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Sergio Ramos tenía prisa

Sentenció el partido con el 2-0 en el minuto 13 y fue expulsado en el 17 El Rayo Vallecano pagó caro su planteamiento valiente en el Bernabéu

Sergio Ramos tenía prisaFoto: EFE/Ángel Díaz

REAL MADRID 2 Diego López; Sergio Ramos, Pepe, Varane, Coentrao; Essien, Khedira; Özil (Di María, m.68), Kaká (Callejón, m.80), Cristiano Ronaldo; y Morata (Raúl Albiol, m.27).

RAYO VALLECANO 0 Rubén; Tito, Gálvez, Figueras, Casado (José Carlos, m.64); Javi Fuego, Trashorras (Mudo Vázquez, m.73); Lass, Chori Domínguez, Piti (Delibasic, m.83); y Leo Baptistao.

Goles 1-0 m.3: Morata. 2-0 m.13: Sergio Ramos.

Árbitro Paradas Romero (comité andaluz). Amonestó a Cristiano (64) y Pepe (76) por el Real Madrid; y a Trashorras (33), Lass (36), Tito (41) y Figueras (49) por el Rayo. Expulsó a Sergio Ramos por doble cartulina amarilla (16 y 17).

Estadio Santiago Bernabéu. 63.000 espectadores.

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MADRID. El Real Madrid derrotó al Rayo y castigó su valentía con goles de Álvaro Morata y Sergio Ramos, en un duelo que duró 17 minutos, el tiempo que tardó en ser expulsado el capitán madridista por dos amarillas en dos minutos consecutivos.

Esa expulsión cortó el vendaval del equipo blanco, que acabó agotado físicamente ante un rival incapaz de marcar.

El Rayo de Paco Jémez es pura valentía y, como no sabe jugar a otra cosa, salió a por el Real Madrid, consciente de que el castigo podía ser duro. Lo asumieron los jugadores rayistas. La goleada era una opción más que posible, pero no tenían nada que perder. Salir derrotado tras estar encerrado en tu terreno te conduce al mismo fin. Así encontró el Real Madrid uno de esos partidos que le van como anillo al dedo. Un rival atrevido, que quiso el balón.

Álvaro Morata aprovechó la oportunidad de la sanción de Higuaín, y el tirón de orejas de Mourinho a Benzema (banquillo y ni un minuto), y después Sergio Ramos de cabeza sentenció. Pero poco le duró la alegría: en el minuto 16 vio una amarilla por falta a Baptistao, y en la siguiente jugada cortó con la mano un centro al área. El resto, 73 minutos, fue un querer y no poder del Rayo ante un Madrid cansado, a medio gas.