El cierre del año soñado en Tudela

Comenzaba el encuentro con la afición riojana revolucionada en relación a ese Gordo caído íntegramente en Logroño, pero una vez comprobados décimos y participaciones tocaba centrarse en el fútbol. Y los locales se centraron de qué manera, con una salida ciclónica que se plasmó pronto en llegadas a las inmediaciones del marco de los de Tudela. Hasta que a los diez minutos Imanol Barace, el extremo diestro pamplonica con pasado en Iruña, Subiza y Mutilvera, enchufaba el primero de la matinal.

Una diana que hizo mucho a la línea de flotación ribera. El modesto Anguiano demostraba que como local es un equipo tremendo, una de las revelaciones del grupo, y en la campanada del cuarto de hora llegaba el segundo tanto de los locales, cuando Mario Urrecho superaba con su remate a Eldar Taghizada. Mal estreno para el cancerbero de Azerbaiyán, yendo a recoger dos balones de sus redes en el primer tramo del encuentro.

Esta vez sí, el tanto riojano encorajinaba a los de Tudela y una buena acción de ataque acababa en penalti que el colombiano Mejía convertía, metiendo de nuevo al equipo en el encuentro.Movían bien la pelota los navarros en la medular y ahora era el Anguiano el que se refugiaba un poco en su parcela. Percutían los riberos y en la estrategia acabaron hallando el premio cerca del descanso cuando el central catalán Roger Figueras remataba a las mallas. Una diana muy importante, con un efecto psicológico demoledor para los locales.

Y es que el segundo periodo vio a un conjunto ribero dominador, que quería la pelota, que triangulaba bien en la zona ancha y que llegaba. Ocasiones variadas para los de Jonathan Risueño mientras los locales estaban muy incómodos, y muchas veces se perdían en protestas al colegiado.

Después de un aviso de Diego Martínez para los visitantes, mediado el segundo periodo llegaba el gol de la remontada cuando Yeiner Londoño, Farru, acertaba a superar la resistencia del Anguiano. Fenomenal después el trabajo defensivo de los visitantes ante las acometidas a la desesperada del Anguiano, con muchos balones en largo y juego aéreo sobre el área de los navarros.

El recién entrado Rubio le ponía la puntilla al encuentro cuando, prácticamente en su primera pelota, conectaba a las mallas el dos a cuatro para los blancos. Un tanto que era la sentencia para un Anguiano que, aunque lo intentó hasta el final, moralmente bajó los brazos. Dos a cuatro, la mejor manera de echar el telón al año 2024 en el Ciudad de Tudela, con tres puntazos a domicilio y con un verdadero recital del minuto quince en adelante.