Poner la lavadora es una de las tareas domésticas que más peso tienen. Revisar bien los bolsillos, clasificar la ropa o introducir las prendas del revés para cuidar los colores son algunas de las medidas más habituales antes de poner en marcha este electrodoméstico.
El error común al sacar la ropa limpia de la lavadora al que hay que decir adiós
Dejar la ropa durante mucho rato en el tambor tras el lavado es un error habitual que hay que evitar. De lo contrario, es probable que adquiera un olor húmedo poco agradable y que quede muy arrugada. Y no solo eso, es caldo de cultivo para las bacterias y el moho y hacerlo puede afectar a la vita útil del electrodoméstico.
Para prevenirlo, la solución es muy sencilla: ventilar. O lo que es lo mismo, abrir la puerta del tambor nada más terminar el lavado y dejarlo ventilar unos minutos antes de tender la ropa.
Así, pese a que no haya tiempo suficiente para colgar la ropa, es recomendable que, nada más termine el programa, se deje la puerta de la lavadora abierta. Aunque también está la opción, tal y como así lo explican los especialistas de la OCU, de retrasar el comienzo del lavado usando la función de comienzo diferido que ahora incorporan muchos modelos. De esta forma, se podrá sacar la ropa poco tiempo después de que finalice el programa.
Otros errores comunes al poner la lavadora que hay que evitar
Además de no variar el tambor de la lavadora pronto tras el lavado, hay otros errores comunes que hay que tratar de evitar. según la Organización de Consumidores y Usuarios, estos son algunos de los errores que se cometen al poner la lavadora.
Lavar sin tratar antes las manchas
Uno de los errores que se cometen al poner la lavadora es meter las prendas sin antes tratar las manchas. Haciéndolo es posible que al sacar la prenda la mancha siga ahí. Para evitar que esto ocurra, los expertos recomiendan tratar la mancha con un quitamanchas o detergente concentrado antes de introducirla en el tambor y después lavar la prenda a la temperatura más alta que admita según su etiqueta. Eso sí, no hay que sobrepasarlo, pues podría encoger o desteñirse.
Sobrecargar la lavadora
Llenando demasiado el tambor el lavado no es eficiente. Hay que tener en cuenta que durante el lavado, la ropa debe poder moverse libremente en el tambor para que la lavadora pueda efectuar su acción mecánica. Es por ello que desde la OCU recomiendan que entre la ropa y la parte superior del tambor quede una mano de espacio libre.
No usar la cantidad adecuada de detergente y suavizante
El detergente debe usarse en la cantidad justa, en función de la suciedad de la ropa y la dureza del agua. Si es escaso, la ropa no se lavará bien. Si se pasa de detergente o de suavizante, el exceso de producto puede dejar manchas y restos en la colada, además de perder dinero. Por ello, es fundamental seguir las indicaciones del fabricante en lo que a las cantidades de detergente y suavizante a utilizar se refiere.
Lavar en agua totalmente fría
Lavar la ropa con agua fría es una buena idea para ahorrar, pero el agua totalmente fría tal y como viene del grifo suele dificultar la acción del detergente. Es posible que las manchas no salgan bien y que queden olores, haciendo que hay que que volver a lavar algunas prendas. Es por eso que siempre hay que consultar la etiqueta de la ropa y usar la temperatura aconsejada por el fabricante. Por lo general, todos los tejidos admiten una temperatura de 30ºC, que es idónea para un buen lavado.
No limpiar la lavadora
No importa si la lavadora es de carga superior o frontal o si se tiene una lavadora-secadora. Es probable que termine acumulando suciedad en las gomas, que tenga problemas para evacuar el agua o que el detergente no se distribuya bien. Para evitarlo, cada cierto tiempo hay que efectuar una limpieza de los filtros de desagüe, las gomas y los cajetines de detergente. Así, rendirá sin resentirse y se evitarán los atascos y malos olores.