El navarro Javier Habans (12/02/2008) ha conseguido ser campeón mundial de ajedrez sub-16. El joven ajedrecista se coronó en Florianópolis (Brasil) al derrotar al chino Yihan Meng en la última ronda de la competición, proclamándose ganador con 9 puntos de 11 posibles. Tras sus comienzos en Oberena, y bajo la tutela del Gran Maestro Jesús de la Villa, Habans es uno de los nombres que suenan con más fuerza en el panorama ajedrecista nacional. Aunque la vuelta al colegio sea “un poco dura”, ya que debe “recuperar bastantes clases y trabajos”, Habans expresa que “poco a poco” se va aclimatando tras su gran aventura en Brasil.

“Fue muy emocionante, me siento muy orgulloso de todo el trabajo que he hecho para conseguirlo, han sido muchas horas de entrenamiento, y conseguirlo es como un sueño”, declara el campeón mundial. El navarro cursa sus estudios en el colegio San Cernin, situado en el barrio de San Juan. En el centro, realiza el Bachibac, un programa de doble titulación en el que se le presta una gran importancia a la lengua francesa. Habans admite que “puede ser duro”, y más si debe compaginarlo con el mundo del ajedrez, pero que, a la larga, “es una buena oportunidad para profundizar en idiomas”.

Antes de saborear las mieles del oro, el camino de Habans hacia el Mundial fue más complejo: “Íbamos los mejores de cada país. Tenías que quedar en buena posición en el Campeonato de España, y yo quedé segundo. No puedes ir allí con un puesto bajo porque tienes que hacer una participación buena, te exigen que rindas a un buen nivel. Al final tienes que representar al país”, desarrolla Habans, aunque aclara que, incluso antes de asistir al campeonato nacional, debió pasar una fase previa de cada comunidad: “Primero está el campeonato de cada comunidad. Ahí es parecido, si ganas o quedas en un buen puesto pasas a la fase nacional. Una vez allí, se juntan los mejores de cada comunidad, hay mucho nivel, y para ir al Mundial tienes que hacerlo lo mejor que puedas”. Habans entrena de la mano de Jesús de la Villa, Gran Maestro del ajedrez internacional, con varios títulos de campeón nacional. “El entrenador es muy importante en el ajedrez. Muchas veces te dice los errores que cometes, aunque tú también los veas, los analiza y te dice en qué áreas tiene que mejorar”, explica el ajedrecista navarro, y matiza que, en muchas ocasiones, también “estudiamos finales, partidas...”. Para Habans, la figura de su mentor es “clave”, ya que es su entrenador el que “lo guía” a lo largo de toda su trayectoria, haciendo hincapié en errores y fallos y sabiendo “aprovechar” sus virtudes. “Llevo con él desde que empecé, estoy muy a gusto y me enseña mucho”, concluye Habans.

Habans, con el trofeo de campeón.

Habans, con el trofeo de campeón.

Llevo jugando al ajedrez desde los 5 años, es algo que siempre me ha gustado y con lo que disfruto mucho”, expresa el campeón mundial, y aclara que “no fue fácil llegar hasta aquí”, aunque tampoco ha sido “una casualidad” haber ganado: “Poco a poco fui entrenando, descubriendo el ajedrez, le fui echando más horas y al final ha dado sus frutos”. De todos modos, no es la única afición del joven navarro: “Me gusta mucho el tenis también, a veces voy con unos amigos a jugar y es algo que disfruto mucho. Me gusta jugar y también verlo por la tele, he seguido mucho a Nadal y ahora a Alcaraz”, expresa Habans.

También aprecia el “quedar con los amigos”, porque, a pesar de ser campeón mundial, no deja de tener 16 años. La idea de ser una de las jóvenes promesas del ajedrez español no es algo que inquiete a Habans, ya que es algo que disfruta y que le ha acompañado a lo largo de toda su vida: “Para mí, el ajedrez es diversión, es algo que me divierte, que disfruto hacer, y con lo que paso un buen rato. Además, el ajedrez te permite conocer a mucha gente y haces muy buenos amigos. Llevo jugando desde hace tantos años que se ha convertido en una de mis pasiones, y que me permite hacer cosas nuevas”, explica Habans. De todos modos, una vida marcada por el ajedrez también tiene sus lados más negativos, ya que “a veces se pasan muchos nervios y mucha tensión”, debido a la larga duración de las partidas, que requiere “estar todo el rato concentrado, entonces a veces se sufre un poco, pero no es nada que no se pueda sobrellevar”.

Para el ajedrecista navarro, no hay “presiones” a la hora de pensar en su futuro en el ajedrez. “En diciembre tengo un torneo muy duro que se juega en Barcelona, y el siguiente objetivo sería ser Gran Maestro, y con ese torneo la intención es quedar lo más cerca de ese objetivo, e ir mejorando poco a poco, disputando torneos y crecer como jugador”, matiza Habans, aunque también hace hincapié en la importancia de alcanzar sus objetivos académicos: “Mi idea es acabar bachiller y hacer una carrera en la universidad, y también te exige mucho tiempo”. Habans admite que su idea principal es poder “sacarse la carrera”, aunque también va a seguir “dedicándole tiempo al ajedrez”, pero “sin dedicarse profesionalmente” a ello, al menos de momento: “Si veo que destaco mucho quizás me lo replantearé de nuevo, pero mi idea es acabar una carrera, aunque aún no me he decantado por ninguna en concreto”, admite Habans, aunque adelanta que seguramente “tenga que ver con la Economía o algo parecido”, y bromea con que aún tiene “tiempo para poder decidirlo”. Aunque puede que no se dedique profesionalmente al mundo del ajedrez, no cabe duda de que Habans es una de las jóvenes sensaciones del momento, con un Mundial sub-16 a sus espaldas y un objetivo: lleajedrezgar a ser Gran Maestro del ajedrez, al igual que su entrenador, marcándose con tan solo 16 años un reto al alcance de grandes prodigios del ajedrez nacional e internacional.