- El banco resultante de la fusión entre CaixaBank y Bankia apenas repercutirá en la cuota del 33% de mercado que actualmente ocupa la entidad catalana en Navarra. Esto se debe al escaso peso que tiene el banco nacionalizado en la Comunidad Foral, con apenas quince personas trabajadoras en plantilla y tres oficinas en Pamplona (en Sancho el Fuerte y en Paseo Sarasate).

Actualmente CaixaBank contabiliza 146 oficinas y 685 trabajadores y trabajadoras en plantilla -aunque hay que añadir unas 40 personas que se encuentran bajo la figura de excedencias especiales, es decir, actualmente desempeñan sus tareas de manera temporal en empresas de la entidad, pero no directamente en CaixaBank-. Sin embargo, si se planteara un recorte de plantilla en CaixaBank y se negociaran unas condiciones de salida entre la dirección y los sindicatos, estos 40 profesionales tendrían derecho a acogerse a ellas. Por ese motivo, una hipotética reestructuración de plantilla afectaría a unos 725 empleados y empleadas.

Las pretensiones de unificación de CaixaBank y Bankia van a crear el primer banco de España por activos, con un montante de 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad rescatada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia). En este mapa, Navarra aporta unos 740 trabajadores y 149 oficinas. Las denominadas sinergias entre plantillas y oficinas que surgirán en los diferentes territorios en los que están presentes, provocará una nuevo cierre de sucursales y un expediente de regulación de empleo de extinción de contratos.

Los sindicatos reaccionaron ante el anuncio de esta fusión y pusieron en valor el empleo. CCOO manifestó que esperaba que esta operación “no afecte a la plantilla en la Comunidad Foral”, pero que si se produce que se realice a través del acuerdo y sin medidas traumáticas. En opinión del sindicato, desde el punto de vista financiero, y dada la situación de mercado, tipos de interés y avance de la digitalización, “es una operación que tiene lógica empresarial”; y debido a la coyuntura generada por la covid, “se anticipa y prepara para los impactos que puedan amenazar sus balances”.

Por su parte, la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT (FeSMC-UGT) y sus estructuras organizativas se volcarán en preservar el empleo si finalmente se produce una fusión entre Bankia y CaixaBank. “Vamos a poner todo nuestro esfuerzo para salvaguardar los puestos de trabajo y los derechos sociales y económicos de los trabajadores y trabajadoras si este proyecto de fusión se lleva a cabo”, comunicó. Esta central recordó que el proceso de consolidación bancaria de los últimos años en España “se ha visto acompañado de la destrucción de unos 100.000 empleos y una reducción de las redes de sucursales de más del 40%”. CaixaBank afrontó el año pasado su último proceso de adelgazamiento de plantilla, que en Navarra supuso la salida de algo más de cien asalariados y asalariadas.

Por su parte, los sindicatos LAB y ELA en una nota conjunta remarcaron que esta operación por absorción no puede considerarse “una buena noticia, porque se planifica desde las altas esferas y el empleo solo se valora como un coste, con la consiguiente destrucción de puestos de trabajo”. Además, insistieron en la responsabilidad del Estado en este tema, ya que rescató a Bankia, y ahora quiere devolverla a “manos privadas”. Ambas centrales se “comprometieron a defender el empleo actual y futuro y las condiciones laborales”.

Unos 30 trabajadores en CaixaBank. Actualmente la plantilla de esta entidad contabiliza unos 30 trabajadores con esta edad, dato a tener en cuenta si hay que afrontar un proceso de bajas voluntarias tras la fusión.

Tres asalariados en Bankia. Tres de los 15 profesionales de este banco suman más de 54 años, según las cifras que maneja el sindicato CCOO.

¿Qué encaje tiene la obra social en esta fusión? La fusión de CaixaBank y Bankia genera interrogantes, entre otros, si afectará esta operación a la obra social de la Caixa, su seña de identidad. Cada año Navarra recibe unos 14 millones de la Obra Social la Caixa, que a través de un acuerdo de colaboración entre el Gobierno foral y esta fundación bancaria, son destinados a diferentes proyectos sociales, educativos y culturales de los que se benefician numerosas personas e instituciones.