Pamplona - Cada vez es más común encontrar a una mujer arbitrando partidos por las canchas de baloncesto. La Federación Navarra lleva varios años intentando impulsar el crecimiento y normalización de las mujeres en el estamento arbitral. De momento, son seis las que se encuentran en este momento en la Escuela (cuatro) y el Comité (dos) de árbitros de Navarra, pero el objetivo es que el número crezca y que ellas lleguen a pitar lo más arriba.

Cuando en otros deportes la entrada de la mujer en el arbitraje no estaba tan normalizada, la FNB arrancó una fuerte apuesta para incrementar el número de árbitras. Poco a poco algunas se han ido asentando mientras otras han tenido que dejarlo. Las más jóvenes llegan, en muchos casos, tras haber sido jugadoras o, incluso, aún lo son. “Antes jugaba a baloncesto pero tuve que dejarlo. Me daba pena abandonar por completo este deporte así que, cuando un día me enteré de un curso para arbitrar, decidí meterme en este mundillo”, asegura María Ortiz. Por su parte, Esther Gimeno, una de las dos mujeres que ya están en el Comité, cuenta qué empezó de una manera muy parecida. “Había jugado a baloncesto toda mi vida y cuando empecé a trabajar pensé que entrenar 3 días a la semana más el partido era mucho tiempo, pero quería seguir cerca del baloncesto así que una nochevieja se me ocurrió hacerme árbitro. Me encontré con un compañero esa noche en Tudela (Dani Larraga), se lo comenté... ¡y hasta hoy!”. Otra como Ohiane Alcuaz recalca la ayuda de haber sido jugadora antes. “Te permite llegar al arbitraje con unas dosis del reglamento y así no empiezas de cero”.

En muchos casos, cuentan, comienzan pitando en sus diferentes clubes a los partidos de los niños más pequeños, pero luego es el ambiente que se respira con los compañeros el que les atrapa. “La relación entre nosotros es muy buena, genial. Una de las cosas que yo resaltaría es que es muy acogedora, cuando entré era un manojo de nervios e inseguridades y consiguieron que me sintiera muy cómoda, y ahora siguen haciéndolo”, explica María Ortiz.

Algo parecido cuenta Ohiane Alcuaz. “El primer día que aparecí en el entrenamiento semanal de árbitros lo único que vi fueron caras desconocidas y pasé cierta vergüenza y los típicos nervios pero son gente muy abierta y ciertamente el ambiente es inmejorable tanto dentro como fuera de la pista”, explica Gimeno.

Hay una pregunta muy recurrente para ellas: “¿Por qué arbitras?”. Y ellas lo tienen claro. “Principalmente porque al llegar al terreno de juego me olvido de todo. El terminar el partido y que te feliciten por tu buena labor, es la mayor sensación de satisfacción que encuentro. Evidentemente no todo son alegrías; el trabajo arbitral es una tarea dura. Pero, a rasgos generales, hay muy buen ambiente y la gente normalmente agradece tu trabajo”, dice Alicia Pérez. Otra de las árbitras de la Escuela. “Si hay algo de lo que estoy muy agradecida es del buen compañerismo y todo el apoyo que existe en la FNB. No he tenido ningún problema respecto a eso. Evidentemente siempre se tiene más afinidad con unos que con otros, pero en general todos son majísimos. La verdad es que no me puedo quejar de ambiente; el hecho de compartir esta afición con gente tan agradable hace que semana a semana vaya a arbitrar con muchas ganas”, termina.

El futuro Navarra se va abriendo hueco en el arbitraje a nivel estatal y las árbitras también quieren llegar lo más alto posible. “Desde que empecé he tenido en mente la idea de dedicarme a ello aunque debido a los estudios es mas difícil compaginar ambas tareas aunque siempre se saca un tiempo para ello”, explica Marta Gimeno. Pero, de momento, solamente Teresa Gutiérrez y Esther Gimeno han llegado al Comité, por lo que las chicas más jóvenes se fijan en ellas antes de mirar más allá. “Personalmente prefiero mirar más a corto plazo y simplemente llegar a pitar como lo hacen mis compañeros de Comité, a los cuales admiro. Supongo que a más se asciende más aspiraciones y referencias se tienen, pero de momento prefiero ser consciente de que me queda mucho camino, esfuerzo y trabajo por delante”, explica Pérez. De la misma manera piensa María Ortíz. “En las personas que más me fijo por el momento son personas que tengo cerca. Sobre todo compañeros de Comité que me gusta como pitan, así pueden ayudarme más fácilmente”. “Es un objetivo difícil pero no imposible. Supongo que mi sueño como todos es llegar lo más alto posible. Los límites tienen que ser solo tus metas y podrás llegar a donde te propongas trabajando duro y esforzándote al máximo”, completa Ohiane Alcuaz.

