s un hecho que la pandemia del coronavirus ha causado estragos en la economía. El confinamiento, los cierres, los ERTE o los rebrotes condicionaron el 2020, que registró una caída del PIB del 10,8%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La crisis de la covid-19 puso fin a más de cinco años de crecimiento y provocó una caída de actividad particularmente intensa en aquellos sectores más afectados por la reducción de demanda y las restricciones a la movilidad. Sin embargo, a pesar de las numerosas secuelas que se aprecian en todos los indicadores, tanto empresariales como sociales, las perspectivas para este 2021 son optimistas con una previsión de crecimiento principalmente en la segunda mitad del año. Si en el primer trimestre el PIB sufrió una contracción del 0,5%, debido a la tercera ola de la pandemia y el retraso en la llegada de los fondos europeos, desde entonces se ha dado un notable repunte de la actividad en el segundo trimestre de manera que se espera que el crecimiento del PIB alcance el 6,2% este año, dos décimas más que en la anterior previsión, según el último informe del Banco de España.

Por su parte, el Instituto de Estadística de Navarra (Nastat) considera que las perspectivas para la Comunidad Foral apuntan a una recuperación económica “más ágil” que en el conjunto del Estado.

Parte responsable de este impacto positivo es el rápido avance de la vacunación y la capacidad de respuesta de los diferentes gobiernos mundiales en poner en marcha medidas de estímulo para salvar vidas y proteger el bienestar económico. Y, en este sentido, la Comunidad Foral ha desarrollado un plan integral para superar la crisis y crear un nuevo modelo económico, social y de participación ciudadana. Progreso, cohesión e innovación son los tres pilares del plan Reactivar Navarra / Nafarroa Suspertu 2020-2023, que tiene como misión impulsar y coordinar todas las herramientas públicas y privadas para reactivar la economía, reforzar el sistema sanitario y de cuidado de personas mayores e incentivar la innovación técnica y social como palanca de cambio y diversificación empresarial, así como fomentar la economía social y cooperativa y la apertura a las nuevas demandas de los mercados internacionales. También son objetivos principales el acometer las inversiones pendientes, fomentar la cohesión digital y territorial, promover la cultura como elemento de bienestar social y cohesión territorial y reequilibrar el territorio valorando el ámbito rural.

Las buenas expectativas, también, se pueden ver reforzadas por la política fiscal si se actúa con celeridad a la hora de tramitar las ayudas probadas para las empresas, igual que con los fondos Next Generation, un instrumento creado por la Unión Europea para garantizar una recuperación sostenible, uniforme, inclusiva y justa para todos los Estados miembros.

Enmarcados en ellos, el Gobierno de Navarra ha identificado más de 125 proyectos para desarrollar en la Comunidad Foral entre 2020 y 2026, dentro de las estrategias de cohesión territorial y social, innovación digital y transformación ecológica.

Aquí es donde se pone interesante todo este proceso de reactivación económica social, con sus riesgos y potencialidades. Navarra tiene que asumir una transformación total para lograr una economía eficiente en el uso de los recursos y ser más competitiva.

Por un lado, la digitalización debe dar respuesta a retos económicos a través de la innovación, la modernización tecnológica y los incrementos de productividad; pero también como mecanismo de inclusión social al favorecer la reducción de desigualdades interpersonales y territoriales, tanto entre el ámbito rural y urbano como en la educación. Por otro, la estrategia de cohesión territorial tiene el reto de paliar la despoblación a través de la mejora de los servicios básicos municipales y apoyo a las entidades locales, y avanzar en la consolidación del modelo de desarrollo sostenible que marca la Agenda 2030.

Energías renovables; economía circular; promoción rural; edificación eficiente, construcción industrializada y movilidad sostenible con el vehículo eléctrico como prioridad; conservación de la biodiversidad... son algunos de los desafíos con un nexo común en torno al desarrollo sostenible que Navarra deberá trabajar en los próximos meses para afrontar con positividad la situación económica actual y salir reforzados de esta crisis sanitaria.