Pamplona - Cuatro años de consejero y vicepresidente del Gobierno le han servido a Manu Ayerdi para entender que las prisas a veces traicionan dentro de la administración. Que la gestión de lo público tiene sus ritmos y sus requisitos. “Una gestión -explica ahora, desde el mismo, amplio y luminoso despacho de los edificios inteligentes de Pamplona que ocupó en 2015- compleja, con un marco normativo que aprieta y obliga. Y más aún si hay fondos procedentes de Europa, por lo que el tiempo e gestión es diferente al ámbito privado. Es algo que a veces cuesta digerir, aceptar y planificarlo”.

Con más experiencia, “pero con la misma ilusión y compromiso”, en su cabeza siguen habitando los números de la política macroeconómica o las claves de proyectos estratégicos como el corredor ferroviario, aunque ambas competencias hayan salido de su Departamento. En el cambio de Gobierno se ha caído también de la Vicepresidencia, pero mantiene las riendas de la política industrial y en muchos casos estratégica de la Comunidad Foral, diseñando un futuro en el que se dibujan transformaciones profundas. “Estamos ante un cambio brutal de panorama”, explica Ayerdi quien señala que poner en marcha la S3, la Estrategia de Especialización Inteligente fue quizá “la gran satisfacción” de los últimos cuatro años. “Esta es una comunidad muy diversa, pero cuando se ponen objetivos compartidos la gente suma y trabaja”, dice.

Han cambiado muchas cosas en estos cuatro años, también parece que el ciclo económico. ¿Cómo ve la desaceleración económica que se anuncia?

-Ya se anunció otros años, pero sí parece que hay una cierta desaceleración y para el año que viene el cuadro macroeconómico del Gobierno prevé un 2,2%. Es una desaceleración, pero son tasas aceptables. Y el presidente de la Airef hablaba el otro día de que estaremos unos años creyendo en el entorno del 2%. Pero nadie sabe realmente, hay demasiados elementos de incertidumbre, que puede desembocar en algo mejor o algo peor.

¿Confía en disponer de más recursos que en la pasada legislatura?

-Hay que hacer el balance entre la mayor capacidad de gasto que tengamos y la evolución del gasto vinculado a Salud, Educación y Políticas Sociales. La cuestión es si suben más o menos que la regla de gasto. Y ahí tenemos una población que envejece y supone un mayor gasto y hay decisiones en educación que exigen mayor gasto. Y lo mismo en políticas sociales. Está dentro de nuestra S3 y yo mismo soy un convencido de que el desarrollo económico debe ir unido a una cohesión social y territorial, que es para mí un imperativo ético o moral. En mi departamento en cualquier caso hay mucho trabajo que necesita presupuesto, pero también trabajo cualitativo, que supone la generación de intangibles, la dinamización de retos, la alineación de la colaboración publico privada. Ahí, sin demasiado dinero, se pueden hacer muchas cosas.

En su comparecencia parlamentaria anunció la creación de un fondo estratégico que serviría para favorecer el arraigo de las empresas que hay en Navarra ¿es un sucedáneo de la banca pública?

-Sobre la banca pública, el debate es más que tipo de banca pública queremos. Si hablamos de instrumentos públicos de financiación hay bastante unanimidad en el ámbito parlamentario. Es una puerta que no debe cerrarse. Nadie discute el rol de Sodena, Y nadie discute que, si podemos desarrollar una herramienta que nos asegure el arraigo e empresas navarras y el crecimiento, como idea es buena.

¿Cuándo se pondrá en marcha?

-Antes de Navidad plantearemos nuestra propuesta.

Anunció que este fondo estaría abierto a la entrada de capital privado. ¿Por qué?

-Nos parece que, para que la herramienta tenga potencia y utilidad debe tener una dimensión importante. Y me cuesta pensar que solo puede ser con dinero público.

Habrá fuerzas políticas que le dirán que se venda la participación de Caja Navarra en CaixaBank...

-Es que no la puedo vender, porque no es mía... Pero incluso con eso me cuesta que fuera a tener el músculo suficiente.

Eso es mucho dinero... ¿De qué cantidad estaríamos hablando?

-Vamos a verlo... Pero si analizamos las empresas de capital navarro de mayor tamaño y suponemos que se plantea la entrada de un fondo de capital riesgo relevante que desnaturalice el carácter de la compañía,

vemos que solo para una operación hace falta una cantidad de dinero muy importante. También puede haber oportunidades de otro tipo, con sociedades que no sean navarras y donde surjan oportunidades.

¿La gestión sería publica o privada?

