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Fabio Roscioli: "Uno de mis sueños cumplidos es convertirme en abuelo antes de los 50"

Intensa es la palabra que mejor define su vida. Ganó una etapa del Tour en 1993 y otra en la Vuelta un curso después. Tras retirarse hace doce años decidió lanzarse a la aventura del spinning. Y lo hizo en Pamplona, lugar donde reside y que considera similar a su Italia natal

Fabio Roscioli: "Uno de mis sueños cumplidos es convertirme en abuelo antes de los 50"Iban Aguinaga

Pamplona. Es un hombre de mundo y se le nota. Su etapa como ciclista profesional le llevó a conocer muchos países entre 1987 y 2001, pero por amor reside en Pamplona. Fabio Roscioli (Grottamare, Italia, 18/07/1965) llegó a la capital en 1999 y montó el primer gimnasio especializado en spinning de la Comunidad. Padre de tres hijos, asegura que no piensa en volver a residir en Italia. Y va más allá. Su ritmo de vida y los continuos viajes que realiza le han hecho reflexionar y decidir que, cuando muera, quiere ser incinerado.

¿Cómo acaba un italiano viviendo en Pamplona?

Llegué a Pamplona cuando era ciclista profesional para participar en un criterium que se celebraba en la avenida Bayona. Los organizadores me invitaron a cenar y a salir de copas después y conocí a una chica. Me enamoré y decidí quedarme a vivir aquí.

¿Qué conocía de la ciudad antes de instalarse en ella?

A Miguel Induráin. Nos hicimos muy amigos cuando competíamos y más de una vez nos ayudamos en alguna que otra etapa. A pesar del paso de los años, seguimos manteniendo una gran relación y solemos juntarnos siempre que podemos. En Nochevieja, por ejemplo, estuvimos cenando y pasando un buen rato en su piso.

¿Y qué le sorprendió al llegar?

Me impactó muchísimo el orden y la limpieza que hay en las calles. Es increíble lo tranquilo y controlado que está todo. Sin embargo, me chocó mucho el contraste con la suciedad dentro de los bares. En Italia es inadmisible que alguien tire papeles o restos de comida al suelo, y la primera vez que pisé un bar aquí estaba lleno de basura. Me quedé muy sorprendido.

Navarra es una comunidad que cuenta con equipos en muchas disciplinas. ¿Es aficionado a algún deporte además del ciclismo?

Me encanta el deporte en general. He practicado y competido prácticamente en todas las disciplinas: en tenis, torneos de fútbol y natación, por ejemplo. Pero lo que mejor se me ha dado siempre ha sido el atletismo. Cuando estudiaba en el colegio competía y solía ganar bastantes competiciones, pero a la vez hacía ciclismo y me decanté por la bicicleta.

El ciclismo aparece en la prensa sobre todo por casos de dopaje. ¿Qué opinión le genera este tema?

Me parece que se está machacando el ciclismo. Por supuesto que hay ciclistas que se dopan, pero también hay futbolistas, tenistas, jugadores de baloncesto y deportistas de todas las disciplinas que lo hacen. El dopaje es algo que ha estado ahí en el pasado y creo que siempre estará, pero centrar todas las miradas en el ciclismo es algo muy injusto.

Como aficionado, disfrutaría de la salida de la Vuelta a España desde Pamplona el pasado verano...

Muchísimo, aunque más que como aficionado, viví las tres primeras etapas desde dentro. Tengo muy buenos amigos en el Katusha, el equipo de Purito Rodríguez, tanto corredores como ayudantes y técnicos, así que estuve ayudándoles en todo lo que pude.

¿Cómo afecta la crisis a su deporte en concreto?

Muchísimo. El ciclismo es un deporte pobre, que depende absolutamente de los patrocinios porque nadie paga una entrada por ver una carrera. Pero los patrocinadores cada vez escasean más y es más difícil conseguirlos. La crisis económica está acabando con muchos equipos y con muchas pruebas y es una auténtica pena.

¿También nota la recesión económica en su gimnasio?

Por supuesto que algo se percibe, pero no me puedo quejar porque nos mantenemos bien. Soy consciente de que la gente pasa por dificultades y llevo varios años sin subir las cuotas. Prefiero cobrar menos y tener más clientes, que aumentar los precios y que se me vaya la gente. Estamos atravesando una situación muy complicada, pero yo creo en mi negocio y en que en el futuro se arreglarán las cosas. En cuanto tengo algo de dinero ahorrado lo invierto en mejorar y modernizar el gimnasio y eso la gente lo valora mucho. La mejor publicidad posible es que los clientes recomienden mis clases a sus amigos y familiares, y por suerte eso suele ocurrir a menudo.

