Apenas un año antes del inicio de la guerra civil, concretamente el 29 de agosto de 1935, se firmaba en Tudela el acta de constitución del Club Deportivo Tudelano, creado a partir de la fusión de cinco equipos locales.

Tras la conquista de sus primeros éxitos deportivos, el club sintió el zarpazo de la represión fascista iniciada a partir de julio de 1936, al menos doce personas relacionadas con el fútbol local fueron asesinadas, especialmente virulenta fue la represión en la zona sur de Navarra. No es de extrañar que varios equipos de fútbol ribero, un sector hasta ahora poco estudiado, se vieran afectados y sufrieran en sus propias carnes dicha violencia.

Lucas Gallego López figura como primer presidente del club en el acta de constitución del Tudelano. Nacido en Logroño en el año 1904, Gallego pertenecía a una familia ligada al comercio textil, con domicilio en la Calle Gaztambide, número 8, de la capital ribera. Su madre, Josefa López, viuda, emprendió junto a sus dos hijos, Domingo y Lucas, un ambicioso proyecto comercial con el nombre de Los Zamoranos, “donde la relación con los empleados fuera modélica” según recoge Jimeno Jurío. Al menos dos de las tiendas de la empresa textil, una ubicada en la calle Chapitela 24, de Iruña, y otra en la Calle Gaztambide 4, de Tutera, se anunciaban en el semanario ¡Trabajadores! de la UGT con el siguiente texto: “Obreros: vestiréis bien y económico comprando los trajes marca Gallego de Los Zamoranos”, evidenciando de esta forma su compromiso de clase.

Muy cerca de la tienda tudelana, en la misma calle Gaztambide, estaba ubicada la Agencia Comercial que regentaba Nicolás Jalle, otro de los directivos del fútbol local. En este local se reunían habitualmente los aficionados y allí tenían lugar interminables debates deportivos y sociales.

Todo proyecto social y deportivo necesita de una plataforma comunicativa, y en aquel contexto, el boletín bisemanal El Eco del Distrito, dirigido por Maro Castilla, jugó ese papel. El Eco era una publicación de izquierdas, en cuyas páginas, una década antes, en el año 1925, aparece nuestro joven Lucas, futbolista en el equipo “Khorintia” y en los “Abisinios”, como destacado corredor ciclista y, además, como secretario del club La Deportiva Tudelana, una asociación convertida en un espacio de encuentro, de acción social y deportiva de jóvenes republicanos en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera. El color blanco de la camiseta del Tudelano fue elegido por ser este el que más éxitos dio a La Deportiva, podemos leer en El Eco, al hilo de la polémica con el cambio de equipación (V. foto).

Ya en el año 1933, en tiempos de la República, Lucas Gallego, afiliado a Izquierda Republicana -partido fundado por Manuel Azaña y presidido en Tudela por Maro Castilla- figuraba como presidente del Comité Local de Cruz Roja. Comprometido como estaba con la causa proletaria, tras la huelga de octubre de 1934, fue detenido. En la cárcel, Gallego compartió celda con el periodista Castilla, así como con otros tudelanos que, tres años después, serían asesinados.

En vísperas del golpe de estado del 19 de julio de 1936, tras el éxito deportivo de la primera temporada del CD Tudelano con el ascenso a 1ª Regional (eliminatoria a doble partido contra el Irrintzi), varios de nuestros protagonistas anunciaban en prensa la organización de la Vuelta Ciclista a Tudela, prevista para el día 25. Para esa fecha, Lucas y decenas de tudelanos más ya habían sido detenidos y habían comenzado los asesinatos extrajudiciales. El de Maro Castilla tuvo lugar a finales de julio, mientras que Nicolás Jalle salió por segunda y última vez de prisión en noviembre para ser fusilado en Fontellas.

Según A. Garijo, en uno de los testimonios recogidos por Jimeno Jurío en 1977, los fascistas tomaron en cuenta el viaje de novios a Rusia realizado un año antes por Lucas y su compañera Ascensión López Saenz, para acabar con su vida en noviembre de 1936. El historiador Fernando Mikelarena, por su parte, relata cómo su madre pudo reconocer en Zaragoza el cadáver del presidente del Tudelano. No terminaría ahí la desgracia familiar, ya que las represalias continuaron con el saqueo del comercio y la condena al pago de una multa de 5.000 pesetas de las de entonces…

El frustrado maquis ribero

Al finalizar la guerra, los partidos de fútbol se convirtieron en uno de los escasos entretenimientos y pasatiempos para una población diezmada y empobrecida. La represión había sido tan dura que en teoría ya no quedaban rojos, ni en la Ribera ni en el país.

