En 1966, muy lejos quedaba el Polo ocho millones que Volkswagen Navarra ha alcanzado esta semana. De hecho, muy lejos quedaba todo lo que tuviese que ver con el fabricante alemán, que no comenzaría su producción aquí hasta 1984. En sus primeros diez años de andadura, la fábrica de Landaben corría a cargo de Authi, una compañía española que producía modelos de las marcas británicas Austin y Morris.

En todo proceso cobran un valor especial los inicios, como el primer fruto de una planta, la primera palabra de un bebé o el primer acorde de una canción. En el caso de Volkswagen Navarra, su precedente indiscutible es el primer vehículo producido, un Morris 1100 nacido en 1966.

María Jesús Llanillo, hija del propietaro del vehículo y extrabajador de Authi, Martín Planillo, no podía contener ayer las lágrimas al destapar la tela que cubría el coche: “Qué bonito, está precioso”, apuntó con la voz temblorosa. Su padre, fallecido en 1971, dejó claro un mensaje a la familia: no podían permitir que el primer Morris de Landaben muriese en un desguace. Ayer, María Jesús, su marido y los hijos de ambos cumplieron su sueño: el Morris 1100 de color verde, con número de bastidor 00001 y matrícula NA-47234 ya descansa en el Museo de Volkswagen Navarra.

Martín Llanillo comenzó su trayectoria profesional como chófer y mecánico y su buenhacer le llevó a Pamplona, donde se enamoró del primer ejemplar producido en Landaben.

“Sus compañeros le decían que estaba loco, que era el primero y que tendría muchos problemas pero él dijo que si no era ese, no quería ninguno”, explicó su hija María Jesús. Finalmente, Martín se hizo con él y tras su muerte, en 1971, se convirtió en el transporte familiar: “No podíamos deshacernos de él: era el capricho de mi padre y había que mantenerlo contra viento y marea”, señaló Llanillo.

El Morris fue utilizado de forma diaria hasta 2004. “Hubo una época en la que no era un coche antiguo, sino viejo”, recordaba emocionada su hija. En 2005, algunos problemas mecánicos obligaron a la familia a buscar alguna forma de mantener el automóvil: “Económicamente ya no podíamos afrontarlo”. La nieta de Martín, María Jesús Coterillo, puso un mensaje en internet y la respuesta fue abrumadora. “Los foreros me inyectaron una adrenalina tremenda”, destacó Llanillo. Y poco a poco, a través de una red de contactos, el coche volvió a su lugar de origen: Pamplona.

Restauración El gerente de Prensas de la fábrica, José Antonio Ariza, fue el encargado de coordinar las labores de restauración, que comenzaron el pasado mes de octubre. “La mitad del tiempo empleado fue destinado a la chapa y al guarnecido”, subrayó Ariza, que apuntó que “la mecánica ya había sido restaurada anteriormente y estaba bastante bien”.

El trabajo en equipo, destacó Ariza, fue un pilar importante en el resultado final: “Es un coche que tiene más de 50 años y localizar algunas piezas no fue fácil pero ha sido un proyecto bonito y hemos aprendido mucho”.

En este sentido, agregó que “la empresa siempre ha apostado por mantener vivo el pasado y no dejarlo atrás y siempre que haya oportunidad de aumentar el museo se hará, porque es un valor añadido”.

primera Quedada Authi José Antonio Ariza, aficionado a los coches clásicos, aprovechó asimismo el día de ayer para organizar un evento en el que se congregaron 14 vehículos fabricados en la planta navarra en aquella etapa. La I Quedada Authi reunió a conductores de Teruel, Zaragoza, Burgos, Madrid o Barcelona.

“No quería hacer una macroquedada, sino más bien algo simbólico”, explicó el gerente de Prensas, que señaló “el compromiso y la responsabilidad” de Volkswagen Navarra “para que las próximas generaciones que lleguen a esta fábrica conozcan el pasado, las raíces, y se puedan sentir identificados con el trabajo que se ha hecho aquí durante décadas”.