La escalada de los carburantes no se detiene. Y las gasolineras de Navarra lo han reflejado en las últimas 24 horas, con incrementos de hasta 20 céntimos el litro, en torno a un 12%, que han dejado el precio medio del diésel en el entorno de los 1,75 euros litro. La gasolina rebasa ya los 1,82 euros y apunta hacia un umbral que ya se está rebasando, por ejemplo, en algunas estaciones de servicio guipuzcoanas, donde se superaban ayer por la tarde los dos euros el litro.

El golpe es más que relevante para el bolsillo de los ciudadanos. Si en lo más duro de la pandemia el litro del diésel se situó por debajo del euro, los precios actuales suponen un incremento cercano al 100% en menos de dos años que se traduce en unos 40 euros extra con cada llenado. Repostar y colmar de carburante un depósito medio de 55 litros se aproxima ya a los 100 euros. A estos precios, la factura media anual para un ciudadano que llene el depósito dos veces al mes supone unos 1.000 euros. Pero se multiplica para aquellos que tienen en el coche, el camión o el autobús su modo de vida.

"La gente esta asustada", explica Beñat Oiartzun, de la gasolinera Noil de Bera, que ha subido los precios en los últimos días, pero que sigue figurando entre las más económicas. Diésel y gasolina se vendían ayer a 1,735 euros. "Aquí paran sobre todo camioneros y no hemos notado que haya bajado el trabajo, la gente sigue llenando los depósitos", añadía. No era una excepción: los clientes visitaban las gasolineras ayer con normalidad y, según los datos del Ministerio, cinco gasolineras vendían ya la gasolina por encima de 1,9 euros y tres superaban ya esta cota en el caso del diésel, generalmente más barato.

La invasión de Ucrania, y el veto a las importaciones de petróleo ruso anunciado por Estados Unidos, no han hecho sino elevar la tensión sobre el precio del barril, que explica en buena medida el comportamiento de los combustibles. Nada hace prever además una descenso próximo de unos precios con un patrón histórico además recurrente: suben como una flecha y caen como una pluma, con mucha mayor lentitud. De hecho, el barril de petróleo cotiza estos días por encima de los 120 dólares, en máximos desde 2008 -incluso más caros, si se tiene en cuenta la depreciación del euro frente al dólar en este tiempo- y los futuros para se negociaban ayer a 200 dólares.

El petróleo explica en torno a una tercera parte del precio de los carburantes. La mitad se debe a los impuestos, en concreto, el 32% al Impuesto Especial sobre los Hidrocarburos y un 18% al IVA, según la Asociación Española de Operadores de Productores Petrolíferos, por lo que desde las estaciones de servicio han comenzado a reclamar ya un descenso del IVA para contener la escalada.

Nacho Orradre es el secretario de la Asociación Navarra de Empresas de Transporte, que representa a un colectivo especialmente afectado por el alza de los precios. "Y eso que en Navarra las gasolinas han sido históricamente algo más bajas que la media", explica. Los datos de enero, los últimos en ser publicados situaban a la Comunidad Foral como la cuarta con los precios más reducidos.

Orradre explica que la situación comienza a ser muy complicada para el sector, especialmente para aquel que trabaja en el sector público. "Tanto las empresas dedicadas a la obra pública como las que se dedican al transporte de viajeros tienen las manos atadas y no pueden trasladar los precios a la administración debido a la ley de desindexación, que creemos que habría que reformar. La situación de precios es ahora mismo insostenible".

En el caso del transporte de mercancías, la situación también se está complicando día tras día. Y el margen para repercutir los precios tampoco es el que demandan las empresas, a las que la actual regulación, muy reciente, con revisiones de precios trimestrales aunque negociables, ya se les ha quedado cortas. "Muchas empresas no están diciendo que habría que ir a una fijación de precios semanal o incluso diaria", señala Orradre, quien recuerda asimismo que el sector ya arrastra problemas como la falta de camioneros, que también contribuye a elevar los precios finales.