Tres meses ha estado Belén Esteban desaparecida de los medios, recuperándose de la fractura de tibia y peroné que sufrió en el plató de Sálvame, y en esos casi 100 días ha tenido que dejar a un lado proyectos profesionales ajenos a la televisión, como su empresa Sabores de la Esteban, que comercializa patatas fritas, gazpacho, salmorejo y cremas de verduras, y a la que no ha podido dedicar el tiempo que hubiera querido.

Y en ese tiempo, la Organización de Consumidores y Usuarios, la OCU, ha hecho una valoración del gazpacho de la madrileña. En un informe que no satisfizo nada a Belén Esteban, la OCU le otorgó únicamente 61 puntos, con lo que situaba su gazpacho en una escala “media” de calidad. Y, lo que le dejó peor, terminó en el antepenúltimo puesto de las 29 marcas analizadas.

La princesa del pueblo, que ha tenido estos meses sus redes sociales casi abandonadas, sí que ha ido actualizando (suponemos que su equipo) el Instagram de Sabores de la Esteban, y desde ahí lanzó una indirecta muy directa a la OCU. “Gracias a todos los que consumís mi gazpacho y mi salmorejo, sois mi mejor nota, ay lo que tenemos que aguantar”.

Y más adelante, en la revista Semana, ya directamente encontró culpables. “Hay una campaña para perjudicar mis productos y me parece vergonzoso, pero lo que no va a hacer Sabores de la Esteban es pagar dinero para que se hable bien de sus productos. Belén Esteban no va a pagar chantajes”.

Esa insinuación que hizo de comprar las buenas notas ha sido rotundamente rebatida por la OCU, que no ha querido tolerarla. Según publica Lecturas, la organización le ha dirigido estas palabras: “Jamás hemos cobrado a nadie por una buena nota. Hacemos los rankings a petición de los consumidores porque los gazpachos y salmorejos son productos muy demandados en verano, y nos basamos en análisis independientes, neutrales y objetivos hechos en laboratorios”.