Lograr la sostenibilidad podría equipararse a tocar una sinfonía. Para que la música de una orquesta suene de manera armónica todos y cada uno de sus miembros han de interpretar todas las notas del pentagrama en el momento adecuado, con la intensidad adecuada y con la forma debida. Si trasladásemos esta metáfora musical a la sostenibilidad, significaría que, por ejemplo, las empresas han de preocuparse de producir de tal manera que no comprometiesen los recursos de las generaciones futuras y, por lo tanto, que el crecimiento económico no estuviera vinculado al consumo de los recursos; la ciudadanía debería demandar y comprar este tipo de productos y servicios; y la Administración, por su parte, no solo penalizaría la producción de aquello que no fuera sostenible social y medioambientalmente, también premiaría a través de estímulos fiscales a aquellos que sí lo hicieran y, además, actualizar los programas educativos desde las edades más tempranas para ir más allá de reciclaje.

Porque el futuro o es sostenible o no será. Esto es lo que defiende Montse Guerrero Pérez, ingeniera agrónoma, Máster en Innovación, Empresa y Economía Circular por la Universidad de Bradford y consultora en economía circular de la Asociación de la Industria Navarra (AIN) con una dilatada trayectoria profesional en este ámbito. "La clave es alinear todos los incentivos. Y, sobre todo, desincentivar lo que no sea sostenible", señala. Porque cuando se apuesta por la sostenibilidad, tal y como defiende esta experta, los resultados brillan por sí mismos en todos los ámbitos.

¿Hasta qué punto están las empresas navarras preocupadas por la sostenibilidad?

Muchas empresas navarras llevan años trabajando en la sostenibilidad. ¿En qué se concreta en la práctica? Están considerando cómo pueden cambiar su procesos y productos para garantizar que aporten en positivo tanto a nivel medio ambiental como en la parte social. Ahora bien, la sostenibilidad no es solo una cuestión del sistema productivo, también de los consumidores, que tienen en sus manos, a través de sus decisiones de compra la posibilidad de cambiar el modelo. Las Administraciones también tienen un papel muy importante en los cambios legislativos y en su poder de compra. Todos somos responsables. En este sentido, tanto la estrategia S4 como Navarra Green están dirigidas a que la producción y la demanda se alineen hacia la sostenibilidad.

Precisamente la sostenibilidad es una de las marcas de identidad de Navarra. ¿Seguiremos siendo referentes en esta materia?

La legislación navarra ha sido históricamente muy avanzada a la hora de establecer requisitos exigentes en las condiciones medio ambientales y sociales. Esto supone que las empresas de nuestro tejido productivo tengan una sensibilidad especial hacia estas materias. Nuestro objetivo como Asociación de la Industria Navarra, en colaboración con el sector privado y con la administración, consiste en posicionar a Navarra en Europa como una de las regiones que ya está impulsando el cambio. Esto servirá para atraer empresas que sean sostenibles, talento, y, por supuesto, generar riqueza.

Nos encontramos en un cambio de época donde hay que digitalizarse y hay que ser sostenible. ¿Cuáles son las consecuencias de no hacerlo?

Ahora mismo estamos en un momento donde la sostenibilidad se está incentivando de manera global y simultánea desde muchos prismas distintos. La normativa es cada vez más estricta en temas ambientales y sociales. Eso permitirá que la transición sea efectiva. Es más, el legislador hará que esta transición sea obligatoria. Todos los productos que lleguen al mercado europeo deben ser sostenibles. Los que no lo sean se irán eliminando. Llegará el día en que todo producto europeo deberá certificar su sostenibilidad. No basta con decir que se es sostenible sino que, además, se tendrá que demostrar con diferentes indicadores. La sostenibilidad ha dejado ser un criterio añadido a formar una parte fundamental y sustancial que ha de tenerse en cuenta desde el mismo diseño de un producto, servicio u/o empresa, considerando su ciclo de vida completo.

Es decir, ser sostenible ya no es una opción.

En efecto. Todas las empresas han de saber que todas las ayudas que procedan de los fondos europeos de recuperación u otros gobiernos estarán condicionados por el cumplimiento de invertir en tecnologías o desarrollar procesos que garanticen que son sostenibles.

Entonces, ¿de qué manera puede una empresa avanzar hacia la sostenibilidad?

Las empresas de nueva creación lo tienen más sencillo porque pueden incluir los criterios de sostenibilidad desde sus orígenes. Quienes tienen un gran reto y con ello una enorme oportunidad, son las que ya existen. Es muy importante que las empresas incluyan todas estas reflexiones desde la definición de su estrategia de negocio, es hacia dónde hay que evolucionar, para saber cómo ir adaptándose y poder sobrevivir y crecer. Además, en muchos casos la tarea no es sencilla porque se debe realizar de como proceso de transición, en el que deben ser capaces de cambiar sin canibalizar su modelo actual. La reflexión estratégica es clave para definir bien cómo afrontar la transición.

¿En qué consiste esa reflexión?

Consiste, sobre todo, en analizar qué están haciendo desde la estrategia empresarial, no únicamente desde la parte técnica. No solo consiste en cambiar parte de los procesos productivos, que también, sino de reflexionar qué tipo de producto y servicio estás ofreciendo y el cómo lo haces. En este proceso resulta fundamental contar con apoyos para detectar esas oportunidades.

¿La pandemia ha acelerado estos procesos?

Con la pandemia se ha demostrado la fragilidad de la cadena de suministros. El just in time ha sido eficiente pero frágil. La pandemia ha obligado a evaluar bajo otros criterios la cadena de suministro y distribución, no solo desde el concepto calidad/precio, también ubicación y posibilidad de suministro estable. Y ante todo ha sacado a la luz el riesgo de la dependencia de las materias primas de otros países. Ahora se está sufriendo de la escasez de suministros de materiales y también la volatilidad de precios. Estos son aspectos que impulsan a todos a pensar cómo producir con menos recursos y cómo poder recuperar lo que se considera residuos como materia prima secundaria en nuestros procesos. Diseñar productos que nunca acaben siendo residuos es el paso inicial para poder reducir la dependencia de materias primas limitadas de nuestra economía.

En el próximo año que está a punto de comenzar, ¿llegarán cambios normativos que afecten a las empresas y que aceleren esa transición hacia la sostenibilidad?

En 2022 vienen muchísimos cambios que ya se están fraguando a nivel europeo, que llegarán por tanto también a nivel nacional y regional. Es importante aclarar que uno de los criterios principales es no dejar a nadie atrás, que se va a apoyar a aquellos que trabajen ya en la transición a la sostenibilidad. Por eso es importante conocer hacia dónde hay que ir para ser más sostenible, y así poder empezar a trabajar en esta línea. Todos los incentivos se están orientando en esa línea y en concreto en Navarra la sostenibilidad se ha incorporado como clave de la nueva estrategia de especialización inteligente S4 y por tanto va a ser la base para el conseguir que el cambio sea real y nos ayudará a situarnos como un territorio líder.

"La sostenibilidad ha dejado de ser un criterio añadido para convertirse en una parte fundamental y sustancial"

"Diseñar productos es el paso inicial para poder reducir la dependencia de materias primas limitadas de nuestra economía"