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El reto diario de mantener vivas cien plantas de orquídeas

Alba de la Flor es el alma de Kaoticat. Desde piezas artesanales como collares y pulseras hasta broches y pinzas para el cabello hechas a mano con orquídeas naturales, Kaoticat es un ejemplo de creatividad y artesanía

El reto diario de mantener vivas cien plantas de orquídeasCedida

El hospital de Cruces en Barakaldo fue el lugar que vio nacer a Alba de la Flor un 2 de octubre de 1987. Estudió la carrera de Turismo y acabó trabajando en el mundo de la administración. El 20 de febrero dejó su trabajo para dedicarse profesionalmente a lo que entonces era su hobby: “realizar piezas artesanales como collares, pendientes, broches, pulseras o pinzas para el cabello utilizando orquídeas naturales”, que ella misma cultiva en casa.

“Actualmente tengo 105 orquídeas. Si no sabes qué regalarme, regálame una orquídea”, sonríe. Y es que la creadora muestra todos sus productos, velas de soja naturales y bisutería con arcilla incluidos, en su perfil de redes sociales: @kaotic.alba.

Alba de la Flor es la artesana que se encuentra tras Kaoticat.

Su curiosidad por el arte surgió a los 6 años, cuando comenzó en una academia de pintura, explorando diversas técnicas artísticas. “Kaoticat nacería varios años después, de la necesidad por expresar mi creatividad”, cuenta la artesana con una sonrisa.

Orquídeas naturales

Cada pieza de orquídea que utiliza Alba de la Flor es seleccionada por ella misma, al igual que secada y cuidadosamente recubierta de resina “para encapsular su belleza eternamente”. La creadora considera que es un proceso que requiere de mucha pasión, cuidado y amor: “Cada pieza de joyería que realizo es única, pues cada flor es diferente”.

Si quieres participar en esta sección escribe a igandeaplus@ntm.eus

A día de hoy sigue aprendiendo, pues lo que empezó como un hobby ha acabado siendosu profesión a tiempo completo. “24 horas, como buena autónoma”, puntualiza. La artista incide en que cada flor es diferente, por lo que el tiempo que invierte en cada pieza varía. Respecto a la arcilla, que realmente es con lo que empezó en el mundo de la artesanía, el tiempo que invierte varía en función de la técnica que utilice, ya que le fascina mezclar colores para obtener piezas irrepetibles.

Pendientes de orquídeas naturales.

Aprendizaje y evolución

Alba de la Flor opina que “seguramente sí” había cosas que le hubiera gustado saber cuando empezó, aunque también especifica: “Hay cosas que a día de hoy no sabré, porque considero que el mundo de la artesanía se basa en un proceso constante de aprendizaje y evolución”. Por eso, como consejo para alguien que quisiera empezar en este mundillo, de la Flor le diría que tenga mucha paciencia, pues se aprende de prueba-error. “Yo he tenido que tirar muchas piezas a la basura, porque soy muy exigente y no pasaban mi corte en cuanto a calidad”, explica. 

En Kaoticat también se realiza bisutería con arcilla.

Valientes decisiones

Si de algo se siente muy orgullosa Alba de la Flor, es de haber tomado la decisión que tomó, dejando un trabajo estable para embarcarse en esta aventura. Y es que no recuerda “haber sido nunca tan feliz, laboralmente hablando”. De hecho, a ella le encanta estar en el taller, porque siempre está acompañada de sus gatos y perros, a los que suele mostrar en las redes sociales, ya que es una apasionada de los animales.

Sin duda, encara el futuro “con miras a seguir creciendo en las redes sociales”, aunque también le encanta participar en los mercados de artesanía a los que acude todos los fines de semana en diferentes localidades. “Me gusta el contacto con las personas y no deja de sorprenderme que vengan a visitarme, aunque no me conozcan, porque han visto que lo he anunciado en las redes sociales. ¡El futuro se me antoja apasionante!”, concluye la polivalente artesana.

Vela de soja.

El reto de cuidar y mantener vivas más de 100 plantas de orquídeas 

La creadora desvela la atención y el tiempo que requiere salvaguardar flores tan delicadas

Con la ayuda de internet hoy en día “es sencillo encontrar los materiales para trabajar con arcilla”, según Alba de la Flor. Otro tema diferente es el de cultivar las orquídeas y mantenerlas vivas, ya que son unas flores muy delicadas que requieren de mucha atención y tiempo en sus cuidados; y eso se multiplica cuando tienes más de 100 plantas, como es el caso de Alba, que parece apellidarse de la Flor por obra del destino.

No obstante, detalla que “también es muy gratificante cuando, gracias a tus cuidados, florecen y ves como la naturaleza se manifiesta en todo su esplendor”.

La artesana nacida en Barakaldo se siente muy orgullosa cada vez que ve una pieza terminada y le satisface enormemente ver a “las clientas llevándolas puestas”. De hecho y, como anécdota, nos relata algo que le hizo muchísima ilusión: que contactase con ella una chica que se iba a casar en Valencia. “Me pidió varias piezas para regalar a sus invitadas en uno de los días más importantes de su vida”, detalla. Además, también se encuentra trabajando en dos encargos de peinetas de orquídeas blancas para dos novias que lucirán el día de su boda, y eso le hace sentir “muy halagada”.

Recolecta de orquídeas.

Crecer día a día con la ayuda de las redes

Alba de la Flor opina que gracias a los perfiles que tiene en diferentes redes sociales más gente ha podido conocer su trabajo. Por eso, agradece enormemente todo el apoyo que recibe, pues le “ayuda a seguir adelante y a intentar crecer día a día”. Piensa que sin su ayuda le sería complicado llegar a tantas personas hoy en día. “La verdad es que es un escenario que me cuesta imaginar”, matiza. Actualmente, cuenta con más de 4.000 seguidores en Instagram, y aunque también tiene Tik Tok, admite que no le mete “tanta caña”. No obstante, nos recuerda: “La única clave que conozco es la ilusión y la constancia, que es lo que me está dando resultado”.