Una vez nos jubilamos nos encontramos con mucho tiempo libre que en caso de que no lo administremos bien puede ser mucho o poco. Aun así, lo que está claro es que hay que tratar estar ocupados en algo para que el tiempo pase al ritmo que sea pero que lo disfrutemos.

Algunas personas deciden volver a estudiar, otros escribir un libro, otros apuntarse a clases de teatro o música y otros tantos a clases de cocina. ¡Ah! y hay otros tantos que deciden aprovechar para viajar y recorrerse el mundo con la libertad que siempre han soñado. Otros, en cambio, echan mano a los hobbies y buscan uno que les enganche, manteniéndoles activa su creatividad o, quién sabe, despertándosela en caso de que nunca la hayan utilizado para nada. En el caso de nuestro protagonista de este número de IN, el alavés Julio Hurtado, después de trabajar toda su vida en la actual Electra Vitoria Orona le llegó la hora de prejubilarse y por tanto, el momento de decidir en qué se iba a mantener entretenido el resto de su vida o al menos una parte de ella.

Empezó a mirar qué hacer fuera de su pasión por la moto, los viajes o estar con su familia y un día tomó la decisión de ir al Centro Cívico de Vitoria-Gasteiz para ver qué cursos ofrecían. Ahí, entre muchos otros, unos más entretenidos para él que otros le llamó la atención uno, la talla de madera y decidió apuntarse. "Fui a hacer talla de madera en los Centros Cívicos y ahí un profesor nos daba clases. Llegué a hacer tres cuatrimestres o así pero luego el tema de la covid-19 nos fastidió todo. No podíamos estar todos juntos y el Ayuntamiento nos lo quitó", confiesa Julio. Pero, realmente ¿en qué consiste la talla de madera?

Tal y como indica su definición exacta en libros técnicos, la talla de madera es una obra de escultura, especialmente realizada en la madera aunque también se puede hacer en otro tipo de superficies.? La madera se talla mediante un proceso de desgaste y pulido, con el propósito de darle una forma determinada, que puede ser un objeto concreto, alguna figura exacta o abstracto. El producto final puede ir desde una escultura individual hasta elementos decorativos trabajados a mano que forman parte de una tracería.

La talla de madera es una actividad muy antigua, extendida a lo largo de los años y en la historia del arte podemos encontrar grandes obras que provienen de la Edad Media en Italia y Francia. En Inglaterra también podemos encontrar algún ejemplo del siglo XVI y XVII.

Volviendo al caso personal de Julio Hurtado, tal y como indica la pandemia le obligó a aparcar la talla de madera, ya que no podían seguir yendo a las clases que se ofrecían en el Centro Cívico. El Ayuntamiento se vio en la obligación de anular las clases y el alavés, por su parte, empezó a darle vueltas a la cabeza a qué podía hacer en su tiempo libre. En ese momento se topó con la taracea, no fue de la noche a la mañana, ya que antes probó a hacer talla de madera por su cuenta pero comprendió que sin un profesor que le guiase iba a ser misión imposible. Y, ¿en qué consiste este nuevo hobbie al que Julio está enganchado?

La taracea, en palabras del propio vitoriano consiste en combinar la técnica de hacer incrustaciones en la madera con la de realizar dibujos que en su caso saca de Pinterest. "Es fácil, los descargas ampliados para donde quieras copiarlo y lo calcas", explica. A partir de ahí, con un aerofix plasma cada pieza del dibujo en unas chapitas y las corta con un bisturí para luego colocarlas encima. "Puede ser con cola de contacto o con cola blanca", afirma Julio.

concentración y técnica

La taracea, tal y como indican los libros especializados, es una técnica artesanal aplicada al revestimiento de pavimentos, paredes, muebles, esculturas y otros objetos artísticos. Para hacer cada trabajo se utilizan piezas cortadas de distintos materiales -madera, concha, nácar, marfil, metales y similares-, que se van encajando en un soporte hasta realizar el diseño decorativo. En definitiva, se trata de un trabajo de incrustación y, hay que destacar, que entre unas piezas y otras hay un efecto de contraste que depende del color y la característica del material usado.

Para encontrar el origen de esta técnica tendríamos que remontarnos a la época sumeria en Mesopotamia, 3.000 a.C., así como a la dinastía Ming en China entre 1368 y 1644. La taracea por la actual Turquía y posteriormente fueron los romanos los que adaptaron la técnica con el mundo helenístico -etapa histórica de la Antigüedad cuyos límites cronológicos vienen marcados por dos importantes acontecimientos políticos: la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) y el suicidio de la última soberana helenística, Cleopatra VII de Egipto, y su amante Marco Antonio, tras su derrota en la batalla de Accio (31 a. C.)- y lo denominaron arte incrustario o loricatio.

Pasados lo años se fue expandiendo por todo el mundo y los árabes fueron los encargados de introducir la taracea en España. La palabra taracea deriva de la palabra árabe Tar'sia, que significa incrustación. En el periodo de expansión mundial se puede decir que el apogeo de este arte se dio entre 1440 y 1550 entre las nuevas clases adineradas de la época. Ahí, según el historiador de arte francés André Chastel, nace el cubismo del Renacimiento. Por último, hoy en día este arte de tratar la madera continúa en la capital de Siria Damasco y en Granada, la ciudad andaluza situada en la ladera de las montañas de Sierra Nevada.