Usted introdujo el spinning en Pamplona...

Así es. Cuando llegué aquí comprobé que era una disciplina que no estaba para nada extendida. Yo tenía el diploma de monitor profesional porque me lo saqué en Italia cuando aún era corredor, así que aproveché que era el único en Navarra que estaba titulado para abrir mi gimnasio. La primera clase de spinning que se dio en Navarra fue en la calle Monasterio de Irache, donde está ahora mi local.

¿Están los navarros en forma?

Hay gente para todo, como en todas partes, pero si tuviera que dar un porcentaje de la gente que se cuida en Navarra, seguramente no llegaría al 50% de la población.

Muchos empiezan ahora la llamada operación bikini. ¿Qué recomendaría a esa gente?

Hacer deporte solo por lucir buen cuerpo en verano me parece un error. Hay que cuidarse durante todo el año, encontrar un deporte que te guste y practicarlo, pero para sentirse bien por dentro, no solo por fuera. La gente que se cuida solo para verse bien en traje de baño al final acaba dejándolo y volviendo a la vida sedentaria.

Y respecto a la alimentación, ¿qué consejos daría a alguien que se quiere cuidar?

Lo principal es comer de todo y controlar las cantidades. Yo, como buen italiano, soy un apasionado de la pasta y la cocino muy bien. Al principio me costó mucho encontrar pasta italiana, porque no todas las empresas la fabrican igual y a mí me gusta que quede en el punto, pero ya sé donde comprarla y nunca falta en mi cesta. Eso sí, hay que tener mucho cuidado con la pasta y los carbohidratos en general porque si no haces deporte regularmente y los quemas, tardan muy poco en convertirse en grasa.

¿Ha encontrado muchas diferencias entre las costumbres italianas y las españolas?

Para nada. Por supuesto que cambian algunas cosas, pero la esencia de la organización diaria y las costumbres son más o menos iguales.

Cuando se habla de Italia mucha gente se refiere a la fama de seductores de los italianos o a la mafia. ¿Qué opina de las leyendas que existen sobre su país?

Ahora ya me he acostumbrado a que me saquen estos temas, pero al principio me sentaba fatal. Me parece un error generalizar. Por supuesto que en Italia hay violencia y organizaciones como la mafia o la camorra, pero también aquí existe ETA. No se puede meter a toda la gente de un lugar en el mismo saco solo por proceder de ahí.

¿Cuál es la parte más desconocida de su país?

Todo el mundo que me dice que ha ido a Italia de vacaciones me habla de Florencia, Roma o Venecia. Me parece muy bien, porque son ciudades con mucha historia y muy bonitas, pero yo recomendaría visitar la zona más pobre del sur. Es allí donde se conoce la verdadera Italia. Además, la zona de los Alpes es poco conocida en el exterior y es un auténtico lujo pasar unos días allí en verano.

También es popular la fe religiosa que impera en Italia.

Sí, pero yo no soy creyente. Antes lo era e hice el bautismo, la comunión, la confirmación y me casé por la Iglesia, pero si pudiera volver atrás no lo repetiría. El tiempo me ha hecho ver cosas que no me gustan nada dentro de la Iglesia. A la hora de donar dinero, por ejemplo, prefiero dárselo a quien veo que lo necesita antes que meterlo en las cuentas de la Iglesia. No me gusta nada la opulencia que tiene.

¿Sigue la actualidad de su tierra desde Pamplona?

Por supuesto. Debo reconocer que estoy más pendiente de las cuestiones políticas y económicas de allá que de las españolas. Italia está en una situación muy grave, mucho peor que España, aunque creo que España cada vez se está acercando más al punto en el que está mi país. No quiero decir nombres, pero los políticos me han defraudado. Hace unos años confiaba en alguno, pero al llegar al poder me han demostrado que solo miran por sus intereses y estoy desencantado.

Como buen italiano, ¿se considera tifosi de algún equipo?

