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El vecino prejubilado

Sea porque la ociosidad es la madre de todos los vicios, o porque quien no tiene nada que hacer con el culo mata moscas, Ullrich se ha metido en el lío más raro de este verano, al saltar la valla de su chalet de Mallorca y amenazar e intentar dar unas hostionen, o como se diga en alemán, a su vecino, el actor-director Til Schweiger, que por momentos se sintió de nuevo en una peli de Tarantino. Dicen que fue por una discusión sobre los lindes de ambas fincas, que más parece un conflicto en un pueblo con nombre tétrico de la España profunda (hay para elegir, desde Villanueva del Trabuco a Ultramort) que de dos millonarios germanos en la cosmopolita Mallorca, a los que se les supone más nivel que el de discutir sobre el palmo de jardín que me has quitado con el muro que has puesto ahí. Con lo buen tipo que era cuando competía y que ahora parezca uno de los zumbados de Puerto Hurraco. Prejubilarse con el riñón cubierto para acabar así.