pamplona - A Javier, ingeniero industrial de profesión, diez años fuera de España y con casi dos década de experiencia, no le faltan motivos para regresar a Navarra, de donde salió tras terminar los estudios. Habla inglés y alemán, conoce diferentes sectores, ha trabajado en tres continentes, pero se desmoraliza cada vez que ve las ofertas de trabajo que llegan a Alemania desde las empresas de Navarra y los alrededores. “Apenas el 10% pasa de los 25.000 euros anuales y muy pocas llegan a los 35.000. No compensa”, explica.

Su caso supone casi una excepción. Representa un perfil profesional muy cualificado, que demanda unas condiciones de trabajo estables y con buen sueldo, y que se frustra con un mercado de trabajo donde la precariedad y los bajos salarios se han extendido ya no solo entre los más jóvenes, sino entre buena parte de quienes perdieron su empleo durante la crisis y han tenido que buscar otro. De hecho, según los datos de la última Encuesta de Población Activa, solo 16.200 de los 38.100 nuevos asalariados que se han incorporado desde el año 2013, cuando se inicia una más que tímida creación de empleo, son indefinidos. El resto (21.900) son temporales.

La proporción de fijos entre los nuevos contratos representa por tanto apenas el 42%, por debajo incluso de la media nacional, que ronda el 50%, según un estudio publicado esta misma semana por el sindicato USO, que alertaba, al igual que hacían ayer UGT y CCOO, de que los años de creación de empleo no se han traducido en una mejora suficiente en las condiciones de trabajo. Tampoco en Navarra, cuya tasa de temporalidad se alinea de forma casi exacta con la media española: un 26,3%. Desde 2013 ha crecido en 5,7 puntos. Y nunca en la historia reciente hubo tanta diferencia entre el sueldo medio de un fijo y el de un eventual.

“Hay que perseguir la temporalidad injustificada y el fraude en el trabajo por cuenta propia”, explicaban ayer Jóvenes de CCOO, con motivo del Día Internacional de la Juventud, que se celebra el 12 de agosto. Este colectivo es, sin duda, el más afectado por la temporalidad: alrededor del 50% de los menores de 34 años tiene un contrato eventual. Su tasa de temporalidad duplica así la media de la población y contrasta con la que se registra en otros grupos de edad: es de un 22,34% entre quienes tienen entre 34 y 44 años, de un 15,45% entre el colectivo de entre 45 y 54 años y de un 12,7% entre los mayores de 55 años. Entre este último grupo se trata sin embargo de la tasa más elevada de la serie histórica, un indicador de que los elementos que conforman la precariedad (bajos salarios, contratos eventuales o abusos de las jornadas reducidas) se fueron extendiendo con la crisis por diferentes estratos de la sociedad. Sin que la creación de empleo de los últimos seis años -más intensa desde comienzos desde 2014- haya corregido sus efectos.

De hecho, el tipo de empleo que se ha creado desde 2013 resulta de menor calidad que el que se generó en el sexenio previo a la crisis (2002-2008), un periodo de un elevado crecimiento económico, más intenso que el actual, y en el que la población asalariada creció en 43.400 personas, frente a las 38.100 de los últimos seis años. Pero no solo se creó más empleo: entre 2002 y 2008, el 74% del crecimiento correspondió a puestos de trabajo estables, frente al 42% actual. Una década y dos reformas laborales más tarde (2010 y 2012), la diferencia en sensible.

“La temporalidad es solo uno de los elementos que hay que tener en cuenta cuando se habla de precariedad”, explican desde UGT, que ayer analizaba en un informe la situación de los jóvenes, el colectivo más afectado. Independientemente de la edad que tenga una persona joven en el momento de incorporarse al mercado laboral, el trabajo al que se accede, sobre todo en la primera experiencia laboral, se caracteriza por “unas condiciones de precariedad absolutas”. Así, además de la precariedad, el informe pone de relieve que un 51% de los jóvenes navarros con contrato eventual tiene una relación laboral inferior a un año y un 13% tiene contratos inferiores a 6 meses de duración, ya que un 43% de los jóvenes encuestados no especifica la duración.

Un tercer indicador de la precariedad que afecta a los jóvenes es el porcentaje de los que trabajan a tiempo parcial, en su inmensa mayoría de manera involuntaria, que en el segundo trimestre de este año se situaba en el 22%, 4,5 puntos por encima de la media de Navarra.

6%

contrato de más de un año

Apenas seis de cada cien contratos firmados por los jóvenes en Navarra tiene una duración superior a un año.

Por sexo

Hombres25,12%

Mujeres27,5%

Total26,3%

Grupo de edad

16-24 años68,5%

25-34 años44,5%

35-44 años22,3%

45-54 años15,45

Más de 55 años12,7%

Nacionalidad

Española24,5%

Extranjera38,9%

Nivel de formación

Primaria o inferior41%

Secundaria 1ª etapa28,3%

Secundaria 2ª etapa24,33%

Superior25,06%

10.900

brecha salarial Nunca en la historia de Navarra hubo tanta diferencia en los salarios que perciben los trabajadores asalariados según tengan un contrato fijo o temporal. Hace una década, un trabajador fijo ganaba en torno a 7.000 euros más que uno con contrato eventual. Hoy la diferencia se ha ensanchado en más de un 50% y roza los 11.000 euros brutos al año. Según los datos de la última Encuesta de Estructural Salarial, con datos correspondientes a 2017, un trabajador fijo ganaba en Navarra 28.200 euros por término medio.

Por sexo

Hombres8%

Mujeres28,5%

Total17,5%

Grupo de edad

16-24 años36,6%

25-34 años18%

35-44 años18,1%

45-54 años12,5%

Más de 55 años17,5%

Nacionalidad

Española16,8%

Extranjera22,8%

Nivel de formación

Primaria o inferior23,8%

Secundaria 1ª etapa17,3%

Secundaria 2ª etapa22,4%

Superior14,5%