Nadie podía significarse como republicano, ni socialista, ni comunista. Ni entre directivos, jugadores o afición del CD Tudelano; si alguien aspiraba a cambiar las cosas, debía ser desde la clandestinidad. De esta manera trataron de crear redes de resistencia contra la dictadura y el régimen de Franco, el conocido como maquis. Los campos de fútbol eran un buen lugar para hablar de política discretamente o para conspirar contra la dictadura.

El portero Andrés Lerín, que comenzó a jugar en Tudela, y de ahí pasó al Zaragoza, combatió en el Ejército popular de la República y estuvo en campos de concentración, en los campos de fútbol le llamaban “rojo” o “colgadle del larguero”, pero nunca renunció a sus ideas, y por su calidad llegó a ser convocado internacional estando en Segunda División.

Uno de los integrantes de este frustrado intento de crear una Red de resistencia en Tudela fue Francisco Jaraba (hijo de un concejal socialista fusilado), estaba relacionado con el también futbolero Domingo Gallego, hermano de Lucas. A Jaraba y sus compañeros de grupo los detuvieron antes de poner a funcionar su organización, a Lucas se le atribuía su pertenencia al Socorro Rojo Internacional, y fue acusado de realizar donativos a familiares de personas asesinadas y encarceladas.

Arriba: Maro Castilla y Lucas Gallego. Abajo: Aquiles Cuadra, Manuel Espadas y Nicolás Jalle.

El fútbol antes del Tudelano

Desde el año 1905 tenemos constancia de competiciones en Tudela. Los primeros partidos –cuentan las crónicas– se disputaban en el Colegio Javier. En ese mismo lugar, un par de décadas más tarde, el joven Jesús Monzón -que acabaría convirtiéndose en uno de los líderes y artífices del maquis y de la resistencia anti-franquista- jugaría en el equipo “Xavier”, y ya en Iruña impulsaría otros proyectos futbolísticos, como contaremos en otro capítulo de esta serie.

El 19 de julio de 1921 se fundaba el club La Deportiva Tudelana. Dos años más tarde, el 5 de agosto de 1923, se constituyó una nueva junta en la que coincidirían Aquiles Cuadra de Miguel y Nicolás Jalle Marzal junto a Lucas Gallego y otros compañeros.

Posteriormente, la capital ribera se convertiría en un hervidero de nuevos clubes, germen del actual Tudelano, como el CD Vegetariano (nombre apropiado para este territorio); el Muskaria, histórico nombre con resonancias vasconas; el Racing Club, en inglés; el CA Acero; el Arenas Club Tudelano o el Gaztetasuna, directamente en euskera. Este último participó, en julio de 1928, en la fundación de la Federación Navarra de Fútbol, al tiempo que impulsaba la creación de un campo de deportes, Griseras. Desde El Eco del Distrito, uno de sus redactores, Domingo Burgaleta, hermano del entonces conocido jugador de Osasuna, realizaba un llamamiento a la afición para que acudiera al campo.

Varios de los responsables y participantes en estos y otros equipos de fútbol, promotores de la creación del Tudelano, fueron asesinados vilmente por el régimen, como es el caso del presidente del Racing Club, Saturnino Melero Boldova, o el jugador de Los Modelos, el industrial Luis Carrascón. También corrió la misma suerte el electricista Manuel Castellano Rus, integrante del AC Acero y el antiguo jugador de fútbol, chófer y concejal del ayuntamiento, Joaquín Meler Mur. Dentro del Arenas, tres de ellos sufrieron las mismas consecuencias: el que fuera su presidente, Manuel Espadas Moneo; el secretario, Rodrigo Sainz Lasheras, y uno de los directivos del club, Juan Bozal Uriz, alcalde de Caparroso en 1936. El historiador local Luis Miguel Saso refiere así la valía del presidente del Arenas: “Manuel Espadas lo fue todo en el fútbol en Tudela; además de jugador, directivo de varios equipos y cronista de El Eco del Distrito, donde firmaba con el seudónimo de “El Duende de Translapuente”. Además, pertenecía al PSOE; es por ellos que lo asesinaron en Balsaforada.

Otros más fueron encausados y encarcelados, como Ángel Serrano o Ángel Condón; destituidos de cargos públicos como Anselmo Blanco o inhabilitados, como Antonio Balduz, otro gran jugador tudelano, maestro de profesión, que también sufrió cárcel y fue procesado.

Alcaldes asesinados

La lista de asesinados relacionados con el Tudelano se completa con los nombres de Aquiles Cuadra de Miguel y Domingo Burgaleta Pérez de Laborda, alcaldes de Tudela sucesivamente. Además de promotores del fútbol (el primero fue presidente del Racing Club), Cuadra y Burgaleta compartían profesión de abogados y afiliación a Izquierda Republicana.

