El apoyo por sorpresa del presidente del Gobierno central al Plan de Autonomía Marroquí sobre el Sáhara Occidental puso patas arriba las delicadas relaciones con los países del Magreb. Al alinearse con las tesis de Marruecos, se desbarataron los equilibrios. Argelia contraatacó con la suspensión “de manera inmediata” del acuerdo de amistad, buena vecindad y cooperación suscrito con el Estado español el 8 de octubre de 2002. Al final, quedó en un susto. La reacción de la Unión Europea hizo recular a Argelia, suministrador de casi la mitad del gas que se consume en España.

Concentración en Alicante contra la postura del Gobierno estatal. Foto:EFE

A corto plazo todo ha vuelto a su cauce. Sensación de tranquilidad aparente en la diplomacia internacional. O eso parece, porque en realidad el horizonte es más borroso: el elefante sigue en la habitación y no se ha cerrado un asunto complejo que viene de lejos y afecta a actores y escenarios distintos. En Salam Barakaldo conocen de primera mano las dramáticas consecuencias derivadas del conflicto. Esta asociación sin ánimo de lucro, creada en 1996, tiene como objetivo “dar a conocer y mitigar en la medida de lo posible las difíciles condiciones de vida a las que se enfrentan los miles de saharauis que viven como refugiados en el desierto de Argelia”.

El desierto es un lugar muy árido para vivir. Foto: Pexels

Su origen se encuentra en el barrio baracaldés de Retuerto. El ayuntamiento organizó la primera acogida de menores saharauis por parte de los vecinos, la mayoría residentes en este distrito de unos 6.000 habitantes. Estamos en verano de 1995. En noviembre de ese mismo año, se da un paso más en pos de estrechar lazos con las decenas de miles de exiliados saharauis. Un grupo de familias se desplaza hasta Barcelona para mostrar su apoyo a los habitantes del territorio ocupado en su mayor parte por Marruecos.

Campo de refugiados saharauis. Foto: ACNUR

A su regreso a Euskadi, ponen encima de la mesa la necesidad de sumarse a las reivindicaciones del pueblo saharaui a través de una estructura organizada. La idea que tienen sus promotores es que se “trabaje tanto en la concienciación de su problemática en nuestro municipio y entorno”, así como en la “cooperación” de toda una comunidad de refugiados con “infinidad de necesidades”.

El plan toma forma. Una decena de personas fuertemente concienciadas, pero sin experiencia previa en el activismo internacional, fundan e impulsan el embrión de Salam Barakaldo. Son los primeros pasos de la asociación como tal. Se establecen tres objetivos prioritarios. En primer lugar, sensibilizar a la sociedad vasca de la historia, cultura, situación política y social del pueblo saharaui; realizar distintas acciones de colaboración y ayuda; y, ya sobre el terreno, llevar a cabo proyectos de cooperación en los campamentos de refugiados.

El 16 de febrero de 1996 la asociación se constituye oficialmente bajo el nombre completo de Asociación Barakaldo con el Sahara SALAM. En sus estatutos se define el domicilio social (calle Beteluri Bidea, Barakaldo), el ámbito de actuación (la Margen Izquierda y, “ocasionalmente”, Argelia), la composición de la junta directiva y sus funciones y los requisitos para ser socio, entre otros puntos.

Proyectos y actuaciones

Según la asociación, todos los años se organizan dos proyectos fijos. Por una parte, el programa ‘Vacaciones en paz’ se desarrolla entre los últimos días de junio y agosto. Más de 300 niños llegan a Barakaldo procedentes de las duras arenas de Tinduf, donde se calcula que viven unos 60.000 ciudadanos, a los cuales hay que sumarle 170.000 habitantes expulsados del Sahara Occidental.

“Este proyecto esta dirigido a los menores saharauis que viven en los campamentos de refugiados situados en plena Hamada argelina”, explican en Salam Barakaldo. “Los campamentos están situados en la parte occidental del desierto argelino, junto a la frontera de este país y los límites del Sahara Occidental. Están divididos en cuatro distritos (Wilaya) que reciben el nombre las ciudades más importantes de la zona: El Aaiún, Esmara, Dajla y Auserd”.

En uno de los folletos de sensibilización, reproducen la emotiva carta escrita por una niña de 9 años. El caso de Fatma resume el calvario que sufren miles de niño saharauis con la llegada de las altas temperaturas. En el último párrafo la pequeña dice lo siguiente: “Nunca he salido de este campo de refugiados en el desierto. Quiero mucho a mi familia, pero me gustaría pasar el verano donde no haga tanto calor, donde haya agua y pueda bañarme. O traer caramelos para mis hermanos pequeños, que van a quedarse aquí cuando el sol más queme…”.