Me encanta el fútbol y soy muy del Inter de Milán. Desde que llegué a España he sentido simpatía por el Real Madrid porque mi paisano Fabio Capello siempre ha tenido mucho éxito cuando ha entrenado a ese club, pero no es lo mismo. También disfruto con el juego del Barcelona, no tengo esa rivalidad que existe entre ambas aficiones, aunque me alegra mucho más cuando gana el Real Madrid. En parte, también por Mourinho. Entrenó al Inter y dejó muy buen recuerdo allí. Es más, yo creo que acabará volviendo.

Así que es de Mou...

Sí. Me parece un entrenador espectacular. Mucha gente le critica y dice que es demasiado estricto o desagradable, pero eso es porque no le tienen en su equipo. Mourinho es como tiene que ser un entrenador: disciplinado y con carácter. ¿A quién le puede hacer gracia que un jugador de tu equipo, con el sueldo que tienen los futbolistas, no rinda en el campo? Mourinho sabe sacar lo mejor de cada jugador, les exprime al máximo, y eso lo consigue muy poca gente.

Usted también se confiesa un maniático del orden.

Siempre he sido muy disciplinado y ordenado. Cuando estudiaba la Primaria ya tenía que tener todos los lápices bien colocados y las páginas de los cuadernos sin una sola arruga. Ahora también sigo siendo ordenado, pero no es nada enfermizo. Mi hermana gemela sí que se pasa mucho con esa manía, pero yo soy una persona ordenada, es algo normal. Considero que el orden y la disciplina son muy valiosos en cualquier aspecto de la vida.

¿Cree que esa manía le ha venido dada al ser deportista?

Los deportistas necesitamos una disciplina, pero no es algo que llevemos todos en nuestro carácter. Yo hice durante trece meses el servicio militar en mi país y puede que me venga más por ese lado, aunque he sido siempre muy ordenado. Antes era demasiado estricto, pero el tiempo me ha enseñado a comprender que tenía que abrirme más, sobre todo con los más cercanos, y ahora estoy más relajado en ese sentido.

¿Cómo se definiría en pocas palabras?

Como ya he dicho, soy ordenado y firme. También me considero buena persona y, sobre todo, alguien que tiene muy claro lo que quiere. Soy muy racional y actúo siempre sabiendo qué quiero conseguir.

¿Qué hubiese sido de no dedicarse al ciclismo?

Nunca lo he pensado, pero seguramente me dedicaría al deporte. No me ha llamado la atención ser futbolista, pero sí atleta, así que creo que me dedicaría a eso.

¿Piensa volver a vivir en Italia en el futuro?

No. A Italia volveré siempre, pero de vacaciones. Es algo que mi familia tiene muy asumido. Mis hijos mayores vivían allá, pero han tenido la oportunidad de venir a vivir conmigo a Pamplona y comparar y también tienen muy claro que se vive mejor aquí. Pienso mucho en el futuro y sé que acabaré mis días en Navarra. También tengo claro que no quiero que mi cuerpo se corrompa en un ataud, así que he pedido a mis hijos que cuando muera me incineren.

¿Y dónde quiere que esparzan sus cenizas?

No me importa el lugar. Eso es lo de menos. En Italia, en Pamplona, en la playa de San Sebastián o que se las repartan en cajas y cada uno de mis hijos conserve una parte, eso ya es decisión suya.

¿Cuál es su sueño cumplido?

Ser padre. He podido disfrutar de esa faceta en dos etapas muy diferentes de mi vida. Mis dos primeros hijos se llevan casi dos décadas de vida con el pequeño. Con los dos mayores disfruté, pero era muy joven, mi carrera deportiva estaba en pleno auge y apenas pasaba tiempo en casa. Con el pequeño ha sido distinto porque le he podido criar desde que nació. Además, mi hija mayor me va a hacer abuelo en apenas dos meses, y tener un nieto antes de cumplir los 50 años es otra de mis ilusiones cumplidas.

¿Y el que le queda por cumplir?

Tener aquí lo que tenía en Italia: una casa. Ahora mismo vivo en un piso y no me gusta mucho esa vida rodeada de vecinos. En Italia tenía una casa unifamiliar, pero la vendí para invertir en el gimnasio de Pamplona. Mantener un gimnasio es muy caro, me he dejado en él un dinero con el que podría haber comprado dos o tres pisos más, pero es una inversión a largo plazo. Mi familia al completo vive del gimnasio, es lo que nos da de comer, y espero que en un futuro me permita adquirir una casa propia.