“A nosotros esta victoria nos sabe a título. Es un título. Jugar contra el campeón de Europa era muy complicado”. Así de contundente se mostraba el capitán del club ribero David al final del partido y tras las celebraciones que se convirtieron en una invasión del terreno de juego una vez que se pitó el final del partido. Con dos goles y el corazón y el alma puestos en cada jugada, el capitán demostró por qué sigue manteniendo la esencia y el espíritu de lucha de este club que llegó a Primera en la temporada 2011-2012 y que desde entonces el de ayer ha sido uno de los partidos más angustiantes por los que ha pasado.
Tanto la entidad como la afición aprendieron ayer a sufrir y a recordar el valor de tener un club en la ciudad en la máxima categoría. “Son emociones indescriptibles. No tengo palabras sobre todo para la alegría inmensa que hemos dado a la ciudad porque se lo merecía. El pabellón estaba a reventar, lleno hasta los topes y nos han empujado en todo momento. Ahora toca disfrutar de la permanencia, que para nosotros es un título”, explicó el capitán casi sin voz. “Ha sido un partido serio, al final hemos bajado un poco los brazos y les hemos dejado de apretar, pero hemos conseguido sacarlo adelante. Hemos jugado con su cansancio”.
Aún muy emocionado, no dejó de abrazarse como medio pabellón, no dudó en afirmar que la temporada que viene va a ser más dura y complicada que ésta, pero el club podrá seguir contando con sus servicios, “mientras que mi cabeza lo diga podemos seguir. Hay que seguir apretando y dando ejemplo y enseñando lo que es el ADN que tiene el Ribera Navarra”.
Uno de los momentos claves fue también protagonizado por David, el gol decisivo del 4-3 de doble penalti cuando más lo necesitaba el equipo y quedaban apenas 2 minutos de juego. Sin dudarlo, tiró de galones y asumió la responsabilidad “porque había mucha presión. He intentado tirar con el alma, sabía que tenía que ajustarlo bien porque Manuel achica muy bien los espacios. He tirado con el corazón y con el alma y también con la suerte que ha entrado”.
Aún reponiéndose de la presión vivida y de verse casi descendido, el presidente Ramón Lázaro bajó rápidamente a la cancha y se abrazó con todo el equipo. Para el corellano también sabía a título, “mantener a un equipo en la máxima categoría cuesta mucho. No ha sido un año fácil y la Primera División cada vez está más complicada. Ha sido un partido y una temporada muy sufrida. Pensaba que me daba algo. Nos veíamos en Segunda con el 3-3 pero ese penalti lo hemos convertido y estoy muy contento”. Lázaro aseguró que asumió la responsabilidad de “mantener a la ciudad en Primera y es una alegría muy grande. Yo sabía que el equipo lo iba a dar todo como así ha sido desde le primer minuto. El sueño de Tudela se ha conseguido”.
Para el entrenador Álvaro Cordón, Cone, “el equipo ha mantenido su identidad y nos ha llevado el espíritu de la Caldera. Han pesado las piernas más de lo que nos hubiese gustado, pero el equipo ha competido muy bien. Sabíamos que íbamos a sufrir en los minutos finales. De todo el partido me quedo con las ganas de ganar que ha tenido el equipo”.