Tenerías Omega, dedicada al curtido y acabado de cuero, ha anunciado el cierre de la empresa y el despido de toda su plantilla, compuesta por 79 trabajadores y trabajadoras. Este es el mensaje que transmitió este martes la dirección de la compañía al comité, de acuerdo al análisis de las cuentas realizado por el administrador concursal.
Sin embargo, esta comunicación se realizó sin la aportación de documentación a la parte sindical.
Tenerías Omega, fundada en 1991, se encuentra en concurso de acreedores, y actualmente prácticamente la totalidad de la plantilla está afectada por un expediente de regulación de suspensión temporal de contratos (ERTE) que comenzó a aplicarse la primera semana de septiembre.
La dirección convocó este martes a una reunión a la parte social, compuesta por delegados de LAB, ELA e independientes, para transmitirles la conclusión a la que ha llegado el administrador concursal tras conocer el estado de las cuentas (tesorería, nivel de pedidos y relación con proveedores, etc): “Solo cabe la extinción de contratos y la disolución de la sociedad”, contaron fuentes sindicales de acuerdo al mensaje difundido por la empresa.
En 67.000 metros cuadrados
Este anuncio supone una mala noticia para Tierra Estella, ya que Tenerías Omega suma una plantilla de 79 personas que desarrolla su actividad desde las instalaciones ubicadas en el polígono Legardeta, en Villatuerta –en una superficie de 67.000 metros cuadrados–.
En el encuentro del martes, la empresa no concretó al comité si se va a iniciar un periodo de negociación para acordar el expediente de regulación de empleo para despedir a empleados y empleadas.
La compañía no adeuda nóminas, y como casi la totalidad de la plantilla está regulada hasta diciembre, tienen abierto el desempleo para cobrar a final de mes. En procesos semejantes, se acude al Fogasa para recibir la indemnización por despido.
Una aventura de 33 años
En los años 80 del siglo pasado, la fábrica Curtinova-Ruiz de Alda de Estella ponía fin a un negocio que llegó a emplear a más de 400 personas.
El cierre de la fábrica supuso un mazazo para la zona y el Gobierno de Navarra comenzó a contactar con curtidores españoles que pudieran estar interesados en asumir un proyecto de inversión, con mano de obra muy cualificada. De esta manera, fue como el grupo valenciano Navarro entró en el tejido industrial de la comunidad, con el objetivo de adentrarse en otros sectores (como el de automoción y aviación) por medio de la planta de Estella.
Así comenzó su actividad hace tres décadas, y se especializó en la producción de piel bovina para diferentes sectores: tapicería doméstica, aviación, náutica, y mercado de marroquinería; pero principalmente en el sector de la automoción. Desde allí han confeccionado durante estos años asientos para coches, aviones, trenes y sofás.