Cuando, a partir de octubre, comiencen a llegar a Urzante los primeros cargamentos de aceitunas de la nueva campaña, ya no será imprescindible analizarlos en laboratorio uno por uno para determinar la madurez, la humedad y la grasa del fruto, tres de las variables que determinan el precio. Un dispositivo hiperespectral o el infrarrojo cercano (NIR) desarrollado junto al Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria de San Adrián medirá, a partir de la luz reflejada por las aceitunas, estas variables. Y en tiempo real, aplicando Inteligencia Artificial y ciencia de datos, calibrará las entregas.

Agilizará el proceso para Urzante, sin destruir la muestra”, explica María José Sanz, del CNTA, quien recuerda que el centro lleva más de años trabajando junto a la empresa navarra en un proyecto todavía en desarrollo, cuya clave son los muestreos realizados previamente y que busca ir reduciendo año tras año el margen de error. “Hay que incluir toda la variabilidad de un producto que está vivo”, añade.

Sanz ha participado en una jornada organizada por Atana en la Confederación Empresarial de Navarra que repasaba algunos de los proyectos vinculados a la Inteligencia Artificial surgidos en centros de investigación de la Comunidad Foral y en proceso de transferencia a las empresas. Una revolución que permite a las compañías tomar decisiones precisas y ajustadas con rapidez, que supone verdadera gasolina para el crecimiento de muchas pymes y que, además, está transformado en modo en que las firmas se relacionan con los clientes. Y que, por ejemplo, gracias al proyecto de CYC con Florette, permite adelantar la demanda de un producto tan perecedero como las ensaladas de bolsa.

Así escribes, así eres

Durante la jornada también se han repasado casos de éxito en una tecnología que convierte a las máquinas en invenciones cada vez más humanas. Capaces no solo de analizar y resolver, sino de pensar, hablar, escribir y sentir. Y que abren tantas oportunidades como “puertas oscuras”, admite Iván Cordón, director del Instituto de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial de la Universidad de Navarra. Por ejemplo a la hora de la selección de personal en las empresas.

Este centro universitario ha desarrollado, junto a la empresa AHIA, la tecnología que permite analizar la personalidad del autor de un texto de apenas 1.000 palabras. “Cuando se habla de IA –dice Roberto Aguirre, cofundador de la empresa casi todo el mundo la asocia a la tecnología, pero no a la personalidad, a las personas. “Nosotros vimos que también podía ayudar en eso, en el tema de ver cómo funcionan las personas, de qué forma se aplica la inteligencia artificial a este tipo de conocimiento”. “Cuando te piden escribir de lo que quieras y empiezas una narración hablando de ti y contigo mismo, por ejemplo, o utilizas muchas veces la primera persona del singular, o en los verbos pones siempre adjetivos positivos al lado”, se está reflejando la personalidad, porque “es relativamente difícil enmascararlo”, apuntaba Aguirre.

 La tecnología, a partir de más de 35 variables, permite determinar las competencias socio emocionales de una persona y deducir sus niveles de inestabilidad emocional o neuroticismo, de apertura o de capacidad de colaboración, entre otros parámetros”, explica Aguirre. El proyecto cuenta ya con aplicaciones en el sistema educativo, para tratar de entender mejor a niños y adolescentes, pero es extensible al ámbito profesional. “Puedes determinar qué persona es capaz de trabajar mejor en equipo”, explica Cordón, en referencia a una de esas habilidades más demandadas hoy por las empresas. 

Esta tecnología, explica Cordón, puede ser “muy importante”, en el ámbito del deporte. “Los deportistas no tienen que ser solamente buenos físicamente, sino que tienen que tener una capacidad mental”. “Como nos dijo una persona, los que se quedan por el camino no es precisamente porque no sean buenos físicamente, sino porque no tienen mimbres de personalidad adecuados para superar todo lo que tienen que superar” y en ese terreno la IA “para los entrenadores supone un valor claro”, añade Aguirre.

Un chat natural para atender clientes

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Las máquinas son ya capaces de decir cómo somos. Y también de interactuar con nosotros. En Multihelpers, una empresa de base tecnológica que trabaja para grandes compañías, lo saben bien. Junto a IAR, una empresa navarra que surgió en el campo de la realidad aumentada, trabajan en un asistente virtual capaz de atender a clientes, procesar sus peticiones, conectar a gremios y elaborar presupuestos para miles de incidencias domésticas. Todo ello con un lenguaje “cada vez más natural”, señala Adrián Miranda, CEO de esta empresa navarra en fuerte crecimiento. “Nuestra inteligencia artificial se conecta al sistema de Multihelpers y se adapta además al cliente, no es lo mismo una persona de 30 que de 65 años y no es lo mismo un piso que un chalet”, añade Miguel Ángel Llorente, director técnico de IAR.

Los niños de los años 80 recordarán aquellos libros de Elige tu propia aventura. Cada lector escogía, al final de una página, cómo iba a seguir el libro. Algo así sucede con Emotional Films, una empresa gallega que colabora con la Universidad Pública de Navarra que ha creado películas irrepetibles para cada espectador. Es la Inteligencia Artificial la que construye el guion y la que logra que los personajes se desarrollen de una u otra manera en función de las reacciones del espectador. “Un cuento –resumía Mikel Galar, profesor de Inteligencia Artificial en la Universidad Pública de Navarra– que evoluciona con las emociones”