- La Fundación Caja Navarra confía en que nada relevante cambie en la nueva CaixaBank una vez sea absorbida Bankia. La heredera de la antigua entidad de crédito, que ahora posee 53,6 millones de acciones como parte esencial de su patrimonio, mantendrá la misma cantidad de títulos una vez se complete la absorción de Bankia, si bien su participación se diluirá de manera apreciable como consecuencia de la ampliación de capital. Pasará a controlar el 0,665% de las acciones del banco con mayor implantación en España.

En estos momentos Caja Navarra controla el 0,89% de CaixaBank. Como quiera que el acuerdo de fusión establece una ecuación de canje de 0,6845 acciones ordinarias nuevas de CaixaBank por cada acción de Bankia, los accionistas de CaixaBank representarán, inicialmente, el 74,2% del capital de la nueva entidad, y los de Bankia, el 25,8%. En el caso de Fundación Caja Navarra esto supone reducir su presencia en términos porcentuales. “Tenemos el mismo número de acciones, pero de una entidad más grande”, explica Javier Fernández Valdivielso, director de una fundación cuya fuente principal de ingresos son los dividendos que abona CaixaBank a sus accionistas. De este modo, una entidad superior en tamaño, con un mayor dominio del mercado en muchos territorios, debería ser capaz de incrementar su capacidad de generar beneficio y, por tanto, dividendo.

Para el actual ejercicio, Caja Navarra contaba con un presupuesto de ingresos de 11.279.000 euros, de los que 6,8 millones proceden de dividendos. Las previsiones de la Fundación Caja Navarra chocaron en primavera con la realidad de la epidemia y con la decisión del consejo de administración de CaixaBank, que redujo de 0,15 a 0,07 euros el dividendo por acción que pagará este año. Esto supone apenas 3.752.000 euros para Fundación Caja Navarra. En principio, CaixaBank y Bankia no volverán a pagar dividendo hasta que se haya completado la fusión, si bien a partir de 2021, una vez consolidada la nueva entidad, CaixaBank debería estar en condiciones de remunerar de nuevo a sus accionistas. Siempre que el Banco Central Europeo lo permita.

Todas estas cifras se encuentran lejos de las que Can se anotaba cuando en 2012 pasó a formar parte del accionariado de CaixaBank. En la primavera de aquel año, la entidad catalana, ahora con sede en Valencia, absorbió Banca Cívica, integrada por Caja Navarra, Cajasol, Caja Burgos y Caja Canarias. Desde entonces, la participación de la antigua Caja Navarra en CaixaBank, que llegó a situarse en el 1%, se ha ido diluyendo ligeramente, pero sobre todo ha menguado la capacidad de CaixaBank para generar beneficio recurrente. Durante sus años de vida en solitario, en una situación económica que nada tenía que ver con la actual, Caja Navarra solía destinar alrededor de un 20% de su beneficio a obra social. La cifra rondaba los 30 millones de euros al año, si bien en algún ejercicio esta cantidad rozó los 50 millones.

38%

El dividendo que percibe Fundación Caja Navarra procedente de sus 53,6 millones de acciones en CaixaBank se ha reducido en casi un 38% en el último lustro y caerá todavía más este año. Así, en 2014 Caja Navarra recibió unos 10,9 millones de euros que en 2016 ya se habían reducido hasta los 8,11 millones de euros y que este año, debido a la epidemia se quedarán en apenas 3,75 millones.