Una jornada celebrada en la universidad en la que estudia INEF, la Politécnica de Madrid, que consistía en una carrera multiaventura le llevó de casualidad a realizar su primer viaje a los Estados Unidos. Una aventura que llevaba como regalo participar en el conocido triatlón Ironman 70.3. Así, Silvia Ibiricu, de 23 años y navarra de nacimiento, compitió el pasado 10 de julio en este torneo celebrado en Rhode Island. Silvia participó en las pruebas organizadas por Powerade donde las dos parejas que venciesen, tendrían como premio un viaje con todo pagado para participar en el Ironman 70.3.
1.900 metros a nado, 90 kilómetros en bici y 21 kilómetros corriendo componen uno de los torneos más duros en cuanto a triatlones se refiere. "Al principio pensé que dónde me había metido, porque en la vida había hecho un triatlón", reconoce entre risas Silvia Ibiricu. Sin embargo, la navarra, en cuanto acabó los exámenes, se preparó para realizar las tres pruebas en Providence. "Dos veces por semana me iba a nadar. Con la bicicleta, como era más larga la distancia, practicaba cada diez días. Además, mi tío me ayudó un montón y me mandaba cada paliza con la bici que, al final, me ayudó para acabar la prueba. Y para la media maratón iba con gente de mi clase o con los de mi pueblo a correr", explica Ibiricu. Además, para evitar problemas con el cambio horario, ya que hay una diferencia de seis horas, ella y sus tres compañeros fueron cinco días antes del Ironman para aclimatarse. Todos estaban preparados para probar una nueva experiencia.
"Mi objetivo cuando llegué era acabar y que saliese todo bien, que no me lesionase", cuenta Silvia Ibiricu. El límite para llegar a la meta era de ocho horas y media, por eso, Silvia tenía en mente ese tiempo. Además, todo era muy profesional. "Cuando llegué la gente estaba preparándose mucho, con gafas profesionales, unas bicicletas increíbles y yo llegué allí que no sabía cómo iba nada, estaba muy perdida, todo el rato preguntando y te impone. Porque dices adónde vengo yo, que voy a clase en bici", explica Ibiricu. Sin embargo, durante la carrera se concentró y tuvo en mente la meta para que las fuerzas no le fallasen: "Es fundamental la cabeza, porque el cuerpo va a hacer lo que le mandes. Después de cuatro horas dices, ¿me quedan otras tres más? Pero hay que seguir y pensar en llegar a la meta. Ese momento es el que me animaba para no pararme".
Al final, Silvia Ibiricu consiguió su objetivo de terminar la carrera en el tiempo establecido. La navarra completó las tres pruebas en 7:49 horas. Un tiempo que no está nada mal para la dureza de la prueba. Y "como eran Sanfermines y me daba pena perdérmelos, me propuse que si llegaba a la meta me pondría el pañuelico. Y así lo hice, fue muy emocionante", explica Ibiricu.
A pesar de no disfrutar de los Sanfermines, Silvia Ibiricu reconoce que mereció la pena acudir a Rhode Island. Pero "creo que no voy a comer más barritas en dos años porque no dejé de comerlas en toda la carrera. En siete horas no haces más que alimentarte de eso y acabé hasta las narices", cuenta entre risas. Sin embargo, esta campeona navarra le ha cogido gusto a los triatlones y no descarta volver a participar en pruebas menos exigentes, o quién sabe, repetir en Rhode Island.