María José confiesa que hubiera estudiado veterinaria, pero al no ofertar esta carrera ningún centro en Navarra eligió ser ingeniera técnica agrícola. Oriunda de Oskotz, habita en Pamplona, en el barrio de la Rochapea con su pareja e hija.

Cada día el despertador suena a las 4.45 horas para cubrir en coche los aproximadamente 30 minutos de trayecto entre Pamplona y Oskotz para llegar a las 6.00 horas a la cooperativa San Miguel de Aralar, especializada en vacuno de leche y ovino. Su padre Melitón fue uno de los fundadores.

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María José, de 57 años, ejerce de encargada con otro compañero en la sección de vacuno. Desde hace 28 años trabaja en la cooperativa, compuesta por cinco socios -entre los que se encuentra ella- y 22 personas asalariadas. "Fui la primera mujer que cubrió tareas fuera de la oficina, como ordeñar o mover ganado, etc.", explica. Pero, ahora en su jornada de entre nueve y diez horas compagina labores en granja con temas administrativos, además de estar pendiente del móvil por si ocurren imprevistos. "La última vez el día de Nochebuena", apunta.

Los horarios y los bajos salarios ofertados -condicionados por el precio que perciben los ganaderos por la leche- dificultan encontrar personal. "No he conocido a nadie que deje la cooperativa para emprender como ganadero sino para emplearse en la industria o en el sector servicios", especifica.

Esta cooperativa suma 1.040 vacas, de las que 520 están en ordeño, con una media de 38 litros diarios. María José exige que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria para recibir precios por encima de los costes de producción. "Las normas se aprueban para acatarlas, ¿no?", reitera.

Esta profesional rememora que hace tres décadas "fijaban los precios las centrales lecheras y ahora la distribución". En definitiva, "al final los ganaderos siempre ahogados", matiza. En cada litro de leche pierden diez céntimos. "No podemos parar y protestar por nuestra crítica situación como los transportistas, ya que debemos atender a los animales a pesar del agujero económico que va creciendo al trabajar a pérdidas", aclara.

Por eso reivindica: "Un precio por la leche que cubra costes de producción y permita salarios dignos e inversiones que eviten el deterioro de las instalaciones, y acabar con el concepto de leche como producto reclamo para comprar artículos".

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SU FRASE"El salario y los horarios de este sector dificultan encontrar personal"

María José Iribarren

57 años, Oskotz