Julen siempre ha vivido en Lizaso, en el valle de Ultzama a unos 25 kilómetros de Pamplona. Cuenta que "se ha criado entre animales" y que siempre ha querido continuar con la profesión de su padre Agustín y de su abuelo paterno Pedro Mari. En febrero celebró sus 29 años y el próximo julio cumplirá nueve como ganadero en la cooperativa Aldapa, de la que forma parte su progenitor. Estudió Grado Superior en Gestión y Organización de Empresas Agropecuarias, aunque Agustín le aconsejó elegir otra actividad. "De pequeños, mi hermano Xabi -cuatro años mayor y médico- y yo pasábamos las tardes en la granja porque era la única manera de compartir unas horas con mi padre", recuerda.

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Forma parte de la cooperativa con otros cuatro socios, en la que emplean a cinco asalariados. La granja suma 736 animales, con vacas en ordeño y recría. Actualmente 357 producen leche. "En el primer trimestre, la cooperativa ha registrado una media de 15.000 litros diarios, 42 litros por vaca: un rendimiento muy bueno", analiza. La cooperativa tiene vacas de ordeño en Urrizola/Galain, y de recría y las que esperan a parir en Lizaso.

Julen confiesa que el sector sufre continuamente problemas, pero no comparables con el incremento descontrolado de los costes de producción del último año. "Desde la primavera de 2021 trabajamos a pérdidas, y endeudarse es la vía para seguir", reconoce. Sin embargo, han podido amortiguar estos resultados negativos con "la productividad de cada vaca al dar leche y gracias a la óptima cosecha de hierba y maíz recogida el año pasado". A pesar de ello, el coste de alimentación ha crecido un 10% que ha supuesto afrontar "200.000 euros más del gasto previsto", calcula.

Actualmente la cooperativa renegocia el precio de la leche, pero con un escenario de costes de producción tan volátil resulta complejo acordar. Cree que la Ley de la Cadena Alimentaria no va a cumplirse porque para ello "debe cambiar el modelo económico". Sobre este tema no se considera pesimista sino "realista".

Debido a su juventud, a Julen todavía le quedan años en el sector, aunque califica su futuro de "incierto", tanto por la situación del vacuno de leche como por la edad de sus socios. "Después de mí, el siguiente más joven tiene 48 años", detalla. A pesar de todo, entre el lunes y el viernes trabaja doce horas diarias -la jornada comienza a las 6.00 horas y puede alargarse a las 19.00 o 21.00 horas según la época del año-, y los sábados, una media de cuatro. "En la cooperativa hemos confeccionado turnos para librar fines de semana, y disfrutar de 15 días de vacaciones", subraya. Julen muestra sus ganas de "seguir como ganadero" porque le gustan los animales, trabajar al aire libre y vivir en Lizaso. "Haré todo lo que pueda por continuar".

SU FRASE

SU FRASE

"Mi futuro como ganadero es incierto, pero lucharé por seguir porque me apasiona"

Julen Ancizu Marckert

29 años/ Lizaso