casi el 20% consecutivas, quienes regresen a su puesto lo harán cobrando poco más de la mitad que en 2007.