a recuperación económica cuenta con una bala de plata. Un ahorro excesivo y más que prudencial, generado sobre todo por la imposibilidad de gastar, y que, tarde o temprano debe plasmarse en un fuerte rebote del consumo. Solo en Navarra, las cuentas corrientes y los depósitos de familias y empresas han crecido en más de 2.000 millones de euros en el último año, el mayor incremento desde que hay registros.

El dato duplica los que venía recogiendo el Banco de España en los últimos años, lo que significaría que los navarros hemos ahorrado en 2020 unos 1.000 millones de euros más de lo que podía esperarse en circunstancias normales, hasta superar los 19.000 millones de euros a final de año. Una cifra que, una vez que la campaña de vacunación permita aligerar las restricciones y regrese la movilidad, ayudará a impulsar compras, gasto y, en suma, a insuflar oxígeno a una economía para la que se esperan crecimientos cercanos al 6% durante dos años.

"El sobreahorro va a impulsar el consumo privado en el segundo semestre y en 2022", señalan desde Funcas, que en las últimas semanas ha rebajado sus previsiones de crecimiento para este año y las ha incrementado para el que viene. La institución estima que esta demanda ahora contenida comenzará a dejarse sentir a partir de junio. "Los factores que la van a impulsar siguen ahí", explica Raymond Torres, del servicio de estudios, quien cita los fondos europeos, la demanda embalsada por ahorro precautorio -que cifra en 56.300 millones de euros en toda España- y el turismo embalsado, que aportaría otros 70.000 millones.

Un verdadero aluvión que, si no se retrasa en exceso, ayudará a mantener todavía buena parte de un tejido económico que en algunas casos afronta semanas críticas, asfixiado ya por meses de baja facturación y cierre. Los ERE de MTorres y Trenasa han encendido algunas alertas en el sector industrial navarro, mientras el comercio y la hostelería abordan ya una oleada de cierres.

La clave puede estar ahí, apunta Fernando San Miguel, del servicio de estudios de la Cámara de Comercio de Navarra, quien indica que la evolución del mercado de trabajo en los próximos meses va a ser clave para adivinar "qué parte de ese ahorro embalsado termina por gastarse". Es lo que se denomina, propensión marginal al consumo y que dependerá, sobre todo, de las expectativas que perciba la ciudadanía respecto al empleo. Si no se ve seguridad, explica San Miguel, se mantendrá una cierta prudencia.

Conservar las rentas

Tres cuartas partes de la población, igual o en mejor situación

Mikel Casares, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Pública de Navarra, tiene claro que "si en verano tenemos un 50% de la población vacunada y a eso le unimos que en torno a un 20% ya lo ha pasado y está inmunizado, si no hay sorpresas con las nuevas cepas del virus, las restricciones se van a aligerar". Y eso va a significar que "una parte importante de ese ahorro contenido se destinará al consumo", explica.

Navarra cuenta, además, con una ventaja relativa sobre el resto. Pese a la dureza de las restricciones, ha retenido casi el 99% de su empleo, gracias a una estructura económica menos dependiente del turismo. "Y en general -explica Casares- alrededor de un 70% o 75% de la población tiene la misma o mejor situación económica que antes de la pandemia", un aspecto clave cuando las restricciones vayan desapareciendo y sea posible volver a gastar en hostelería o vacaciones.

Pensionistas, jubilados, trabajadores del sector privado que no han tenido ERTE o que han regresado a su puesto de trabajo. Todos han dejado de gastar no porque haya disminuido su renta, sino porque no ha habido oportunidad de hacerlo. "El agregado es bueno. Los problemas están en el desagregado, con un aumento de la desigualdad y una situación muy diferente entre el sector privado y el sector público. Este último ha incrementado de manera importante sus deudas, por lo que una parte de ese ahorro privado tendrá que ir a pagarla vía impuestos", explica Casares.

La política de tipos de interés también juega a favor de un fuerte rebote del consumo. "Yo soy optimista", explica Carlos Medrano, asesor de empresas en Eximia Consultores y que acaba de publicar Cómo consolidar el crecimiento de tu empresa, una guía práctica para tomar decisiones y actuar. Con el euribor en negativo, los tipos de interés van a seguir incentivando la actividad, tanto inmobiliaria, como en otras actividades. "Y no veo los tipos regresando al 2% al menos en dos años", añade Casares.