El 19 de julio, ambos lideraron el grupo de doscientos tudelanos que trataron de oponerse a los golpistas en las calles de la ciudad del Ebro. Enfrente, falangistas bien armados procedentes de Corella iniciaron un enfrentamiento a todas luces desigual. Domingo fue detenido aquella misma noche y asesinado en Castejón el 30 de julio. Su compañero Cuadra logró escapar, escondiéndose en casa de su amigo Manuel Úcar. Con la ayuda de otro, el veterinario Luis Pérez, consiguió huir de Tudela, aunque meses después, en diciembre, sería detenido en Sevilla, mientras presenciaba un partido de pelota.

Conducido a Pamplona, en febrero de 1937 declaró en su favor haber actuado, junto con Domingo Burgaleta, en defensa de la democracia y el ordenamiento constitucional. Tras un consejo de guerra iniciado ese mismo año, fue sentenciado a muerte y fusilado el 18 de octubre de 1939, ya finalizada la guerra, en la Vuelta del Castillo de Pamplona. Sus amigos Manuel Úcar y Luis Pérez corrieron la misma suerte por haber colaborado en su huida.

El Arco Iris

Bajo el moderno nombre de Arco Iris, que evoca el actual LGTBI-friendly, se fundaba el 30 de mayo de 1932 en Valtierra una nueva sociedad de fútbol. No conocemos el porqué del nombre de un club que llevaba escrito en sus estatutos: “en todos los partidos, poner todo el entusiasmo para dar la victoria al equipo (art. 38)”. El domicilio social de la nueva entidad se hallaba en la Calle Primer Marqués de Valtierra, 79.

El 25 diciembre de 1932, ante una gran expectación popular y en un acto amenizado por la Banda de Música Municipal, se inauguraba el campo de fútbol de la localidad en un partido frente al Aurrera de Milagro. En la alineación de los locales aparecían apellidos como Enériz, Garde, Castillejo o (Mateo) Hualde… algunos de ellos relacionados con personas y familias que sufrieron la dura represión vivida en Valtierra, donde alrededor de 40 personas fueron asesinadas

Tanto el presidente del club, Máximo Llorente Sánchez, como dos de los directivos, los jóvenes jornaleros Silvestre Falces Ríos y Pablo Galilea Prat, estaban afiliados a la UGT y al Partido Comunista, motivo por el que fueron asesinados.

El aurrera de Milagro

Fue uno de los clubes surgidos a partir de la fundación de la Federación Navarra de Fútbol en el año 1928 reseñada anteriormente. Las primeras noticias del equipo de Milagro aparecían en la prensa en junio de 1929, con un enfrentamiento contra el Tudela FC. Entre los alineados en aquel partido encontramos a Pejenaute, Escalada, Los Arcos, López Vailo, León, Hernández, García…

Como es conocido, a partir del 19 de julio fueron detenidos varios vecinos del pueblo, siendo procesados 33 de ellos en el sumario abierto por los “sucesos de Alfaro”. Cinco de estos, cuyos apellidos y edades coinciden con los señalados del equipo de fútbol, acabarían siendo fusilados. Cabe recordar que en esta localidad fueron alrededor de 80 las personas asesinadas tras el levantamiento militar.

De Unión Club Rada a Azkarrena

La fundación de ésta tuvo lugar el 12 de noviembre de 1926 en Caparroso. La sede social de la entidad se estableció en uno de los salones del Café del Sr. Iriso, mientras que el campo de deportes se ubicaba en La presa. Además del foot-ball, el ciclismo era otra disciplina deportiva que pretendía impulsar este club, según sus estatutos. A partir de febrero de 1933, Azkarrena sería su nueva denominación.

Feliciano Fuentes Olvés, primer presidente del club y José Garcés Luqui, tesorero, ambos afiliados a Izquierda Republicana, fueron asesinados; en Caparroso alrededor de treinta personas más corrieron la misma suerte. Otro integrante del club, el futbolista y abogado Jesús Maldonado, fue condenado al pago de 5.000 pesetas de multa.

Todas estas personas aparecen nombradas en los expedientes de los clubes deportivos existentes en el Archivo General de Navarra. Otros apellidos como Jacoste, Huguet (posiblemente corresponda a José Huguet, jugador del Gaztetasun), Salcedo o Buñuel, aparecen el caso de Tudela, en alineaciones publicadas en prensa, determinar con exactitud si son las mismas personas asesinadas de las localidades correspondientes, queda para trabajos futuros a desarrollar.