Pamplona - Los tramos de las autopistas AP-4 entre Sevilla y Jerez de la Frontera (Cádiz) y de la AP-7 entre L'Hospitalet de l'Infant (Tarragona) y Alicante pasaron ayer a ser gratuitas para todos los usuarios y ahora serán gestionadas por el Ministerio de Fomento, lo que puede suponer un ahorro para los conductores de alrededor de 380 millones de euros.

La supresión de estos peajes forman parte de la decisión que adoptó el Gobierno actualmente en funciones de no renovar ambas concesiones a Abertis, en los 468 kilómetros que suman los tramos citados de la AP-7 y de la AP-4.

Se trata de la segunda operación de levantamiento de barreras de autopistas de peaje, tras la ejecutada hace 13 meses por el Estado en la AP-1 Burgos-Armiñón, que gestionaba el grupo Itínere.

140 trabajadores afectados La compañía Aumar, filial de Abertis, comunicó a los trabajadores un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a unos 140 trabajadores, empleados en las autopistas AP-7 y AP-4, como respuesta al fin de las concesiones.

Según los datos del Ministerio de Fomento, el tramo de la AP-7 entre L'Hospitalet de l'Infant y Valencia tiene un tráfico medio de 22.707 vehículos diarios, en tanto que entre Valencia y Alicante transitan 20.124 vehículos. En ambos casos, el periodo estival eleva estas cifras hasta casi 36.000 vehículos.

Con el levantamiento de barreras, la AP-7 entre Tarragona y Alicante pasa a ser gratuita después de 48 años de pago de peajes.

Una liberalización por parte de Fomento que no solo supone un ahorro para los vehículos particulares, sino también para los transportistas y que ahora obliga a analizar la evolución futura de la demanda y planificar la movilidad, actuando para mejorar la conectividad de la AP-7 con los municipios que atraviesa.

La gratuidad supondrá un importante ahorro para los transportistas que la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte (FVET) ha cuantificado entre 2.000 y 2.500 euros por vehículo.

Además, conllevará un mayor uso de una vía mejor, de alta capacidad y más rápida para los transportistas que cubren rutas de proximidad entre las ciudades de Valencia, Alicante y Castellón y que hasta ahora evitaban utilizar esta vía para ahorrarse el peaje.

Menos importante será la denominación que se le dé para diferenciarla de la A-7, un cambio que se estudiará más adelante ya que ahora se mantendrá igual para evitar problemas en la cartelería, pero que habrá que abordar porque no se pueden tener dos A-7.

En el tramo de la AP-4, de 93,8 kilómetros, transitan casi 25.000 vehículos cada día.

Desde ayer, miércoles, las barreras de ambas autopistas permanecen levantadas y este mes se iniciará el desmantelamiento de las playas de peaje a través de un contrato de emergencia hasta la adjudicación de los contratos de conservación y mantenimiento que se han licitado, estimado en 153 millones de euros.

Sacyr, FCC y API Movilidad han sido seleccionadas para estas labores mediante contratos de emergencia y hasta que se produzca la adjudicación definitiva una vez se resuelva el recurso interpuesto por Abertis.

En 2021 serán otras tres autopistas de peaje las que levanten las barreras a partir del 31 de agosto: la AP-7 entre Zaragoza y Mediterráneo, la AP-2 entre Tarragona y La Jonquera y la AP-7 entre Montmeló y el Papiol, tras expirar la concesión a Acesa (Abertis). - D.N.

30

En estos tramos de autopista el Estado asume la gestión y el coste de mantenimiento. Está en marcha el concurso para su adjudicación. La previsión es que el coste puede superar los 30 millones de euros al año: 26 millones para la AP-7 y 5,5 millones para la AP-4.