-Tenemos todavía que analizarlo y verlo. Si el capital es público y privado hay que ver los marcos de gobernanza. Si queremos atraer fondos privados hay que hacer algo que sea atractivo, no ya tanto por la rentabilidad como por el rol, la gobernanza y la toma de decisiones. Eso sí las aportaciones no deben computar a efectos de estabilidad presupuestaria. Esto quiere decir que las aportaciones tengan una consideración de operación financiera, que se entienda que el dinero que se pone en el fondo no está perdido.

¿Sería necesario pedir una ficha bancaria?

-No, yo creo que no.

En su comparencia indicó también que uno de las líneas de trabajo de su departamento tiene que ver con la puesta en marcha de un proyecto industrial en el ámbito de las baterías. ¡Qué opciones hay?

-Lo que todo el mundo sabe y nadie discute es que, pensando en el futuro, la batería es un componente relevante Entonces, estamos trabajando en varios ejes, desde luego en la relación con Volkswagen. Pero también se trabaja con el cluster Acan, y tenemos Naveac. Pero quise hacer ese énfasis porque creo que Navarra tiene que intentar proponer una iniciativa en el entorno de las baterías. Soy prudente, pero vamos a ver de qué somos capaces. El Gobierno trabaja con distintos agentes privados pero es prematuro anunciar cualquier otra cosa.

Uno de los proyectos estrella para los próximos años es el Plan Estratégico del Talento. ¿Cómo se las va a ingeniar Navarra para contener la fuga de personas por ejemplo a Madrid, que se está convirtiendo en un verdadero succionador de talento para el resto de España?

-A Navarra le puede pasar con Madrid, Barcelona o Euskadi. Pero también dentro de Navarra sucede y la Ribera le puede pasar con Pamplona. Hay que definir bien qué necesidades de empleo vamos a tener en niveles directivos, de mandos, de investigadores, de operarios cualificados. Y hay que tener en cuenta la curva demográfica, qué flujo de gente entra, qué genera nuestro sistema educativo, cuántas personas pueden sobrar en determinadas actividades. Hay que ser imaginativo. Los territorios competimos aunque a algunos le chirríe. Hay que ser pragmáticos en ese sentido. Si queremos un modelo en el que compitamos por innovación y valor añadido tenemos que ser capaces de formar ese talento,

¿El tratamiento fiscal de Madrid a Sucesiones y patrimonio supone una competencia desleal?

-¿Es desleal? El elemento capitalidad tiene aún más fuerza que la fiscalidad, que le da a Madrid unas posibilidades enormes.

En este contexto, estar bien comunicado con Madrid puede tener precisamente el efecto contrario al que se busca. vaciar más entre semana Navarra, con personas que acuden por ejemplo a la capital porque solo allí pueden desarrollar carreras profesionales satisfactorias.

-Es como todo. Son oportunidades y amenazas ¿Por qué la Comarca e Sangüesa pierde población, cuando tiene unos empresones que generan empleo? Porque es muy fácil ir y venir en el día. Hay 1.500 navarros en Reino Unido, pero aquí también hay 500 británicos, hay gente de otros países. La clave es especializarse, Navarra no puede pretender ser un referente en todo. Y hay que tener algo que ofrecer en ese sentido. Navarra tiene unos valores muy positivos, que quizá haya que trasladarlos más. En términos de seguridad, de clima, de políticas sociales, de sanidad... Pero la clave es que en lo económico haya oportunidades de desarrollar una carrera profesional potente. Los territorios compiten, vivimos en un mundo que está construido así.

Otro de los retos de los próximos años tiene que ver con la electromovilidad, el vehículo autónomo y el conectado. ¿Está preparado el sector del auto de Navarra para hacer frente a esta transformación?

-Tiene que prepararse y hacer los deberes. Todos debemos hacerlo en los próximos años. Pero tenemos la fortaleza de poder hacerlo, no solo con VW, sino con todo un sector que no solo trabaja para Volkswagen. Fortaleza a corto plazo con un reto a medio plazo.

Navarra tiene alrededor de un 32% de su PIB dependiendo de un sector empresarial, como la industria, que tradicionalmente se ha considerado una fortaleza. Con la automatización de puestos de trabajo que llega, ¿puede terminar siendo una debilidad?

Viene una época e cambios extraordinaria. No sabemos que va a suceder. Hay que ser humildes y estar vigilantes. Hay regiones europeas líderes con un peso como este, como las alemanas. No es un elemento negativo en absoluto, sobre todo porque quien tiene un peso de la industria tan fuerte es porque tiene una industria competitiva. A estas alturas, no puedes tener un 32% con industria subsidiada ni mantenida ni empujada. El hecho de tener ese PIB industrial es un elemento de fortaleza, pero a largo plazo hay que saber que industria se tiene y cómo van a cambiar cada una de ellas. En cada caso será diferente. La alimentacion, por ejemplo, está abriendo nuevos mercados.