La Bolsa dio el beneplácito a la fusión de Bankia y CaixaBank al incrementar su valor en la sesión de ayer. La entidad rescatada se disparó un 32,88% y la catalana un 12,37%. Esta operación parece que se convierte en la primera de otras que afrontará el sector, de acuerdo a las recomendaciones del Banco Central Europeo para hacer frente a las consecuencias de la pandemia en la rentabilidad de las entidades financieras. ¿Qué pasará con Sabadell, Unicaja, Ibercaja, Kutxabank o Liberbank; además de BBVA o Santander, que ahora mismo son el primer y segundo banco en el ranking, respectivamente?

La operación de CaixaBank y Bankia daría origen al mayor grupo del Estado por activos por un valor de 650.000 millones, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad catalana y más de 2.200 la entidad nacionalizada), una plantilla superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 de CaixaBank y unos 16.000 de Bankia), casi 21 millones de clientes y 753.000 accionistas. Los títulos de Bankia se dispararon un 32,88%, hasta intercambiarse a un precio de 1,376 euros, y los de CaixaBank, un 12,37% (2,04 euros). Más pronunciados que los de CaixaBank fueron los ascensos que al anuncio provocó en otras entidades que en el pasado aparecieron en las quinielas para protagonizar próximas fusiones, como Sabadell, que repuntó un 13,81%, Liberbank (13,54%) o Unicaja (13,24%). Los ascensos fueron menores en Bankinter (5,32%), BBVA (5,23%) y Santander (3,4%).

ultimada a finales de año CaixaBank y Bankia pretenden apurar los plazos y acelerar al máximo los trámites para tener ultimada su fusión antes de finales de año y materializarla antes del cierre del primer trimestre de 2021. Los consejos de administración de Bankia y CaixaBank barajan el domingo 13 de septiembre como fecha tentativa para reunirse y adoptar una decisión sobre la operación, pues esperan contar para entonces con los resultados de la fase de due diligence (auditoría legal), que les permitirán disponer de todos los datos para adoptar la resolución.

los asesores CaixaBank cuenta con el asesoramiento de Morgan Stanley, con Deloitte como consultor y con Uría Menéndez como asesor legal. Y Bankia tiene a Rotschild como asesor financiero, a EY como firma de servicios profesionales y a Garrigues como despacho. Una vez concluida la due diligence, ambas entidades definirán cómo queda la ecuación de canje de acciones, el organigrama y el reparto de poder interno, el plan de reducción de capacidad instalada -que cuantificará las sinergias y el ahorro de costes-, el plan de negocio futuro, la sede social y el nombre de la entidad resultante. Según la ecuación de canje que se baraja, Fundación la Caixa controlaría un 30% del nuevo grupo, y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) bajaría su peso de casi el 62% al 14%. Para la ecuación de canje, los accionistas de CaixaBank tendrían aproximadamente el 70% de la nueva entidad; y los de Bankia, el resto. Desde el ámbito de la solvencia, ambos se sitúan en los puestos de cabeza de los bancos cotizados estatales, con una ratio de CET1 del 13,27% en Bankia y del 12,3% en CaixaBank, con lo que la entidad estaría entre los bancos de España más solventes.

Si la operación sigue adelante, y una vez que los respectivos consejos de administración dieran el visto bueno a la fusión, CaixaBank y Bankia convocarían sendas juntas extraordinarias antes de finales de año para obtener la luz verde de los accionistas.

a la cnmc y no a bruselas En cuanto a las autorizaciones, y dada su presencia mayoritaria en España -CaixaBank es la única de las dos que tiene presencia en el exterior, en Portugal- es muy probable que notifiquen la operación a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en lugar de remitirla a Bruselas. La Ley de Defensa de la Competencia plantea el procedimiento en dos fases. En la primera, que durará un máximo de un mes, se analizará la operación, y el consejo decidirá si la fusión debe ser autorizada o si exige un análisis más detallado. La mayoría de peticiones se aprueban en esta fase.

Si se detectan problemas de competencia que requieren un mayor análisis, se pondría en marcha una segunda fase, con un análisis más minucioso todavía que incluye la consulta a terceros interesados. El consejo de la CNMC decide si la concentración debe ser autorizada sin más o si requiere que se apruebe sujeta a los compromisos que propone el comprador para que le autoricen.

En el caso de que los compromisos no fueran suficientes para resolver los problemas de competencia identificados, el consejo puede imponer condiciones que complementen o, incluso, que sustituyan los compromisos propuestos por el comprador.

Dado el solapamiento de parte de su red de oficinas (unas 1.400 están en el mismo distrito postal) tanto CaixaBank como Bankia son conscientes de que Competencia puede imponerles un repliegue en determinadas regiones donde cuentan con fuerte presencia (caso de Madrid o Comunidad Valenciana) por lo que el plan de compromisos presentado incorporaría esa eventualidad.

EN BREVE

Unidas Podemos rechaza la operación. La operación cuenta con la bendición del Banco Central Europeo y del Ministerio de Economía, no así con Unidas Podemos (socio de Gobierno).

Baile de fusiones en Europa. CaixaBank y Bankia han dado un renovado impulso al movimiento de consolidación del sector en Europa, después de que culminase la compra de UBI Banca, el cuarto mayor banco de Italia, por Intesa Sanpaolo, la mayor entidad minorista del país transalpino.

Cerrar entre 3.000 y 4.000 oficinas y despedir hasta 26.000 trabajadores. Entre las dos, sumarán casi 7.000 sucursales, cuando solo hacen falta 3.000 o 4.000 para cubrir todo el territorio nacional, y una plantilla conjunta de 51.000 personas, frente a los 25.000 o 30.000 trabajadores que serían realmente necesarios, apunta ATL Capital. Barclay's calcula que la entidad resultante elevaría un 18% su beneficio en 2022 tras ajustar la red de oficinas (hay 1.400 sucursales que comparten código postal).