Almudena Cid ha sido una deportista de éxito, es algo que no se puede poner en duda. No en vano nadie más ha conseguido disputar cuatro finales en cuatro Juegos Olímpicos diferentes. Pero sus triunfos en el deporte, en la gimnasia rítmica, le causaron problemas en su vida personal, en la vida de una niña que sintió continuamente “la soledad”, como ha revelado este lunes en Espejo Público, a donde ha acudido a compartir su trabajo con el proyecto Educando contra el bullying (www.educandocontraelbullying.com, donde hay herramientas para atajar este problema) de la mano de Fundación ColaCao, como ya se pudo ver hace unas semanas en un vídeo en el que contaba su historia junto a las actrices Ana Milán y Vanesa Romero.

Los duros entrenamientos que le exigía su disciplina le impedían quedar con sus compañeras de clase y poco a poco se fue quedando sola. “Me sentí aislada. No iba a los cumpleaños de mis compañeras de clase. No tenía un círculo de amigas como tal. Yo cuando veo a un grupo de amigas que salen por ahí, que van juntas..., yo esto no lo he tenido nunca”, afirmaba. Incluso revelaba que cuando tenía algún éxito, “igual aplaudían en clase y yo no quería porque eso me iba a alejar aún más de las amigas. Cuando destacas desde pequeña en una disciplina deportiva en el colegio ya te sientes un poco diferente al resto",

Algo parecido le pasó cuando se fue a vivir a Madrid para formar parte del equipo nacional de gimnasia. Desprecios, incomprensiones y demás actitudes negativas por parte de sus compañeras la mantuvieron aislada. “No sabía separar que el problema era de la otra persona y no mío”, explicaba. Lo intentó soltar escribiendo cartas a sus padres y también un diario en el que contaba aquello que nadie iba a saber. Releyendo todo ello tiempo después se dio cuenta de que en todos esos textos “había un denominador común, las amistades. Había algo que me afectaba mucho a las relaciones personales“.

En el programa de Susanna Griso ha querido leer un fragmento muy significativo de ese diario que escribió en su adolescencia. “Ya estoy aquí otra vez, el día de hoy fue como el de ayer. Lo único es que una amiga me ha contestado, me pega espantones, no me trata demasiado bien, la verdad es que está cambiando mucho y me gustaría decírselo, pero no sé cómo porque sé que se va a enfadar y se lo va a decir a todas y luego me van a criticar. Se van a arropar entre ellas y prefiero ahorrarme estos problemas”.

La vitoriana ha querido expresar cuál puede ser la solución para todos aquellos niños y niñas que sufren bullying. "El silencio acaba cuando es plural. En el momento que a esa personita que está aislada se le une alguien, el bullying termina porque esta persona está unida y lo comunica a los padres".