pamplona - La empresa pública Intia, especializada en tecnologías e infraestructuras agroalimentarias, ha reducido las jefaturas casi un 42%, al pasar de 24 a 14. Esa disminución ha supuesto la supresión del complemento asociado a este cargo en diez personas y la desaparición de nueve jefaturas que no tenían a ningún trabajador a su cargo.

La eliminación del complemento en los que ya no son jefes y el ahorro derivado de la modificación del mismo en los 14 que ahora lo perciben se ha usado para incrementar el salario de 40 empleados cuya remuneración se encuentra por debajo de la mediana fijada por la gerencia. Este grupo de trabajadores que se ha beneficiado de la mejora salarial tiene una media de antigüedad de casi diez años; el 69% se corresponde a mujeres; el 64% habla correctamente inglés y un 38% tiene doctorado.

Esta información la facilitó ayer el gerente de Intia, Juan Manuel Intxaurrandieta, en su comparecencia en la Comisión de Desarrollo Rural a petición de los regionalistas, acompañado de la consejera Isabel Elizalde.

Intxaurrandieta recordó que el nuevo organigrama contempla 14 jefaturas, de las que diez se conservan de la estructura anterior y cuatro se estrenan -dos jóvenes y dos mujeres-. La modificación ha alcanzado a 59 de las 189 personas de Intia: a 19 les ha afectado “a la baja”, pero han conservado el salario consolidado, y 40 han subido su nómina. A pesar de ello, “los primeros cobran por encima de la media de referencia y los segundos continúan por debajo”, según recalcó el gerente que suma 27 años de trayectoria en Intia.

nueva organización El gerente de Intia informó de que antes de su llegada al cargo en diciembre de 2015, “la empresa pública se basaba en un modelo vertical y piramidal, en el que existían tres mandos intermedios entre el gerente y el trabajador”. Además, las tres líneas de actividad, riegos, el Instituto de Calidad Alimentaria y las antiguas ITG, actuaban como “compartimentos estancos”. El gerente de Intia detalló que el nuevo organigrama apuesta por la horizontalidad y transversalidad. Está compuesto por cinco áreas de gestión, diez equipos de servicio, cuatro nuevos desarrollos (agricultura ecológica, gobernanza del territorio, circuitos cortos e instalación de jóvenes) y servicios generales que trabajarán con gerencia y dirección financiera, para “involucrar a todas las personas” en la gestión de la empresa.

Abogó por una plantilla que trabaje en equipos autogestionados, se sustente en una responsabilidad compartida, y en valores como la colaboración, la igualdad de género, la equidad y solidaridad.

La empresa acordó con la representación de los trabajadores establecer “un mayor equilibrio salarial en las mismas categorías”. Además, a partir de ahora se van a establecer dos complementos de jefaturas: para coordinación y gestión, que asciende a 3.500 euros; y el de puesto, con 2.500 euros, sin que, en ningún caso, el montante total supere el 85% del salario bruto del director gerente. Indicó que, en los casos en los que la modificación de complementos por cambios en jefaturas impliquen reducciones superiores al 15% o supongan sueldos finales inferiores a la media de la categoría, se modulará esta reducción respetando el límite del punto anterior.

En caso de rescisión de contrato a petición de los afectados por esta modificación, se pactará la indemnización habitual en casos similares en el resto de empresas de la CPEN. En referencia a las nuevas contrataciones, destacó que han pactado que alcancen las condiciones salariales de la plantilla en un plazo de cuatro años. La parlamentaria de UPN, Mari Carmen Segura, preguntó si la empresa iba a recibir la partida de 1,7 millones bloqueada por el Gobierno foral, a lo que el gerente le respondió que todavía no había renunciado a ella.