Otra de las actividades más habituales de Salam Barakaldo es la llamada caravana solidaria. El proyecto consiste en la organización de un viaje en vehículos hasta los campamentos de refugiados en Tinduf, atravesando Argelia de norte a sur. Los coches se cargan de material humanitario y la acción se realiza conjuntamente con otras asociaciones solidarias. En este tipo de marchas se suelen donar toneladas de alimentos y materiales higiénicos: arroz, pasta, atún y sardinas en aceite, azúcar, legumbres, compresas… La población más vulnerable (niños, mujeres embarazadas, ancianos y enfermos) es la principal beneficiaria de los productos recaudados en las caravanas solidarias.

En la asociación se han ejecutado proyectos de todo tipo a lo largo de sus más de 25 años de historia. Entre 2002 y 2003, dotaron de material escolar y mejoraron la “infraestructura educativa” de una escuela de primaria de 1.200 estudiantes de las dairas o regiones de Farsia y Mahbes. En 2004, y en colaboración con la Unión Nacional de Mujeres Saharauis, aportaron un vehículo ligero “para el transporte de la población discapacitada, de edad avanzada y de enfermos, así como de víveres”. Al año siguiente, se encargaron de la construcción de la zona de aseos y equipamiento de la Casa de la Mujer El Aaiún.

Asimismo, se han volcado en la atención de los saharauis convalecientes derivados a la Casa de Enfermos de Tementafust. El hospital central de Argel se encuentra a 2.000 kilómetros y este es uno de los escasos centros sanitarios que asiste a los refugiados fuera de los campamentos. Otras actuaciones solidarias han sido la creación y el mantenimiento de la Oficina de Evacuación de Enfermos, perteneciente al Ministerio de Salud Pública; un proyecto nutricional en las provincias de Esmara y El Aaiún; envío de miel para ancianos; y el apoyo al desarrollo agropecuario de la zona, entre otras muchas acciones.

En 2013 su labor fue recompensada en el VI Premio Barakaldo Solidario que organiza la Fundación Miranda en colaboración con el ayuntamiento de la localidad. El presidente de la entidad centenaria, Jokin Perea, destacó que el jurado había decidido conceder el galardón “a una asociación que lleva su labor solidaria más allá de las fronteras, no solo del municipio, sino del país, atendiendo a un colectivo especialmente necesitado, como son las personas del pueblo saharaui que viven en los campamentos de refugiados de Argelia”.

En resumen, hay dos posturas enfrentadas. Los saharauis reclaman su derecho a la autodeterminación, tal y como suscribieron en el acuerdo de paz de 1991. Marruecos propone un régimen de autonomía dentro de su territorio. El conflicto dura 50 años, pero hunde sus raíces mucho antes y afecta de lleno al Magreb y su relación con la Unión Europea.

1883. España ocupa el territorio del Sahara Occidental tras descubrir su riqueza mineral (fosfato) y un gran banco pesquero.

1967. La ONU recomienda la descolonización del territorio.

1968-69. Se crea el Movimiento Nacional de Liberación Saharaui, antecedente del Frente Polisario, con el objetivo de alcanzar la independencia y derrocar el régimen colonial español.

1970. Se produce el levantamiento de Zemla o la Intifada de Zemla. Primer intento fallido por parte de los independentistas saharauis.

1973. Se funda el grupo armado Frente Popular de Liberación de Saguia al-Hamra y Río de Oro (Frente Polisario) para reivindicar su independencia.

1974. España propone celebrar un referéndum de autodeterminación.

1975. El rey de Marruecos Hassan II envía 350.000 civiles a ocupar lo que ellos consideran el Sáhara marroquí. La invasión pasará a la historia como la Marcha Verde.

1976. España abandona el territorio. Cede el control de su colonia a Marruecos y Mauritania sin contar con el Frente Polisario.

1976. Estalla una guerra a tres bandas. Miles de saharauis se exilian en los desiertos de Tinduf, en Argelia, y montan sus campamentos.

1979. El Frente Polisario firma la paz con Mauritania.

1991. Llega el alto al fuego entre el Frente Polisario y Marruecos. La ONU crea la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso).

2007. Marruecos propone un proyecto de autonomía como vía “intermedia” para una solución “seria, realista y creíble”.

2008. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, no ve con malos ojos la propuesta marroquí y habla de “tener la capacidad de ceder posiciones”.

2020. Donald Trump reconoce la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental de forma unilateral y al margen de la ONU.

2022. España cambia de opinión sobre el Sahara occidental. Apoya por primera vez el plan de autonomía de Marruecos frente al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Se desata una crisis diplomática con Argelia, sofocada momentáneamente.