RESUCITADO mesías del Partido Conservador británico: Según estaba anunciando su dimisión la brevísima Liz Truss, bromeé con unos colegas del gremio sobre su vuelta. La respuesta general fue un ”¡Venga ya!” que hoy se queda en sonrisa congelada. La chanza se ha hecho realidad. Cuentan las crónicas que ha terminado sus vacaciones en el Caribe, dispuesto a dejarse querer para tomar el mando de su hundida formación y, en la misma carambola, del Reino Unido. Algún que otro sesudo analista sostiene que la hipótesis de su vuelta es radicalmente imposible, lo que, en realidad, implica justo lo contrario de la profecía. Aguardo con una sonrisa XXL y un cuenco de palomitas el desenlace. Y no descarto en absoluto verlo en la pomada.