- Las dos décadas de vida del euro, cumplidas precisamente hoy, han conocido dos crisis profundas y una burbuja de crédito sin precedentes. Han reforzado a una moneda que, desde su entrada en vigor, se ha revalorizado un 25% respecto al dólar -bien es cierto que ha caído un 29% desde el verano de 2008- y, del mismo modo, han coincidido con una indudable pérdida de poder adquisitivo de los salarios. En los últimos 20 años, los sueldos medios se han dejado en Navarra unos diez puntos de poder de compra.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el salario medio se situaba en Navarra en 20.960 euros en 2002. Los siete años anteriores, ya de intenso crecimiento económico, los sueldos habían crecido en consonancia, cerca de un 24%, desde los 16.890 euros del año 1995 (2.810.300 pesetas de la época). Pero a partir de ese momento, y sobre todo de la crisis de 2008, los sueldos echan el freno y solo repuntan de nuevo a partir de 2016. En 2019, último año con dato comparable antes del estallido del coronavirus, el sueldo medio rondaba en Navarra los 27.493 euros.

Supone, por tanto, un incremento del 31% en el periodo 2002-2019. En el mismo tiempo, el Índice de Precios al consumo ha crecido un 41%, si bien el alza de los precios de los últimos meses va a amplificar esta pérdida de poder adquisitivo. Hasta noviembre de 2021, los precios han crecido un 47%. Un 6% de crecimiento adicional que difícilmente se trasladará a los salarios, desligados en su mayoría del IPC desde hace ya una década.

No se trata solo números generales. Un repaso a los productos más básicos de la lista de la compra confirma que hoy vivir es bastante más caro que hace dos décadas, que los sueldos hoy rinden menos. Inicialmente, por el efecto redondeo. Pero, posteriormente, por una evolución muy dispar de uno y otro indicador.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) analizó el comportamiento de los precios tanto entre septiembre de 2001 y enero de 2002 como en el primer año de vida de la moneda única. "Ni las Administraciones Públicas cumplieron la promesa de convertir los precios sin trampas". En cuatro meses, el pan subió un 24%; los billetes de bus y metro, un 6%; los cafés y las cervezas, cerca de un 7%; y los parkings, hasta un 13% más caros en apenas un cuatrimestre. Durante 2002, con la economía subiendo a todo gas y la vivienda en modo de calentamiento, los precios siguieron su escalada.

Porque no todo lo que sube baja. La crisis de 2008 cambió algunas cosas, pero golpeó más a los salarios que a los precios, si bien la vivienda, protagonista de alzas de precios sin precedentes en la década anterior, corrigió con fuerza a partir de 2012.

Sin embargo, la reforma laboral de aquel mismo año cumplió con su objetivo. Y contribuyó a una devaluación vía salarios cuyos efectos aún se sienten. "La precariedad laboral, la temporalidad y el desempleo y el subempleo son frenos muy efectivos a las alzas y reclamaciones salariales", resumía el último día del año Santiago Niño Becerra, en un diagnóstico general, pero perfectamente aplicable a Navarra. La tasa de desempleo, por encima del 9%, sigue siendo elevada si se compara con la media europea.

Los precios terminarán el año desbocados, doblando la inflación media del año. Y, aunque se moderen sensiblemente, en 2022, su incremento golpeará a los bolsillos de los consumidores, que han mantenido elevadas tasas de ahorro y que parecen haber priorizado el gasto en bienes de consumo duradero, sobre todo en el hogar.

De hecho, la vivienda acumula ya en Navarra cuatro trimestres consecutivos de incrementos de precio. Y, según la firma de tasadores inmobiliarios Tinsa, el precio medio del metro cuadrado en Navarra se sitúa en 1.223 euros el metro cuadrado, apenas un 12% más que en 2001 y casi un 40% menos todavía que en 2007, año en el que se marcaron los precios más altos de la historia. En Pamplona, sin embargo, el precio medio ya ronda los 1.800 euros el metro.

En el acumulado de estos años otros son los productos que han registrado mayores incrementos: la gasolina, el gas, la electricidad, las manzanas, la ternera, el aceite, la cerveza, el pan y el pollo presentan incrementos de al menos el 50%. Un alza que empobrece a la mayoría.

En 2024. En los próximos años, el euro se someterá a un lavado de cara con el rediseño de los billetes que tiene previsto llevar a cabo el BCE para 2024. Este proceso de rediseño de los billetes de euro será uno de los mayores cambios en el dinero de la eurozona desde que el BCE decidirse acabar con la emisión de billetes de 500 euros a partir de 2018. Más allá de esta actualización del diseño de los euros, el BCE ha comenzado un proceso mucho más ambicioso con vistas al lanzamiento de un euro digital para lo que la institución quiere tener listo un primer prototipo en 2023. "Esperamos reducir las decisiones relacionadas con el diseño a principios de 2023 y desarrollar un prototipo en los meses siguientes", anunció el ejecutivo italiano del BCE, Fabio Panetta, el pasado mes de noviembre, subrayando que el euro digital servirá para reforzar la soberanía europea ante la creciente importancia de sistemas y medios de pago no europeos.