El Barcelona sufrió una decepción, como consideró el mismo Xavi Hernández, en el estreno de la Liga ante el Rayo Vallecano, en el que no pudo pasar del empate a cero en el Spotify Camp Nou, y su actuación se quedó muy lejos de las grandes expectativas generadas durante la pretemporada gracias a los fichajes y al buen rendimiento en el terreno de juego.

El sábado pasado, el conjunto azulgrana no encontró la fluidez en el juego ni el acierto ante portería esperados y la ilusión existente, que comportó que acudieran 81.104 personas al feudo culé un 13 de agosto, se atascó. Pero hasta el proyecto del mejor Barça de la historia, liderado por Pep Guardiola, empezó con actuaciones decepcionantes ante Numancia y Racing de Santander.

Tras la exhibición de fútbol que el Spotify Camp Nou vivió la semana pasada en los primeros 20 minutos ante el Pumas mexicano en el Trofeo Joan Gamper, en los que el equipo de Xavi marcó cuatro goles, nadie podía prever que el Barça se quedaría sin celebrar ningún tanto ante el Rayo Vallecano, al que no logró marcar por tercer partido consecutivo.

Las derrotas de la temporada pasada ante el conjunto madrileño parecían relatos de una época muy lejana. Pero la realidad es que durante algunos tramos del partido al equipo catalán se le asomaron fantasmas que parecían superados. La presión alta del Rayo le incomodó en muchos momentos y en ataque no ofreció mucho más que balones colgados al área desde los extremos.

La diferencia es que este curso quien espera para rematarlos es el temido Robert Lewandowski. Pero el delantero polaco aún no acaba de acomodarse en el Barça y su actuación ante el Rayo fue discreta a pesar de que le anularon un gol en el minuto 12 y estuvo muy cerca de lograr el tanto de la victoria en el tramo final del encuentro.

Ante la impotencia por no lograr un gol, el recurso de Xavi fue acumular delanteros en el terreno de juego, una posible solución que la mayoría de veces ya se mostró insatisfactoria el curso pasado. En el segundo tiempo ante el Rayo llegaron a coincidir Lewandowski, Dembélé, Ansu Fati y Aubameyang. Y la fórmula no funcionó.