"Es agradable que la gente se acuerde de mí cuando llevo casi 25 años retirado"
Tiene ya 64 años, pero intenta, siempre que puede, disputar los amistosos que juegan los veteranos del Real Madrid, como el del pasado sábado en Navarra con motivo del 30º aniversario del CB Olite. Aunque se retiró hace ya 24 años, Brabender sigue en el recuerdo de muchos aficionados
Olite. Wayne Brabender no podía perderse un partido de los veteranos del Real Madrid en Olite, tan cerca de Tafalla, localidad que visitó con asiduidad en sus años mozos y donde se casó con la tafallesa Maite, con la que tuvo dos hijos. Brabender explicó que no quería hablar de su vida privada, pero lo hizo gustosamente sobre su gran pasión: el baloncesto.
Tener 64 años y mantenerse en las pistas de baloncesto tiene un mérito increíble.
A mí me gusta seguir jugando, aunque como se ve no estoy igual que antes ni mucho menos, pero disfrutamos mucho, conocemos gente por todas partes y eso también es muy bonito. Nos juntamos y lo pasamos de maravilla.
El viernes en Valladolid, el sábado en Olite... la vida de un veterano del Real Madrid parece animada e intensa.
Sí. Nos pegamos buenas palizas yendo a muchos sitios, pero realmente vale la pena. Vivir el ambiente y, sobre todo, la hospitalidad de la gente, como la de Olite, hace que te lo pases de maravilla.
Olite no es tierra desconocida para usted, porque conoce muy bien Tafalla, que forma parte de su vida.
Sí, desde luego. Vine a Tafalla por primera vez hace más de cuarenta años, y aún conservo muy buenos amigos.
Por aquellos años decía que le tiraba más Tafalla que su Montevideo natal.
(Se ríe) Montevideo, Minnesota, es un pueblo de 5.000 habitantes, en una zona agrícola de Estados Unidos y ahí es donde nací y pasé los primeros 21 años de mi vida. Luego fiché por el Real Madrid, en el año 67 y estuve viviendo en la capital muchos años. Venía a Tafalla muy a menudo.
Ahora se habla mucho de los Gasol y compañía, que están en la NBA, pero usted también marcó una época en el baloncesto español.
Mucha gente guarda buenos recuerdos de esa época. Yo llegué al Madrid en el 67 para jugar 16 años allí, y estuve 14 años en la selección, y hoy, décadas después, la gente tiene gratos recuerdos de todos esos años. De hecho, yo lo agradezco ahora mucho más que cuando jugaba, porque entonces estaba metido en la rutina de partidos y no me daba cuenta. Es agradable que la gente se acuerde de aquello y de mí cuando llevo ya casi 25 años retirado.
En el partido del sábado ante el Olite, usted fue uno de los más aclamados por el público.
Sí. Lo malo es que siempre quiero agradar al público, porque la gente me anima y quiere verme jugar a pesar de mis 64 años, y me habría gustado meter alguna canasta y jugar mejor de lo que lo hice, y agradar un poco más al público fantástico que fue a vernos jugar. Pero, en fin, lo intenté e hice todo lo posible por agradarles.
El año pasado, el entrenador de baloncesto Manel Comas dijo sobre los veteranos que siguen jugando en ACB: "Dejé de creer en el carnet de identidad cuando vi jugar a Brabender con 44 años en el Caja Madrid, que si le dejabas medio metro te la metía".
Manel Comas es uno de los entrenadores importantes de este país, y se agradecen esas palabras.
Usted compartió vestuario con Fernando Martín, primer español que jugó en la NBA, y hace pocos días se cumplió el 20º aniversario de su muerte en accidente de tráfico.
Fernando fichó por el Madrid, en el año 81, con Mirza Delibasic, y los dos últimos años míos en el Madrid fueron los dos primeros años suyos. Estaba empezando. Recuerdo mucho que ese mismo verano fuimos a jugar el primer Mundial en Sao Paulo (Brasil). Jugamos contra Oscar Smith Becerra y otros mitos del baloncesto, y tenían unos equipazos. En los primeros partidos que Fernando jugó, como ante Filipinas, metió más de 50 puntos. Era un jugador muy bueno, un ganador nato. Y, sobre todo, como compañero fue una maravilla jugar con él mis dos últimos años. Fernando hizo mucho bien por el baloncesto.
Coincidió también con un entrenador mítico, Díaz Miguel, que estuvo más de 26 años al frente de la selección nacional.
Cuando conseguí la nacionalidad española, Antonio me convocó para a la selección, en la que jugué 190 partidos en 14 años, con él como entrenador. Tenía la mejor metodología y sistemas de juego de todo el mundo, salvo Estados Unidos. Y ahí estábamos nosotros intentando escalar poco a poco, ganando a países como Rusia, Yugoslavia o Italia. Creo que a Rusia que le ganamos en competición oficial hasta en tres ocasiones, y a Yugoslavia también. Hasta que llegó el Mundial de Cali"82, en el que, con Fernando Martín en el equipo, conseguimos ganar a Estados Unidos por primera vez. Fue histórico para el baloncesto español y europeo, y relanzó ese deporte aquí.
Hace poco la selección española estuvo a punto de vencer de nuevo ante Estados Unidos, en la final olímpica de Pekín. ¿Se conseguirá la próxima vez?
Es totalmente factible. Claro que se puede. Así lo han demostrado. España está ahora en los puestos altos y la evolución del baloncesto en estos últimos años en Europa con respecto a Estados Unidos ha ido hacia arriba. Antes ningún jugador formado fuera de los Estados Unidos jugaba en la NBA. Pero ahora se fijan en Europa porque técnicamente son mejores y saben jugar en equipo. Se ha dado tanto la vuelta la tortilla en ese sentido que España puede ganarles. Y eso si que es bueno para nuestro baloncesto.
Su palmarés de títulos es impresionante. ¿Se quedó con ganas de ganar algo más?
Yo tuve la gran suerte de jugar en el Madrid y la selección y la verdad es que ganamos muchísimos títulos. Pero también alguno que otro se nos escapó, porque nadie es perfecto.
Y su carrera deportiva aún habría sido mayor a no ser por algunas lesiones.
La vida de un jugador de baloncesto era bonita en aquellos años, pero también bastante dura. No solo por los viajes, sino también por jugar en pistas con superficies que no se parecían nada a los parqués que hay ahora en casi todos los pabellones. Jugábamos muchas veces en cemento. Si caes en cemento, igual no lo notas en el momento, pero con el paso de los años sí que lo nota tu cuerpo.
Tras retirarse, lo intentó como entrenador.
Si, después me dediqué a entrenar, incluso en la ACB. Lo dejé para dedicarme por vocación a la enseñanza. Incluso cuando jugaba once meses al año, en mi tiempo libre me volcaba en los campus y clinics. Me gusta la enseñanza. Llevo ahora once años, desde que dejé de entrenar en el Forum Valaldolid, como profesor de educación física. Enseño baloncesto a todos los niños de un colegio privado en Getafe. Además tenemos una escuela de baloncesto que va subiendo cada año.
Navarra no cuenta con un equipo ACB, aunque se está luchando por ello. Sería importante que llegase ese día.
Es muy importante, sobre todo para que los jóvenes se puedan identificar. Hoy en día puedes ver por la televisión a tu equipo favorito en la Liga ACB, que creo que es la segunda liga más importante del mundo tras la NBA. Pero tener un equipo que puedas ir a a ver a la cancha, y vivir ese ambiente y ver a los mejores equipos, es importante y la mejor manera de motivar e ilusionar a los chicos y chicas jóvenes a nuestro deporte.