pamplona - UCAN y ANEL, las dos asociaciones que representan al cooperativismo navarro, firmaron ayer un acuerdo con la vista puesta en el futuro. Un documento que recoge 20 compromisos de futuro pero que supone el inicio de un camino juntos que, como ya ha sucedido en otros lugares, puede culminar en la integración de un sector capital para la economía navarra, que aporta el 12% del PIB, que compite en todos los sectores y que da empleo ya a casi 11.000 personas, el doble que hace una década.

José María Martínez, presidente de UCAN (Unión de Cooperativas Agrarias de Navarra), e Ignacio Ugalde, presidente de ANEL (Asociación Navarra de Empresas Laborales), fueron los encargados de suscribir un documento que busca potenciar la colaboración y el trabajo en común de las dos organizaciones y que gravita sobre cuatro ejes: el empleo, con igualdad de género y de oportunidades como valor esencial; el desarrollo cooperativo a través de la innovación, la digitalización y la búsqueda de la excelencia; la generación de valor social, con un relevo generacional pendiente y un entorno rural afectado por la despoblación; y el desarrollo de un sector cooperativo que rompe la dicotomía entre capital y trabajo, situando a las personas en el centro.

El sector posee unas bases sólidas. Lo destacó Ignacio Ugalde durante el primer encuentro de cooperativismo de Navarra, que reunió en Baluarte a más de 250 personas y que contó con la presencia de la presidenta del Gobierno de Navarra, así como con la mitad de su gabinete. “No es casualidad”, dijo Chivite, quien quiso mostrar el apoyo del Ejecutivo al modelo cooperativo de Navarra, la comunidad donde más ha crecido este tipo de empresas. “Si volvemos la vista a 2008 -relató Ignacio Ugalde- en Navarra había 309 cooperativas, con 5.593 empleos directos. Pasados diez años, en nuestra comunidad hemos alcanzado las 503 cooperativas, un 62% más. Pero, y esto todavía es más importante, somos 10.787 cooperativistas. Es decir, que se han incrementado un 93% los empleos cooperativos directos”, explicó Ugalde, quien aportó otras cifras para ilustrar la implantación del modelo y su contribución a la vertebración del territorio: el 90% de los pueblos tiene una cooperativa y hay una cada 20 kilómetros cuadrados.

Esta extraordinaria capilaridad del sector ya no es sin embargo suficiente en un mundo donde el volumen cuenta. El tamaño, especialmente en sectores como el primario, permite competir e innovar. Lo recordaba Alfredo Arbeloa, director general del grupo AN. “En Alemania, Francia y otros países las cooperativas facturan seis, siete u ocho veces que aquí”, explicó el máximo responsable de una cooperativa que factura cerca de 1.200 millones de euros.

Arbeloa reclamaba ayudas a la integración y planteaba asimismo la dificultad de afrontar el relevo generacional en un sector donde apenas el 5% de los agricultores tiene menos de 40 años. Y tanto él como Javier Goienetxea, presidente de la Comisión Permanente de Corporación Mondragon, bendecían el acuerdo entre UCAN y ANEL. “Nos falta visibilidad. Aunque seamos cooperativas diferentes, de sectores distintos, tenemos que extraer el tronco común”, señaló antes de recordar que, en Euskadi, las cooperativas ya se han fusionado, un camino que en Navarra acaba de comenzar.