La remontada es posible
1982 | Jesús glaría recuerda cómo el promesas volteó un 3-1 en contra y subió a segunda b hace 34 años
pamplona - Están a punto de cumplirse 34 años desde el penúltimo ascenso a Segunda B de Osasuna Promesas. Fue un 13 de junio de 1982. El filial había perdido 3-1 en el partido ante el Cacereño en Extremadura y remontó con un 4-0 en El Sadar. Ninguno de los miembros de la actual plantilla de Osasuna Promesas había nacido cuando el filial consiguió una voltereta similar a la que ellos deben protagonizar el domingo en Tajonar (12.00 horas). Ya pasó una vez. Puede volver a ocurrir.
El perfil de la eliminatoria es similar. Un equipo curtido en mil batallas (Cacereño hace 34 años, Prat hoy) y un grupo de chavales con alma y fútbol para los que creer es poder. Los de entonces se llamaban Rípodas, Bustingorri, Ibáñez... Y llegarían a jugar después en Europa. Los de hoy son Jaime Dios, Miguel Díaz, Kike Barja, Julen Hualde, Rubén Morillas... Y no saben qué les deparará el destino. Pero no miran más allá del domingo. Es su oportunidad de escribir una página en la historia del club que nunca olvidarán.
Porque todavía la recuerdan quienes la protagonizaron hace 34 años. Se acuerda Juantxo Hualde, padre de Julen, que el domingo puede volver a vivir algo semejante. Y, por supuesto, no la olvida Jesús Glaría, autor de dos de los cuatro goles que significaron la remontada en El Sadar (4-0). “Habíamos jugado una primera eliminatoria contra el Telde canario y el Cacereño tenía jugadores que habían estado en el Atlético de Madrid, con mucha experiencia. Recuerdo que después del 3-1 encajado en Cáceres nos reunimos los jugadores y recuerdo a Rípodas diciendo que lo íbamos a conseguir. Así que llegó el partido, con El Sadar con tres cuartos de entrada y empezamos a presionar desde el primer minuto. Eso a los equipos veteranos no les gusta. Se sienten incómodos. Y tuvimos la suerte de marcar el primer gol para el minuto 16, porque suerte siempre necesitas. Es importante que no te marquen goles y si salen con la presión que ejercen, lo pueden conseguir”, aconseja. “Son eliminatorias que no se olvidan. Hay que creer. Lo último es pensar en qué pasa si no lo logramos”.
Natural de Villafranca y afincado ahora en Zaragoza, Jesús Glaría vive un fin de semana intenso, porque, además de ser de Osasuna y del Zaragoza, debutó en Tercera con 15 años en el Tudelano y se retiró también en el club ribero. También confía en la remontada del equipo ribero en Hércules. “Es un gol. Y con la gran campaña que ha hecho y la de veces que ha dejado la puerta a cero, lo puede conseguir. Eso sí, el rival le va a exigir”.