Esther Gimeno, la más veterana, apostilla que para llegar arriba hace falta mucha dedicación y se fija en el árbitro referente actual en Navarra, Chus Marcos. “Hay que dedicarle mucho tiempo que, personalmente, prefiero repartir entre diversos hobbies y mi vida personal. El deporte profesional -ya sea arbitrando o jugando- requiere unos sacrificios y unas cualidades, claro, que ahora mismo no voy a hacer. Eso no quita para que intente hacerlo lo mejor que pueda, repase el reglamento y me prepare para cada partido dando lo mejor de mí. A nivel profesional tampoco es que conozca muchos nombres; pero en Navarra tenemos la suerte de contar con Chus Marcos. Un grandísimo ejemplo a seguir por cualquier persona que le interese un poco este mundo. Es un compañero trabajador, responsable, cercano y con unas cualidades inmejorables para que llegue donde quiera. Y por supuesto todos y todas las compañeras que me he cruzado durante estos años, siempre te aportan algo”, explica.

“Yo lo veo más como hobby. Sí que me encantaría llegar a arbitrar categorías altas, pero me gustaría más compaginarlo con un trabajo porque soy consciente de que se necesitan unas aptitudes tanto deportivas como anímicas muy específicas”, cuenta Pérez.

Respeto e igualdad En otros deportes, como el fútbol, se han conocido casos de partidos con insultos machistas hacia alguna colegiada, pero, por suerte, no es una comportamiento que haya llegado hasta las canchas de baloncesto. “En mi paso por el arbitraje, nunca me ha tocado presenciar ningún caso de machismo. Aunque yo pienso que esto se debe al aumento de jugadoras y de entrenadoras de este deporte, y sobretodo en Navarra”, comenta Alcuaz. “La verdad es que no he tenido problemas. Creo que para eso en el baloncesto tenemos más suerte que en otros deportes. Desde luego que si alguien cree que te has equivocado (entrenador, jugador, o espectador) te lo va a hacer saber, pero más allá de unas apreciaciones o cosas por el estilo, nada, no he tenido ningún tipo de problema en ese aspecto. Si me critican no es por mi condición de ser mujer si no por cómo desarrollo mi actividad. De todos modos creo que a la gente le gusta que cada vez seamos más chicas y que se normalice el vernos por las canchas; es otra forma de participar en el baloncesto y eso siempre es bueno”, cierra Esther Gimeno.“Creo que es bastante obvio e indiscutible que el hecho de ser hombre o mujer no afecta en la manera de arbitrar ni en lo bien o mal que se haga. Como he hablado al principio de ciertas personas que creen que las mujeres somos más débiles, también hay quienes piensan todo lo contrario y te respetan más. De todas formas, normalmente siempre tratan igual tanto a mujeres como a hombres”, remata Pérez.

Apoyo desde la FNB En la Federación Navarra de Baloncesto quieren seguir impulsando para que el número de mujeres se estabilice en los dos estamentos arbitrales de Navarra. El número de chicas que se inscribe en la Escuela es irregular, pero el problema está en la consolidación de ellas, ya que por motivos de estudios o laborales algunas acaban por dejarlo. Así, desde el ente federativo siguen con las campañas para captar árbitros y que el estamento siga creciendo para intentar cubrir el máximo de encuentros posibles. “Es una forma distinta de disfrutar del deporte pero gusta”, anima María Ortíz a los que dudan si dar el paso. “Pienso que es una forma diferente de acercarse a este deporte y verlo desde otro punto de vista”, afirma Marta Gimeno. “Se aprende mucho baloncesto a través del arbitraje y ahora como espectadora lo disfruto más y mejor. El punto de vista objetivo te hace apreciar más el conjunto del juego de ambos equipos: defensa, ataque, estrategia, que el juego se desarrolle sin conflictos...”, culmina Ohiane Alcuaz. Lo que está claro es que las chicas han llegado al arbitraje en el baloncesto para quedarse, y eso vale más que cualquier título.