Día 1 post Rafa Nadal
El balear se despidió de las pistas tras la derrota frente a Paises Bajos en la Copa Davis
El miércoles de esta tercera semana de noviembre llegó torcido, con el abandono sobre la pista del mejor jugador español de todos los tiempos que, precipitado por un marcador adverso, echó el cierre a más de dos décadas de éxitos, de una carrera incomparable y de una personalidad sin parangón.
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Al margen del número de éxitos que marcan su extraordinaria trayectoria como jugador queda en Rafael Nadalel rastro de una celebridad que siempre tuvo un comportamiento ejemplar, que en su despedida fue agradecido con la vida honesto con todo lo que el mundo del deporte y la sociedad le habían proporcionado. Fue la respuesta, tal y como se vio dentro del Palacio de los Deportes José María Marín Carpena a todo lo que ha generado y transmitido el balear de 38 años.
El mundo se rindió a Rafael Nadal, elogiado y distinguido desde todas partes. Homenajeado y destacado en Francia, con un acto único, sin precedentes, en la Torre Eiffel, emblema galo, iluminada por una proyección gigante en la plaza del Trocadero. Francia se ha rendido a Nadal, no ha regateado reconocimientos. Este recuerdo, en su adiós, es otro más. El siguiente al que tuvo en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos 2024 donde le reservó un momento especial en una cita única, para elegidos.
El día después al adiós de Rafael Nadal, la primera jornada con el de manacor como exjugador, contempla un futuro inmenso. Posiblemente no terminen aquí los gestos de reconocimiento alrededor del mundo. Pero no los asumirá como tenista, de corto. El tiempo, el físico y las condiciones de su cuerpo precipitaron una retirada que no estaba ni en sus cálculos ni en sus deseos cuando empezó a manejar los posibles tiempos de su adiós.
Cierra la maleta en Málaga Rafael Nadal para emprender viaje de vuelta a Manacor, con la familia, con la que se ha dejado ver en los últimos tiempos, en cada traslada, a cada evento. Todos estuvieron en el Martín Carpena, que echó de menos la presencia de algunos de los que han formado parte de la historia del balear. No hay finales ideales, reconocía el mallorquín.
Málaga y la Copa Davis pusieron el calor y todo lo que estuvo en su mano para responder al cariño y devolver algo de lo que Rafael Nadal dio. fue un adiós precipitado, apresurado. Mientras el martes se marchaba e irrumpía el miércoles, de madrugada, con nocturnidad. Fue el acto de retiro elegido, consensuado con Nadal, al que no le gustó nunca el excesivo ruido y que dejó un legado incomparable para la historia del tenis y del deporte mundial.