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Un siglo después, la Peña Sport vuelve a casa

El Bar Rafael revive la fundación del club con un homenaje a sus protagonistas de ayer y hoy

Un siglo después, la Peña Sport vuelve a casaCedida

Un siglo después de que un grupo de jóvenes tafalleses diera forma a su sueño deportivo, la Peña Sport FC regresó este martes 25 de noviembre al lugar donde nació: el histórico Café Bar Rafael, convertido en escenario de la emotiva conmemoración del centenario del club, exactamente en la fecha en que fue fundado en 1925. El acto reunió a peñistas de distintas generaciones, familiares, exjugadores y vecinos en un ambiente cargado de recuerdos, identidad, gratitud y mucha emoción.

La ceremonia abrió con un saludo inicial y la proyección de fotografías históricas. En ellas se evocaba la figura de Rafael Gutiérrez Zuazu (fundador del establecimiento en 1889) y el papel que este local, ubicado en la confluencia estratégica de las principales avenidas de Tafalla, ha tenido en la vida social, cultural y deportiva de la ciudad. Durante décadas, el Bar Rafael fue sede oficial de la Peña Sport: allí se reunían directivas, se celebraban asambleas y se exhibían trofeos; de su puerta partían los autobuses del equipo antes de cada partido. Una relación que, como destacó la organización, “une hoy ya a cinco generaciones de la familia Gutiérrez con el club”.

100 años después

Fue en la primera planta del edificio, en aquel balcón estrecho sobre la avenida de Severino Fernández, donde el 25 de noviembre de 1925 se reunieron los representantes de clubes como el Esperanza, Tabaco, Petit Club, Estrella o Unión Club Sport para dar forma a la nueva entidad: Peña Sport FC. Los presentes recordaron algunos de los nombres de aquel primer impulso: Pepe Alfaro, primer presidente; Luis Gutiérrez —propietario entonces del café—; Ignacio Dendariarena; José Colio; Félix Yoldi; Fermín Osés; José Luna; los hermanos Martinena; Valeriano Olóriz; Telmo Pascual y otros muchos cuyos apellidos quedaron grabados en la historia del club.

También resonó la anécdota sobre el debate que suscitó el nombre del club, un guiño a la unión (“Peña”) y a la modernidad deportiva (“Sport”), que no todos vieron con buenos ojos en su origen. Entre los recuerdos más curiosos, se evocó la historia de la botella de coñac Fundador, conservada desde los años treinta como consecuencia de una apuesta perdida por jugadores y directivos, y que aún luce las firmas de aquellos protagonistas.

Reconocimientos y memoria peñista

La segunda parte del evento estuvo marcada por la entrega de galardones y reconocimientos a personas vinculadas a la Peña Sport y a su centenario: Atxu Ayerra, nieto del primer presidente del club, recibió un ejemplar del libro conmemorativo. Rafael Gutiérrez, actual responsable del Bar Rafael, fue homenajeado por el apoyo histórico de su familia a la entidad, con entrega a cargo del exjugador Ángel Mari Muez. Javier Intxauspe fue reconocido por su labor de difusión del club, venta de entradas, gestión de viajes y recuerdo a su padre Jesús.

La familia de Juantxo Martínez, fallecido en 2014, recibió un detalle por los años de dedicación del histórico peñista. Joseba Ibáñez, exjugador, fisioterapeuta, directivo y autor de la actual cartelería del club, fue distinguido por su amplia contribución. Jesús Ainzúa recogió un reconocimiento en memoria de su padre Manolo, mítico guardameta, y por su implicación profesional en este centenario. José Luis Lizarbe recibió el homenaje como autor del libro del centenario “100 años de pasión – Urteurrena”. Por su parte, el director del Instituto Navarro del Deporte, Jorge Aguirre, dirigió unas palabras de felicitación al club.

El acto concluyó con el saludo institucional del alcalde Xabier Alkuaz, quien subrayó el valor simbólico de celebrar el centenario en el mismo lugar que vio nacer al club, y destacó la “excepcional capacidad de la Peña Sport para unir a Tafalla durante un siglo”.

Un centenario que mira al futuro

Entre aplausos, recuerdos y emoción compartida, la Peña Sport FC reafirmó que su historia —con episodios gloriosos, descensos dolorosos, ascensos inolvidables y una identidad inquebrantable— es también la historia de Tafalla. Y que el viejo Café Bar Rafael, testigo de todo ello, sigue siendo hoy el latido sentimental de un club que entra en su segundo siglo de vida.