Ibai Beaumont, de 25 años y con formación universitaria en Derecho, ha optado por continuar la tradición familiar dedicándose a la agricultura en su localidad natal, Artieda. Lo ha hecho con convicción, consciente de las dificultades del sector pero también de su valor estratégico: "Me dedico a la agricultura", reivindica.

La decisión no fue casual. Su abuelo y su padre también fueron agricultores, y desde pequeño ha estado vinculado al campo"Es un poco de todo: vocación y tradición", resume. Aunque reconoce que su implicación ha sido posible gracias a que la explotación ya estaba en marcha"Si no hubiese estado ya montado, no me habría metido. No merece la pena, y no sé si me habría apetecido", se sincera.

Actualmente trabaja con cultivos de cereales, colza, guisante y girasol, y comercializa toda su producción a través de la Sociedad Cooperativa Cerealista Sierra de Leire, situada en Lumbier. No cuenta con cosechadora propia, por lo que contrata ese servicio externamente, pero el resto del trabajo lo asume directamente.

Beaumont ha complementado su formación con el programa de INTIA, que le ha permitido adquirir conocimientos clave para la gestión de la explotación"Sobre todo he aprendido de fiscalidad, que es lo más complicado. La burocracia también, que es lo peor de todo. Pero bueno, es lo que hay", apunta. En su opinión, sería necesario simplificar los trámites administrativos"Tiene que haber regulación, pero también hay que meterle mano", subraya.

Autonomía propia

El joven agricultor valora especialmente del campo el contacto con la naturaleza y la autonomía que le proporciona. "No sabría decir una sola cosa. El contacto con la naturaleza, un poco de todo. También ser autónomo, no depender de nadie. No tener muchos jefes, simplemente eso", señala.

Aunque no descarta explorar otras opciones en el futuro, por el momento prefiere mantenerse en el sector agrario"El futuro ya se verá, aún hay tiempo. Pero de momento, sí", afirma sobre su decisión de apostar por el campo tras haber estudiado Derecho en la Universidad Pública de Navarra.

En cuanto a la situación del sector en la Comunidad Foral, Beaumont reconoce las dificultades económicas que enfrentan quienes deciden emprender en el medio rural, pero se muestra moderadamente optimista"Está complicado, pero hay gente que quiere quedarse y le gusta esto. Así que por un lado es difícil, pero también hay futuro. En Navarra, por lo menos, el sector tiene presencia", concluye.